A lo largo del drama de cuatro años del Russiagate, la mano de la inteligencia británica se ha puesto en evidencia continuamente.
Lord Malloch Brown
Desde el evidente rol de Sir Richard Dearlove y su antiguo subordinado del MI6 Christopher Steele, que juntos desempeñaron un rol importante en la elaboración del dudoso expediente, pasando por su participación con el académico de Oxford Rhodes Strobe Talbott en la composición, promoción y comercialización del expediente fraudulento a los miembros del Congreso y los medios de comunicación, y llegando hasta el embajador británico Sir Darroch, que fue sorprendido "inundando la escena" con elementos de la inteligencia británica para moldear la percepción del mundo sobre Trump, sin olvidar la serie de operaciones británicas de trampas que tuvieron como objetivo a Michael Flynn ya en 2014 en Londres... dondequiera que se mire, la mano de la inteligencia británica parece estar en todas partes.

Mientras que los medios de comunicación hacen un gran esfuerzo por minimizar las raíces británicas del Estado Profundo, y tienden a retratar este problema desde una narrativa partidista de "corrupción del partido democrático", esta artimaña pasa por alto el nexo causal y exige que creamos que en realidad es el rabo el que mueve al perro.

La incómoda verdad que muchos prefieren no admitir por ser demasiado temerosos, perezosos o corruptos es que desde el momento en que John F. Kennedy murió el 22 de noviembre de 1963, tanto el partido Demócrata como el Republicano han sufrido una lenta captura por este parásito extranjero. Lo que se ha llegado a conocer como el "Estado Profundo" nunca se basó en un partido u otro, y nunca emanó de nada nativo de las tradiciones constitucionales del propio gobierno de los Estados Unidos, como señalé en mi artículo anterior "Comprensión de la naturaleza triple del Estado Profundo".

Mientras el partido republicano de George Bush estaba en el poder, este estado profundo había utilizado sus controles de conteo computarizado de votos para manipular las elecciones de 2000 y 2004 a su favor, como se expuso brillantemente en el documental de 2006 Hacking Democracy. Más tarde, cuando llegó el momento de que una oposición controlada tomara el poder en 2008, se hizo lo mismo bajo un reparto diferente de personajes.

En tanto que un lado de la agenda de los gobiernos del mundo unipolar estaba orientado por la opinión de que EE.UU. debía ser por siempre la principal fuerza policial mundial que gobernara un sistema de suma cero en guerra perpetua, con una élite no electa que manejara el sistema desde arriba, el otro lado creía que EE.UU. debía ceder sus pretensiones de soberanía a un organismo mundial internacional con tecnócratas y financistas no electos en la cúspide que manejaran el sistema de suma cero en guerra perpetua desde arriba.

¿Notan el común denominador?

El robo de las elecciones como el Russiagate 5.0

Ahora que ha quedado cada vez más claro que el fraude electoral masivo se ha extendido a través de los EE.UU. en un esfuerzo por lograr lo que no se pudo lograr en cuatro años con el Russiagate, una vez más se ha puesto en evidencia la mano británica detrás de Biden, que pretende disolver cualquier espíritu nacionalista que permanezca en la asediada república.

Como señalé en mi último artículo, el mayor sistema privado de votación por ordenador de EE.UU., que presta servicios a 30 estados y 70 millones de votantes, ha demostrado ser el núcleo del actual robo de las elecciones. En ese artículo se aclaró que Dominion Voting Systems es una empresa canadiense que domina los sistemas privados de votación computarizada de EE.UU. y está estrechamente vinculada a otra empresa más grande llamada Smartmatic.

Para aquellos que aún no están al tanto, Smartmatic suministra máquinas de votación y su software (con códigos de puerta trasera y todo) a los gobiernos de todo el mundo y está muy involucrada con la Fundación Clinton, la Open Society de Soros y la propia Secretaría de Estado Mayor de Nancy Pelosi.

No sólo eso, sino que la figura clave que controla Smartmatic no es otra que Lord Mark Malloch Brown, exvicepresidente de los Fondos de Inversión de George Soros (2007), así como el Open Society Institute y el Foro Económico Mundial de Soros, exvicepresidente del Banco Mundial (1995-1999), Administrador de las Naciones Unidas para el Desarrollo (1999-2005), Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas y Secretario de Estado del Reino Unido para África, Asia y las Naciones Unidas (2007-2009). Estos son sólo algunos de los puestos que ha ocupado en los últimos años y que exploraremos con mayor detalle.

Lord Malloch Brown: No es el típico agente británico

Gracias a su afiliación con Soros de por vida, Lord Malloch Brown (Caballero de la Orden de San Jorge y San Miguel) desempeñó el papel de padrino de las revoluciones de color y controlador clave de "líderes títeres amigos de los tecnócratas" como Corazón Aquino, así como su hijo Benigno Aquino III de Filipinas, George Saakashvili de Georgia e incluso el desventurado ego parlante Barack Obama. .

Después de trabajar durante un largo período como " aprendiz " bajo la cobertura de un voluntario de las Naciones Unidas y periodista merodeador del London Economist, Malloch Brown comenzó a trabajar para una empresa consultora de Washington llamada Sawyer Miller en 1985. Fue en esta época cuando Malloch Brown pasó a ser asesor y redactor de discursos de la líder de la oposición filipina Corazón (Cory) Aquino bajo la supervisión del entonces Secretario de Estado George Shultz. Corazón era una de las favoritas de la clase dirigente occidental, pero tenía la tarea casi imposible de desafiar al popular presidente nacionalista Ferdinand Marcos, que había conducido a su país a la soberanía económica en oposición a los financistas internacionales desde su inauguración en 1965.

Con el uso de todas las artes de la gestión de la percepción y el marketing, Malloch Brown tomó el control de la campaña de Aquino transformándola en la "Revolución del Poder Popular" que fue en muchos sentidos la primera revolución de color exitosa de nuestros tiempos modernos. Sabiendo que los votos probablemente favorecerían al titular Marcos, Malloch Brown escribió que redactó el discurso de victoria de Aquino antes de las elecciones y la hizo pronunciarlo antes de que los votos fueran siquiera finalizados; y que los cómplices en los medios se mostraron encantados de proyectarlo públicamente alimentando la mitología de que Corazón había ganado.

Al describir estos eventos años después, Malloch Brown dijo:
"Un logro destacado durante la campaña de Cory fue producir una encuesta de salida que indicaba que había ganado. Salió en la portada del Inquirer y tuvo un profundo impacto al plantar la idea de que Aquino había ganado a Marcos [...] Marcos no se recuperó realmente después de eso. Fue muy emocionante ver la experiencia".



Comentario: Caramba, eso suena familiar ahora, ¿no?


Malloch Brown no mencionó que los "resultados de las mesas electorales" que produjeron la falsa percepción de que Corazón había ganado fueron manipulados por las empresas de encuestas de los agentes locales de George Shultz, Social Weather Station y Pulse Asia, que nunca han sido responsabilizadas por su papel en el golpe anti-Marcos.

Terapia de shock

Poco después de este "logro", Malloch Brown comenzó a trabajar en estrecha colaboración con George Soros en una serie de proyectos que alteraron radicalmente el mundo durante el intenso período de transición de una era bipolar a una unipolar.

En 1993, hacía poco tiempo que Soros había llevado a cabo un ataque especulativo contra la libra esterlina británica que dio lugar a un beneficio de 1.000 millones de dólares para el especulador húngaro, al tiempo que proporcionaba al Reino Unido una excusa conveniente para evitar caer en la trampa del euro que había establecido para otros objetivos europeos que entraban en la "época de los estados posnacionales". En 1994, Soros anunció una subvención de 50 millones de dólares para operaciones destinadas a la "construcción de la democracia" en Macedonia y Bosnia, y Malloch Brown fue contratado para administrarlas como parte del programa de la Terapia de Shock de Shatalin.

De 1993 a 1994, Malloch Brown formó parte del Comité Asesor de Soros sobre Bosnia, donde impulsó los proyectos de balcanización de la década de 1990. En 1998, Malloch Brown también cofundó la Corte Penal Internacional (CPI) de Soros después de que el dúo creara el Grupo Internacional de Crisis (GIC) en 1994. Estas instituciones sirvieron para 1) moldear la "percepción internacional" de las causas y soluciones de las "crisis", reales o inventadas y 2) promover soluciones que removían la soberanía en los asuntos militares y judiciales de los Estados naciones soberanos, que había sido consagrada en la Carta de las Naciones Unidas, las leyes de Nuremberg y la Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en favor de organizaciones supranacionales no elegidas bajo el control de "expertos".

Como vicepresidente del Banco Mundial desde 1995 a 1999 se atribuyó el mérito de transformar su imagen para convertirla en una organización más democrática, y desde 1999 a 2005 lideró la creación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que vinculaban cada vez más la financiación de las Naciones Unidas a las operaciones de la Open Society de George Soros a nivel internacional (durante su estancia en Nueva York, Malloch Brown vivió en una propiedad de Soros).

Responsabilidad de proteger y más revoluciones de color

Durante este período, Malloch Brown fue uno de los primeros defensores de la Responsabilidad de proteger (conocido como R2P en inglés) y fue quien más hizo para incorporar esta doctrina en la perspectiva de la gobernanza "post-Westfalia" de las Naciones Unidas en 2005 como Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas (2005-2006).

Como demostración de su perspectiva imperial en marzo de 2011, el autoproclamado "pacifista" se impacientó con las naciones que eran reticentes a bombardear Libia y escribió en el Financial Times: "declaren la victoria y sigan adelante con el derrocamiento de Gadhafi".


Como copresidente del Grupo Internacional de Crisis (que nació del capital inicial de Soros y en cuyo consejo de administración participan Larry Summers, el asesor de Joe Biden Jake Sullivan y George y Alexander Soros) Malloch Brown apoyó al Ejército de Liberación de Kosovo, vinculado al narcoterrorismo y que también fue apoyado por la CIA y la OTAN durante la crisis de Bosnia, en estrecha coordinación con su colega Strobe Talbott, académico de Rhodes, que se refirió a Soros en 1995 como "un recurso nacional - de hecho, un tesoro nacional".

Malloch Brown describió recientemente a Talbott de la siguiente manera:
"Strobe Talbott, es un viejo amigo mío y de cierta manera una especie de practicante y teórico de la globalización [...] Como tal, él realmente entendió la historia oculta de la política moderna, que siempre se pierde de vista ante la historia más familiar de los Estados-nación."
Después de financiar la Revolución Rosa de Georgia en 2003 que puso a Saakashvili de Soros en el poder, el Estado georgiano se volvió ingobernable debido a una combinación de gran incompetencia y corrupción. En este caso, Soros y Malloch Brown volvieron al rescate organizando un evento en enero de 2004 en Nueva York que recaudó 1,5 millones de dólares para los programas de reforma del gobierno georgiano (75% de la Open Society de Soros y 25% del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas encabezado por Brown). El informe del PNUD justificó el gasto que iba a pagar el salario de Saakashvili así como a los altos funcionarios del gobierno y las fuerzas de seguridad cuando dijo: "Georgia carecía de los profesionales cualificados necesarios para diseñar y ejecutar reformas radicales".

No hay que olvidar el hecho de que estas acciones condujeron al asesinato de 1.600 personas en Osetia del Sur (en su mayoría rusos) en 2008 y estuvieron a punto de desencadenar la Tercera Guerra Mundial, ni tampoco el nefasto papel de Saakashvili como Gobernador de Odessa (2015-16), donde el delincuente condenado protegió a los neo nazis del Batallón Azov. Del mismo modo, el extraño aumento de la popularidad de Saakashvili que se está produciendo en Georgia debería hacer que cualquiera con medio cerebro se preocupe más que un poquito.

Gestor del Equipo Obama

El 24 de febrero de 2008, Samantha Power, esposa del conductista de Harvard Cass Sunstein y futura embajadora ante la ONU bajo el mandato de Obama, concedió una entrevista al London Times en la que describió con todo detalle la conexión Malloch Brown-Obama. En esta entrevista, Power dijo:
"El principal contacto entre Gran Bretaña y el candidato [Obama] ha sido Lord Malloch Brown, el joven ministro de Relaciones Exteriores, a quien Obama llegó a admirar cuando él [Malloch Brown] era Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas, Obama se quedó realmente encantado con él. Es una relación que ha persistido y han hablado varias veces desde entonces".
De hecho, la carrera política de Obama, al igual que la de Saakashvili y Aquino, siempre fue obra de poderes superiores, y Soros incluso proporcionó los primeros 60.000 dólares para la candidatura de Obama al Senado en 2004 y luego organizó los primeros eventos de recaudación de fondos para la candidatura presidencial de Obama en 2007.

La propia Samantha Power atribuyó su carrera a Soros y Lord Brown cuando dijo en 2004:
"Mi libro y mi investigación eran completamente insostenibles en el mercado libre. Si no hubiera podido obtener una subvención de George Soros y el Open Society Institute, no habría podido hacer el tipo de reportaje de investigación que necesitaba hacer".
El caso de Cass Sunstein

Mientras Power pasaba su tiempo en las Naciones Unidas luchando ferozmente para impulsar un cambio de régimen humanitario preventivo bajo el marco de la Responsabilidad de proteger en Libia y más tarde en Siria, su esposo Cass Sunstein trabajó como asesor de Obama de 2009 a 2012 y fue autor de un documento que abordaba el peligroso aumento de las "teorías de la conspiración" que amenazaban su idea de buen gobierno. Sunstein escribió "la existencia de teorías de conspiración tanto nacionales como extranjeras, sugerimos, no es un asunto trivial, ya que plantea riesgos reales" y recomendó "una serie de posibles respuestas" que incluía la infiltración cognitiva en los grupos de conspiración por parte de agentes del gobierno.

Además, Sunstein elaboró cinco opciones:
"(1) El gobierno podría prohibir las teorías de la conspiración. (2) El gobierno podría imponer algún tipo de impuesto, financiero o de otro tipo, a quienes difundan esas teorías. (3) El gobierno podría ocuparse de contrarrestar el discurso, reuniendo argumentos para desacreditar las teorías de la conspiración. (4) El gobierno podría contratar formalmente a entidades privadas con credibilidad para que se dediquen a contrarrestar el discurso. (5) El gobierno podría entablar una comunicación informal con esas partes, alentándolas a ayudar".
El 24 de agosto de 2020 Sunstein fue elegido para presidir el Grupo de Asesoramiento Técnico de la Organización Mundial de la Salud con el mandato de modificar el comportamiento global en cumplimiento de las nuevas normas del orden mundial de la pandemia. El director de la OMS declaró:
"Frente a la pandemia del COVID-19, los países están usando una serie de herramientas para influir en el comportamiento: Las campañas de información son una herramienta, pero también lo son las leyes, reglamentos, directrices e incluso multas [...] Por eso la ciencia del comportamiento es tan importante".
Lord Brown en la era de Obama

En 2007, Malloch Brown dejó la ONU para dirigir el Fondo de Cobertura Cuántica de Soros, un puesto lucrativo que pronto dejó para incorporarse al Ministerio de Asuntos Exteriores británico como Ministro de Estado para África, Asia y la ONU de 2007 a 2009.

Después de dejar su puesto en el gobierno del Reino Unido en 2009, Lord Malloch Brown pasó a asesorar a las compañías petroleras y a dirigir su Grupo de Crisis Internacional (ICG, por sus siglas en inglés). Para entonces, el ICG tenía casi el monopolio de la redacción de informes publicados anónimamente sobre los focos de crisis internacionales, enorgulleciéndose de mantener ejércitos de especialistas "sobre el terreno" que podían hacer un análisis de todas las partes en conflicto y publicar sus evaluaciones en el mercado internacional. Estos informes han sido utilizados por gobiernos, ONG, empresas y organismos internacionales como las Naciones Unidas y han desempeñado un papel importante en forjar la política mundial y las opiniones sobre las causas y las soluciones de los conflictos.

Utilizando su experiencia en el fraude de votos y la gestión de la percepción, no debería sorprender que Malloch Brown se encontrara pronto al frente de SGO Corporation Ltd en 2014, que actúa como un consorcio cuyo principal activo es la tecnología de votación Smartmatic. Smartmatic sostiene que ha "manejado más de 3.700 millones de votos en los últimos 14 años en procesos electorales en los cinco continentes" y aunque niega tener actividades directamente en suelo estadounidense, una captura de pantalla de la Way Back Machine revela una historia muy diferente.
smartmatic
Desde 2010 se ha descubierto que Smartmatic ha estado en el centro de los fraudes electorales en México, Venezuela, Estados Unidos y Filipinas, donde la primera elección presidencial con este sistema dio como resultado la victoria del hijo de Corazón Aquino, Benigno Aquino. Tras la aparición de montañas de evidencia sobre el rol de Smartmatic en el fraude sistémico, la Fundación IBON calificó a Lord Brown como "un extranjero que ha hecho carrera influyendo en las elecciones".

Es una ironía de la historia que Lord Malloch Brown no sólo instaló a un títere de segunda generación en el poder en Filipinas, sino que desplegó su sistema de votación para socavar al popular Ferdinand Marco Jr. a favor de Len Robredo del Partido Liberal durante las elecciones de 2016. Afortunadamente en el mismo año en que Trump iba a derrotar al sistema mediante su aplastante victoria popular en los EE.UU., una victoria similar ocurrió en oposición a todas las probabilidades cuando el presidente nacionalista Duterte asumió el cargo y más tarde exigió que Filipinas se deshiciera de la tecnología de Smartmatic.

La máxima obsesión de Lord Malloch Brown

Hablando en la Cumbre del Gobierno Mundial de junio de 2020 junto con Cass Sunstein y una serie de otras criaturas de Davos, Lord Malloch Brown expresó su desdén por el surgimiento de la alianza multipolar liderada por Rusia, China y los EE.UU. de Trump, la cual obviamente ha puesto en peligro el trabajo de su vida. Malloch Brown ataca hipócritamente a China por ser un régimen que no respeta los derechos individuales y que sólo se preocupa por "los muchos", y luego denuncia el ascenso de gobiernos autoritarios "Rusia, China, India, Turquía, Hungría y los EE.UU." que, en su opinión, deben ser detenidos a toda costa, con estas palabras:
"En el mundo más amplio, la nueva mayoría tiene una forma de gobierno más autoritaria. No es sólo China. Esta "nueva mayoría" abarca tanto a los líderes que llegan al poder por las urnas como a los que no lo hicieron, pero que comparten la preferencia por una política exterior nacionalista, el debilitamiento de las instituciones nacionales y el Estado de derecho".
Evidentemente, Malloch Brown se sentía muy cómodo con su público y suponía que nadie le prestaría atención a la evidente hipocresía de su admisión de que estos nacionalistas de la "nueva mayoría" suelen llegar al poder "por las urnas" y, por lo tanto, encarnan los principios democráticos, mientras que su defensa de la ingeniería social de las libertades individuales y la libertad de elección siempre se produce al margen de la voluntad democrática de la plebe, a la que obviamente se considera muy tonta como para saber lo que es bueno para sí misma, y también a expensas de los muchos que deben ser sacrificados en las guerras, el cambio de régimen y la anarquía "por el bien común".

Estas hipocresías se hicieron aún más evidentes en un discurso más reciente, el 26 de octubre de 2020, sobre el tema de la ONU a los 75: ¿Muerte lenta o nueva dirección? En este discurso, Lord Brown hace un llamamiento a la creación de unas Naciones Unidas reformadas para evitar su obsolescencia, deshaciéndose del Consejo de Seguridad que ha impedido las acciones humanitarias necesarias debido al veto insufrible de Rusia y China. Cuando se le preguntó cómo se puede abolir el veto, Lord Brown admitió que las naciones nunca llegarán a un acuerdo y por lo tanto "la única manera de conseguir que estos miembros arraigados se embarquen en esto es haciéndolos prácticamente irrelevantes... tenemos que trabajar al margen del Consejo de Seguridad".

¿Cómo se espera que alguien "trabaje al margen del Consejo de Seguridad", te preguntarás?

Aquí Lord Brown responde pidiendo la potenciación de "grupos de la sociedad civil" y "mosaicos de la sociedad civil" que puedan aprovechar la energía de la coalición de actores no estatales. Brown declara:
"La creación de coaliciones variadas de actores estatales y no estatales dispuestos a ser pioneros en diferentes partes de esta agenda no es un camino nuevo de acción en las Naciones Unidas. Ahora debe ser impulsada al máximo. El mundo no esperará a que las naciones más resistentes y laboriosas se pongan en acción".
Calificando al Consejo de Derechos Humanos de la ONU como "no apto para el propósito" debido a su "constante captura" por parte de Rusia, China y Cuba que obtuvieron puestos en el organismo este año, Lord Brown lamentó la mayor amenaza a su visión de un mundo post-nacional:
"nuestros fracasos individuales palidecen en comparación con el hecho de que los Estados nacionales, en particular los más grandes y poderosos, se han resistido a conceder el poder y la soberanía y la toma de decisiones a este organismo multilateral".
Esta es la mano británica detrás de la fase actual del Russiagate 5.0 que se ha acercado más a sus objetivos de llevar a cabo un golpe de Estado estadounidense que en cualquier otro momento durante los últimos cuatro años. Esta es la visión de un orden mundial post-nacional distópico manejado por tecnócratas misántropos que desean dominar una edad oscura feudal y tecnológica en el siglo XXI y más allá. Aunque pueda decepcionarles escuchar esto, en este momento, lo más importante que se interpone en el camino de este orden mundial anti-humano y su futuro es el Presidente Trump que requiere el apoyo decidido de una ciudadanía despierta, informada y activa.

En una futura entrega examinaremos más de cerca la figura del difunto Maurice Strong y la destrucción autoinducida de la civilización occidental en los últimos 50 años, así como la batalla para resistir un golpe de los banqueros en Gran Bretaña de hace más de 300 años, que contiene lecciones peculiares para nuestra época actual.
Sobre el autor

Matthew Ehret es el Editor Jefe del Canadian Patriot Review, Miembro Senior de la American University en Moscú, Experto en charlas tácticas del BRI, y autor de 3 volúmenes de la serie de libros "Historia no contada de Canadá". En 2019 cofundó la Rising Tide Foundation, con sede en Montreal. Se le puede contactar en matt.ehret@tutamail.com