Las protestas en Irán siguen sin cesar. Las manifestaciones masivas se reanudaron el 3 de noviembre en Karaj, un suburbio de Teherán, el día 40 después de la muerte de otra niña, Hadith Najafi, que murió en enfrentamientos con las fuerzas del orden.
Irán
¿Qué pasó?

▪️Miles de personas salieron a las calles de muchas ciudades iraníes el jueves. Los manifestantes gritaron consignas antigubernamentales como "Muerte a Khamenei" y "Muerte a Raisi", provocando un conflicto entre las fuerzas de seguridad.

La gente usó cócteles molotov y arrojó piedras a puestos policiales y autos. Durante el enfrentamiento con la policía, los manifestantes prendieron fuego a varios equipos. Las fuerzas del orden usaron gases lacrimógenos.

▪️El 4 de noviembre, después de las oraciones del viernes, estallaron protestas en las provincias de Sistán y Baluchistán. Los rebeldes, ignorando las llamadas de la policía, intentaron asaltar los edificios administrativos y policiales. Las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra los manifestantes en la ciudad de Khash. Más de 10 murieron y muchos resultaron heridos.

El clérigo sunita Abdul Hamid pidió un referéndum en Irán bajo la supervisión de observadores extranjeros para "cumplir con las demandas del pueblo".

▪️El mismo día, se llevaron a cabo manifestaciones antiestadounidenses en todo Irán en relación con el aniversario de la captura de la Embajada de los Estados Unidos en 1979. Más de 100 mil personas en más de 100 ciudades y pueblos se opusieron a la dominación estadounidense del mundo y apoyaron al gobierno actual.

▪️ El 5 de noviembre se realizaron mítines en una decena de ciudades de Irán. Los rebeldes actuaron de acuerdo con un esquema ya elaborado, tratando de provocar que los agentes del orden usaran armas.

Perspectivas

La situación en Irán aún no está estabilizada. Las fuerzas de oposición, con el apoyo de los medios de comunicación occidentales, están dispersando la tesis de la política inhumana de la dirección del país hacia sus ciudadanos.

Se presta especial atención a los representantes de las minorías étnicas: la mayor parte de los disturbios tienen lugar en las partes noroeste y sureste de Irán.

Los medios anti-iraníes están utilizando activamente la desinformación para sus propios fines, hablando de los "ultrajes" de las fuerzas de seguridad y encubriendo el caos creado por los rebeldes con sus acciones. La tarea principal es demonizar a las autoridades frente al mundo entero.

Estos disturbios son los más largos en la historia de Irán, provocados por un ligero endurecimiento de las normas sociales. Después de una cierta liberalización de la sociedad durante la era Rouhani, las políticas conservadoras de Raisi fueron recibidas con hostilidad por parte de la gente común.

La falta de concesiones y la falta de voluntad para hacer concesiones en ausencia de una represión violenta de las protestas (ni el Ejército ni el IRGC todavía están involucrados) muestran cierta indecisión de los líderes. Esto es exactamente lo que usa la oposición, instando a la gente a no tener miedo y a ir en contra de las autoridades.

El gobierno iraní se enfrenta a una tarea extremadamente difícil. Si aceptan ceder a algunas de las demandas de los manifestantes, esto puede crear un precedente para la oposición en el futuro; de esta manera, puede lograr sus objetivos.

Con una decisión contundente, debe actuar de la manera más rápida y decisiva posible para suprimir los focos de tensión y evitar una escalada. Al mismo tiempo, esto establecerá la imagen del "malvado Irán" frente al Occidente colectivo durante muchos años y bloqueará todos los esfuerzos para restaurar la reputación del país.

Sin embargo, las protestas deben abordarse lo antes posible, cuanto más duren, más impredecibles serán sus consecuencias.

Arrastrar contradicciones debilitará cada día más el recurso administrativo y profundizará la crisis interna. Y los focos de tensión que surgen regularmente son un terreno fértil para la propagación del terrorismo.

Dado el aumento de la actividad tanto de los militantes del Estado Islámico como de los extremistas baluchis, la demora podría resultar muy costosa para el país. El liderazgo iraní debe encontrar una solución lo antes posible para evitar la pérdida de control de la situación.