Traducido por el equipo de SOTT.net
covid propaganda
El Dr. Christian Buckland, presidente de la Junta del Consejo de Psicoterapia del Reino Unido, ha enviado una carta abierta al primer ministro Rishi Sunak en la que condena "el uso de técnicas psicológicas poco éticas y de la ciencia del comportamiento sobre el público del Reino Unido que no lo sabía y que no dio su consentimiento". Entre los numerosos daños, el uso de técnicas para aumentar el miedo, la vergüenza y la culpa "socavó materialmente, si no eliminó, la capacidad de la población del Reino Unido para dar un consentimiento informado válido para recibir la vacuna Covid-19".

28 de abril de 2023

Estimado Primer Ministro,

Soy Presidente de la Junta del Consejo de Psicoterapia del Reino Unido (UKCP), uno de los principales órganos de gobierno psicológico del Reino Unido. Sin embargo, escribo esta carta abierta a título personal. Creo que tengo la obligación profesional de escribirle en un intento de proteger al público de cualquier daño adicional causado por la aplicación poco ética de la investigación y práctica psicológica.

Condeno sin reservas el uso por el Gobierno del Reino Unido de técnicas psicológicas poco éticas destinadas a provocar sentimientos de miedo, vergüenza y culpa, bajo la apariencia de ciencia del comportamiento y de conocimientos diseñados para cambiar el comportamiento del público sin su conocimiento y participación conscientes. Ahora está claro que en 2020 el Gobierno del Reino Unido optó deliberadamente por inflar artificialmente el nivel de miedo dentro de la población del Reino Unido exagerando los factores de riesgo de la Covid-19, y concomitantemente restando importancia a los factores de protección. También fuimos testigos de la promoción por el Gobierno de mensajes de desaprobación social y culpabilización. Estas técnicas se integraron en una campaña de salud pública multicanal y coordinada, diseñada para cambiar el comportamiento del público sin su conocimiento. Además, junto con los principales medios de comunicación, el Gobierno también suprimió, censuró y condenó al ostracismo de forma proactiva a cualquier profesional sanitario o científico que sugiriera respuestas alternativas a la Covid-19, o que simplemente cuestionara los mensajes y las medidas que estaba aplicando el Gobierno.

Pruebas de la recomendación de utilizar técnicas psicológicas poco éticas para conseguir cambios del comportamiento

El documento del Gobierno titulado "Opciones para aumentar la adherencia a las medidas de distanciamiento social" fue redactado para el Gobierno por el Grupo de Análisis Científico Pandémico sobre el Comportamiento (SPI-B), que es un subgrupo del Grupo de Asesoramiento Científico para Emergencias (SAGE).

La premisa del documento era proporcionar opciones para cambiar el comportamiento del público del Reino Unido sin su conocimiento. Un pasaje de este documento afirma: "Un número considerable de personas aún no se sienten suficientemente amenazadas personalmente". Hace ciertas recomendaciones, entre ellas:
  • "Es necesario aumentar el nivel de percepción de la amenaza personal entre quienes son complacientes, utilizando mensajes emocionales contundentes".
  • "Coacción".
  • "Desaprobación social".
Entre las recomendaciones del SPI-B se incluyen algunas destinadas a provocar sentimientos de miedo, vergüenza y culpa. Los profesionales de la psicología saben que tratar deliberadamente de asustar a alguien para que cambie con información errónea o exagerada puede causar fácilmente daños psicológicos a largo plazo. También sabemos que utilizar la desaprobación social puede crear fisuras y divisiones en la sociedad, y que inducir sentimientos de culpa puede elevar el riesgo de suicidio.

El SPI-B también incluía una sencilla matriz de evaluación de riesgos en la que se reconoce que los "efectos indirectos" del uso de los medios de comunicación para aumentar la sensación de amenaza personal y de la desaprobación social "podrían ser negativos". También hay una declaración que demuestra que hubo una conversación sobre los efectos indirectos, aunque no parece estar totalmente documentada. Los factores de riesgo y la ética del uso del miedo, la vergüenza, la culpa y la coacción eran casi con toda seguridad conocidos por los miembros del SPI-B, ya que varios de ellos eran psicólogos colegiados registrados en la Sociedad Británica de Psicología (BPS). En una entrevista con uno de los miembros del SPI-B, el Dr. Gavin Morgan, psicólogo educativo colegiado por la BPS, se refiere al uso del miedo por parte de sus colegas del SPI-B y dice (según transmite Laura Dodsworth, en Un estado de miedo, págs. 262,263):
"Está claro que utilizar el miedo como medio de control no es ético. Lo que se hace como psicólogo es coconstrucción. Utilizar el miedo huele a totalitarismo. No es una postura ética para ningún gobierno moderno"... ¿Fue poco ético usar el miedo, pregunté? "Bueno, yo no sugerí que usáramos el miedo". Pero sus colegas sí. ¿Qué opina de eso? Hizo una pausa. "Oh, Dios". Otra pausa renuente. "No es ético", dijo.
Al igual que el Dr. Morgan, cualquier psicólogo registrado en la BPS dentro del SPI-B habría o debería haber reconocido que recomendar al Gobierno que utilice el miedo como medio para controlar al público infringía su código ético y de conducta profesional. Es necesaria una investigación urgente tanto por el Gobierno del Reino Unido como por la BPS. Dos puntos específicos del Código de Ética y Conducta de la Sociedad Británica de Psicología (2021) que pueden haberse incumplido son (con mi énfasis):
3.3 Responsabilidad. Debido a su reconocida experiencia, los miembros de la Sociedad a menudo disfrutan de autonomía profesional; la responsabilidad es un elemento esencial de la autonomía. Los miembros deben aceptar la responsabilidad adecuada por lo que está dentro de su poder, control o gestión. La consciencia de responsabilidad garantiza que no se abuse de la confianza de los demás, que se gestione adecuadamente el poder de influencia y que el deber hacia los demás sea siempre primordial. Declaración de valores: Los miembros valoran sus responsabilidades hacia las personas y los pueblos, hacia el público en general y hacia la profesión y la ciencia de la psicología, incluyendo la evitación del daño y la prevención del mal uso o abuso de su contribución a la sociedad. En la aplicación de estos valores, los psicólogos deben considerar:
  • Responsabilidad profesional.
  • Uso responsable de sus conocimientos y habilidades.
  • Respeto por el bienestar de los seres humanos, no humanos y el mundo vivo.
  • Deberes potencialmente contrapuestos.
3.4 Integridad. Actuar con integridad incluye ser honesto, veraz, preciso y coherente en las acciones, palabras, decisiones, métodos y resultados. Requiere dejar a un lado el interés propio y ser objetivo y abierto a los desafíos en el propio comportamiento en un contexto profesional. Declaración de valores: Los miembros valoran la honestidad, la probidad, la precisión, la claridad y la imparcialidad en sus interacciones con todas las personas y pueblos, y tratan de promover la integridad en todas las facetas de sus actividades científicas y profesionales".
Pruebas de que se utilizaron técnicas psicológicas para inducir miedo, vergüenza, culpa y coacción al público del Reino Unido

El documento del SPI-B en cuestión demuestra que se recomendaron al Gobierno del Reino Unido las opciones de provocar sentimientos de miedo, vergüenza, culpa y el uso de la coacción. Hay pruebas de que esas opciones se aplicaron posteriormente a la población del Reino Unido.

En agosto de 2022, usted declaró:
En cada informe, tratamos de decir: vamos a parar la "narrativa del miedo". Siempre fue errónea desde el principio. Siempre dije que estaba mal... Estaba mal asustar a la gente de esa manera.
Además, los mensajes de WhatsApp filtrados del entonces ministro de Sanidad, Matt Hancock, publicados en el Daily Telegraph en marzo de 2023, confirman que se utilizó el miedo y la culpa:
Hancock: Asustamos a todo el mundo con la nueva cepa. Pero las complicaciones con ese Brexit se llevan la palma.

Poole: Sí, eso es lo que conseguirá un cambio del comportamiento (sic) adecuado.

Hancock: ¿Cuándo desplegamos la nueva variante...

Case: Reforzar los mensajes, el factor miedo/culpa es vital.
Los anteriores son sólo dos ejemplos en los que altos ministros del Gobierno reconocieron que el miedo y la culpa se utilizaban como motores del cambio de comportamiento de la población británica sin que esta lo supiera.

La bibliografía existente

Es importante reconocer que las técnicas psicológicas mencionadas se utilizaron en la población del Reino Unido sin su conocimiento ni consentimiento, y que esto contradice directamente los consejos de la ciencia del comportamiento, establecidos desde hace tiempo y cuidadosamente estudiados, que dejan claro que, en la teoría y en la práctica, el consentimiento del público es primordial. Según un informe del Instituto para el Gobierno de 2010:
El uso de MINDSPACE (u otras herramientas políticas del tipo "empujoncito") puede requerir un manejo cuidadoso; en esencia, el público necesita dar su permiso y ayudar a dar forma a cómo se utilizan dichas herramientas (pág. 10).
El informe prosigue:
Los responsables políticos que deseen utilizar estas herramientas resumidas en MINDSPACE necesitan la aprobación del público para hacerlo (pág. 74).
Más literatura apoya que el permiso del público es esencial. David Halpern escribió en 2015:
Si hay un gran riesgo para la aplicación de los conocimientos conductuales en política, es que el hilo del permiso público se desgaste demasiado. Si los gobiernos, o incluso las comunidades o las empresas, desean utilizar los conocimientos sobre el comportamiento, deben buscar y mantener el permiso del público para hacerlo (pág. 365).
Como no se obtuvo el permiso, las opciones recomendadas y desplegadas no estaban en consonancia con los principios de la ciencia del comportamiento.

Es importante destacar que se utilizaron los mismos tipos de técnicas con los niños en relación con el uso de mascarillas, el distanciamiento social y la aceptación de vacunas, y que muchas técnicas continuaron en 2022. Estas técnicas violaron las recomendaciones de UNICEF de su conjunto de herramientas éticas para proyectos de ciencia del comportamiento dirigidos a niños. El conjunto de herramientas establece:
Una idea central que subyace al enfoque de la ciencia del comportamiento aplicada es que las intervenciones no deben restringir la elección y deben comunicar de forma transparente los objetivos del proyecto. Al diseñar una intervención, los profesionales deben determinar hasta qué punto será transparente para los afectados. Deben asegurarse de que los niños y los padres puedan optar fácilmente por no participar, y deben diseñar mecanismos de retroalimentación para que los niños y sus padres puedan expresar sus preocupaciones, ver los resultados de sus objeciones y pedir cuentas a los responsables de la toma de decisiones.
La literatura científica sobre el comportamiento también indica una posible relación entre el uso indebido de la psicología conductual y un mayor riesgo de suicidio, según se desprende del informe del Grupo Parlamentario de Todos los Partidos sobre la Revisión Morse de la Tasa del Préstamo en 2020. Una de las recomendaciones del informe exige:
Una evaluación independiente y una suspensión del uso por parte de HMRC (Rentas y Aduanas de Su Majestad) de la psicología conductual/análisis conductual, a la luz del riesgo de suicidio en curso para los afectados por la Tasa del Préstamo.
La bibliografía destaca que es preciso buscar y mantener la aprobación del público. Además, todos los proyectos de ciencias del comportamiento dirigidos a niños deben contar con mecanismos eficaces de retroalimentación y métodos de exclusión voluntaria, y los responsables de la toma de decisiones deben poder rendir cuentas. También existe la preocupación potencial de que la ciencia del comportamiento pueda aumentar los niveles de suicidio. Estos importantes aspectos éticos y señales de seguridad parecen haber sido ignorados. Las lecciones de la historia nos advierten de que en tiempos de crisis existencial, ya sea real o sólo percibida, nuestra ética corre el riesgo de abandonarse, y los conocimientos psicológicos pueden ser mal utilizados por los gobiernos:
En algunas condiciones o circunstancias y contextos históricos, los psicólogos y los conocimientos psicológicos corrieron el peligro de utilizarse indebidamente por los poderes políticos, en gran medida con fines clandestinos, como la comisión de la tortura o la persecución de opositores políticos (Maercker A, Guski-Leinwand S, 2018).
Es muy preocupante que las acciones del Gobierno del Reino Unido durante la era covid encajen potencialmente en la categoría del abuso del conocimiento psicológico y estén ausentes de ética, por lo que requieren una investigación seria.

El impacto de la presión psicológica en el consentimiento informado

En aras de la brevedad, no reiteraré las múltiples preocupaciones ya documentadas por otros en torno a las consecuencias de las acciones del Gobierno en torno al bloqueo, las altas hospitalarias, el cierre de escuelas y la mascarilla obligatoria. Sin embargo, sí quiero destacar una consecuencia extremadamente grave que creo que se ha producido como resultado directo del uso de técnicas psicológicas poco éticas y de la perspicacia conductual sobre un público sin saberlo: al adoptar las técnicas utilizadas, el Gobierno socavó de forma significativa y material, si no eliminó, la capacidad de la población del Reino Unido para dar un consentimiento informado válido para recibir la vacuna Covid-19.

Según Public Health England:
El consentimiento debe obtenerse antes de iniciar cualquier tratamiento o investigación física o antes de proporcionar cuidados personales a un paciente. Esto incluye la administración de todas las vacunas.
Además,
es un principio legal y ético que debe obtenerse un consentimiento válido antes de iniciar cuidados personales, tratamientos o investigaciones.
Además,
para que el consentimiento a la inmunización (sic) sea válido, debe ser dado libre, voluntariamente y sin coacción por una persona debidamente informada que tenga capacidad mental para consentir la administración de las vacunas en cuestión.
De lo anterior se desprende claramente que para que el consentimiento médico sea válido debe darse sin coacción. La Enciclopedia Británica define la coacción como:
La amenaza o el uso de medidas punitivas contra estados, grupos o individuos para que emprendan o desistan de acciones específicas. Además de la amenaza o el uso limitado de la fuerza (o ambos), la coacción puede implicar sanciones económicas, presiones psicológicas y ostracismo social.
Las técnicas psicológicas utilizadas por el Gobierno del Reino Unido entran dentro de esa definición de coacción. De ello se deduce que, según las declaraciones de Public Health England y al menos para el público en general, el consentimiento a la inmunización quedó invalidado por el comportamiento del Gobierno del Reino Unido. También es importante destacar que se han producido lesiones graves y muertes directamente relacionadas con la vacuna Covid-19. Muchos de los heridos o fallecidos no se habrían vacunado si no hubieran sido presionados psicológicamente, temido el ostracismo social y recibido información precisa.

La eliminación de la capacidad de la población general para dar un consentimiento médico informado es de lo más preocupante, y una consecuencia grave y peligrosa del uso de conocimientos conductuales y técnicas psicológicas sobre un público que no lo sabe.

Conclusión

La necesidad de atenerse firmemente a la ética profesional, en particular al principio ético del consentimiento informado, no es sólo una cuestión "académica". Es una cuestión de importancia práctica y fundamental para un gobierno responsable.

Según David Halpern, "el análisis conductual, como cualquier otra forma de conocimiento, pueden utilizarse para bien o para mal" (p. 348). En mi opinión, el uso de los conocimientos conductuales y las técnicas psicológicas diseñadas para provocar sentimientos de miedo, vergüenza y culpa utilizadas por el Gobierno del Reino Unido desde marzo de 2020 no ha sido ético. Las consecuencias aún se están desvelando, pero parece que incluyen graves daños a la confianza en el gobierno y sus agencias, el NHS (Servicio Nacional de Salud) y las profesiones médicas y científicas.

Propongo el cese inmediato del uso de todas las técnicas de la ciencia del comportamiento diseñadas para provocar sentimientos de miedo, vergüenza y culpa utilizadas por el Gobierno, a la espera de una investigación urgente, abierta e independiente. Esta investigación también debería tener como objetivo el restablecimiento de los marcos éticos necesarios para proteger al público y rendir cuentas. Agradecería un debate sobre este asunto tan importante.

Muy respetuosamente

Dr. Christian Buckland

Doctor en Psicología, Psicoterapia y Asesoramiento