La culpa de los ataques a la central nuclear de Zaporozhie y sus posibles consecuencias, recae plenamente en los dirigentes de los Estados que suministran armas e inteligencia al régimen de Kiev, le proporcionan recursos financieros, entrenan a soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania y prestan "apoyo" informativo a los crímenes ucranianos.
Zaporozhye power plant
© Global Look Press / Dmitry Grigoriev
Las cosas por su nombre

Así lo ha denunciado el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación de Rusia mediante un comunicado emitido. El ente abunda que "con sus acciones criminales, Ucrania, apoyada por EEUU y sus satélites occidentales, esencialmente deja claro que se ha embarcado en el camino del terrorismo nuclear".

La Cancillería rusa enfatiza que "la tarea de la comunidad mundial, así como de las organizaciones internacionales, principalmente la OIEA, es privar a Kiev de la capacidad de llevar a cabo ataques terroristas contra instalaciones nucleares".

El analista internacional. Eduardo Luque indica que respecto a estos ataques terroristas, hay cuestiones muy importantes a tener en cuenta. "Uno, es el control que ejerce Occidente sobre las armas que envía a Ucrania", apunta
"Cuando Occidente envía determinados tipos de armas a un tercer país, se reserva el derecho a que este país las use, o no. Hay múltiples ejemplos de eso. No es que te vendan un misil y ya los puedas usar inmediatamente para tus propios fines. Ese misil que te envían tiene unos protocolos de intervención, que en último extremo, están en manos del país vendedor. Por tanto, los drones que se utilizan para bombardear e intentar destruir una central nuclear, han de tener un control del país vendedor", explica Luque.
El experto enfatiza que Ucrania utiliza las armas con permiso de Occidente, [...] "que ha de proporcionar una logística adecuada para que consigan alcanzar los objetivos prefijados", y remarca que en este caso "estamos hablando de atentados nucleares", concluye.