Más de mil sirios esperan en Melilla su oportunidad para llegar a territorio español y pedir el estatuto de refugiado. "El ritmo de entrada diario que consienten es entre 20 y 30 personas por día", explica a Diagonal José Palazón, director de la ONG Prodein. "Parece que hay un acuerdo", señala apuntando que España está relegando en Marruecos la gestión de la frontera por el cual es este último país quien ejerce el control fronterizo. "De esta manera España se limpia las manos y queda bien".

frontera de Melilla
La frontera de Melilla

Desde que en septiembre de 2014, el Ministerio de Interior inauguró la Oficina de Asilo en Melilla, el número de personas que acudían para reclamar el estatuto de refugiados ha ido variando. "Al principio no había mucha gente, porque allí nunca se ha podido ejercer el derecho de asilo. No había una costumbre de hacerlo porque si pedías asilo te quedabas allí encerrado, era mucho más rápido llegar a España si no lo pedías", explica Palazón.

En las siguientes semanas fue aumentando el número de personas que acudían a la oficina hasta llegar a las 90 diarias ya en abril, pero, a partir de ese mes, comenzó a descender el cupo hasta las 20-30 personas por día a las que se permite hoy llegar a territorio español para pedir el estatuto de refugiado. "Hay situaciones muy dramáticas, muchas familias que se han quedado divididas, cuatro o cinco familias que comparten una habitación... La gente en el otro lado de la frontera cada día está peor, y muchos de ellos se están quedando sin dinero".
Sin embargo, el proceso para ser una de esas 20 personas al día que pueden pasar la frontera no es gratis. Palazón explica que cada día, los 'pasadores' - personas que facilitan el cruce de la frontera generalmente a cambio de dinero- pasan por los hoteles y casas en donde se alojan las familias que quieren pedir el estatuto de asilo.

Les cobran entre 1.000 y 3.000 euros por persona por acompañarles hasta la frontera. "De alguna manera les dejan acceder al territorio español, y es entonces cuando pueden ir a la oficina y comenzar la tramitación para obtener el estatuto de refugiado".
refugiados sirios
Una familia de refugiados sirios en Melilla
"Aquí se entra pagando, y da igual que se sea refugiado o no", subraya Palazón en relación a los cientos de personas que también intentan cruzar la frontera, pero sin acogerse a la figura de refugiado. "Los que entran lo hacen metidos en coches o barcos, y también tienen que pagar".

Desde Prodein también señalan la falta de coherencia en política de fronteras que se da entre Melilla y Ceuta. "En Ceuta, los solicitantes de asilo son básicamente ninguno, no dejan pasar a nadie. En Ceuta han puesto todos los impedimentos posibles al paso de fronteras mientras en Melilla han abierto una puertecita para que concentre todo el flujo migratorio", concluye.