estudiantes chilenos
© DesconocidoMarcha estudiantil por el presupuesto de 2013 termina en Santiago con disturbios.
Los estudiantes vuelven a manifestarse en Santiago de Chile para pedir que no se cierren colegios públicos y que se modifique la financiación de los estudios en pleno debate parlamentario de los presupuestos de 2013 y a dos semanas de las municipales del 28 de octubre.

Los jóvenes han obtenido autorización para manifestarse a lo largo del Parque Bustamante, desde la céntrica Plaza Italia hasta la confluencia con la avenida Matta, en un recorrido que trata de minimizar los atascos en plena hora punta.

Mientras las últimas manifestaciones celebraron en horario matutino, esta marcha, convocada por estudiantes universitarios y de secundaria y por sindicatos de profesores y funcionarios, se ha fijado para las 18.00 hora local (21.00 GMT) con el fin de que a ella se sumen los trabajadores.

"Esta movilización se hace en un contexto particular, que es la discusión presupuestaria y las campañas de las elecciones municipales", dijo en una rueda de prensa el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc), Noam Titelman.

Los estudiantes reclaman que los candidatos a las municipales se comprometan a no cerrar colegios tras esos comicios.

Desde 1981, esos centros de secundaria están administrados por los ayuntamientos y precisamente una de las principales demandas de los de secundaria es que, dada su cuestionada gestión, vuelvan a pasar a manos del Ministerio de Educación.

Consultado por la base de sus sospechas, Gabriel González, portavoz de la Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Cones), afirmó que en muchos colegios de regiones circulan versiones de que tras las elecciones esos centros van a ser fusionados o cerrados.

Según González, el fundamento para decretar esos cierres sería la caída en el número de alumnos inscritos en colegios públicos, una matrícula que ha bajado del 88 % de hace treinta años al 36 % actual.

En los presupuestos, el Gobierno de Sebastián Piñera ha destinado unos 12.800 millones de dólares a la partida de educación, en la qu se incluyen unos 1.200 millones (9,4 %) más que en 2012, con el énfasis en aumentar las becas y rebajar el coste de los créditos.

Pero los estudiantes insisten, en palabras de Titelman, en modificar de raíz la forma de financiación y "cambiar este sistema basado en el subsidio a la demanda que por treinta años ha significado tremendas desigualdades en la calidad de la educación que se entrega".

Su colega de la Universidad de Chile, Gabriel Boric, acusó además al Gobierno de no hacer nada por evitar el beneficio en las universidades privadas, una práctica que está prohibida pero para la que existen subterfugios legales.

"El presupuesto del Gobierno, si bien tiene un aumento significativo de recursos, vuelve a caer en la lógica del saco roto, porque sigue derivando fondos a instituciones privados que no sabemos cómo funcionan, ni siquiera si cumplen la ley", denunció Boric.