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Dos personas acusadas de corrupción han sido absueltas tras demostrar ante un tribunal británico que actuaron con el beneplácito de Londres
FILE PHOTO: Prince Bandar in the 1980s.
© Diana Walker / Getty ImagesFOTO DE ARCHIVO: El príncipe Bandar en la década de 1980.
Altos cargos de Defensa británicos continuaron a sabiendas con pagos muy "anacrónicos" al hijo de un ex ministro de Defensa saudí mientras ocultaban pruebas clave de una investigación sobre el acuerdo, según han revelado documentos judiciales británicos. Al parecer, esta práctica continuó incluso después de que provocara un gran escándalo bajo el mandato del Primer Ministro Tony Blair.

Los correos electrónicos y memorandos que arrojan luz sobre el acuerdo, muchos de los cuales están marcados como confidenciales y sensibles, fueron revelados como parte de un caso de soborno que concluyó en Londres la semana pasada. Los pagos estaban relacionados con el llamado acuerdo de armas al-Yamamah de la década de 1980, que fue la mayor venta de exportación de armas de la historia británica moderna. El receptor de los fondos fue el príncipe Bandar bin Sultan Al Saud, hijo del entonces ministro de Defensa de Arabia Saudí, que desempeñó un papel clave en la negociación de los contratos.

El periódico The Guardian sacó a la luz la implicación del Gobierno en el asunto en 2003 y el vínculo con el príncipe en 2007, y el lunes informó en detalle sobre los documentos recién revelados.

El dinero de las cuentas del Ministerio de Defensa se envió a Arabia Saudí trimestralmente a partir de 1988. La Oficina de Fraudes Graves (SFO) inició una investigación sobre los pagos en 2004, apuntando al gigante armamentístico BAE. Dos años más tarde, sin embargo, el gobierno de Blair anuló la investigación, alegando que continuarla perjudicaría los intereses nacionales.

Los funcionarios británicos eran perfectamente conscientes de que el dinero se utilizaba para sufragar los gastos personales del príncipe, como su jet privado, según las nuevas pruebas. Stephen Pollard, un alto funcionario militar, calificó el acuerdo de "cada vez más anacrónico" en un memorando, pero argumentó que detener los pagos supondría "correr el riesgo de disgustar a saudíes clave". En 2008, el Ministerio de Defensa puso en marcha un nuevo mecanismo menos llamativo para transferir los fondos.

El juicio en el Reino Unido fue el segundo intento de la OFS de procesar a dos individuos, Jeffrey Cook y John Mason, a los que acusó de pagar sobornos a varias figuras de la realeza saudí. El primer caso fue desestimado por un juez después de que se descubriera que el Ministerio de Defensa no había aportado pruebas clave. El Tribunal de la Corona de Southwark absolvió a ambos el pasado miércoles.

Mason, de 81 años, y otra persona, el ex oficial del ejército británico Ian Foxley, han manifestado su intención de demandar al gobierno. Mason alega un procesamiento injusto. Foxley es el denunciante que envió pruebas de presunta corrupción a la OFS. Afirmó que tuvo que huir de Arabia Saudí ante la amenaza de ser detenido tras informar de sus preocupaciones a sus superiores, que supuestamente informaron a Riad sobre él.