niño autista
© Angel Luis GarcíaHoy, en el 2010, ya Diego estudia en segundo grado.
"Hola. Me llamo Diego Armando León, tengo 7 años y estudio en I.Q. Kids. Voy a terapias del habla y ocupacional en Angel's Step", dijo Diego cuando El Nuevo Día fue a su casa.

¡Fue sorprendente oírlo hablar así! Especialmente, cuando su caso fue uno de los diez presentados por Sueño de Navidad en 2007. En ese entonces, Diego tenía 5 años, y apenas hablaba ni se comunicaba. Había sido diagnosticado con autismo típico, un autismo severo.

Su madre, Ivelisse Ortiz, había dejado de trabajar para dedicarse de lleno a su hijo, y su padre, Fulgencio León, tenía tres trabajos para sufragar los gastos de su familia.

Fulgencio León, explicó que Sueño de Navidad les concedió para su hijo las terapias completas en Tomatis. Además, les dieron un crédito en un Health Food para las dietas del niño.

"Esas son terapias muy costosas y queríamos ver cómo le funcionaban. Uno debe creer y tener fe que los métodos que uno busca para su hijo van a funcionar", acotó León.

Hoy día, Diego está diagnosticado con Desorden Pervasivo del Desarrollo, un autismo atípico, conocido como PDD Nos.

Por su parte, Ivelisse Ortiz, aseguró que el Tomatis ayudó mucho a Diego. "El método Tomatis consta de unas terapias auditivas, combinadas con terapias del habla y ocupacionales. Además, le dábamos ABA, una terapia de análisis del comportamiento aplicado. Diego estuvo casi un año allí. En el caso de él, consistió en tres fases", afirmó Ortiz.

Mientras estaba en Tomatis, los padres empezaron a ver cambios en su hijo. "El combinar todas esas terapias le dio una fortaleza a Diego que hasta logró entrar a kinder con niños típicos. Empezó a estar más alerta, se pasaba buscándonos, algo que no hacía; se acercó a otros niños y se trataba de comunicar", detalló León.

Ivelisse Ortiz contó que la clave está en ser persistente y consistente, no rendirse y seguir siempre las terapias intensivas, una dieta libre de gluten y de caseína y tratamientos biomédicos, que son naturales.

Según el padre, a él no le interesaba escuchar decir que el autismo no tenía cura. Quería escuchar historias de éxito.

"Ahora, podemos decirles a otros padres que el autismo es tratable y que hoy día Diego está en segundo grado en la corriente regular, corre patineta, juega Wii, y comparte y socializa. Son grandes logros", dijo.

"Estamos bien agradecidos con El Nuevo Día, con Sueño de Navidad y las personas que cooperaron con nosotros. Sueño de Navidad no sólo se trata de la ayuda en dinero, sino en las palabras de apoyo que uno recibe. Fue bien especial ese año, ganamos muchas amistades", puntualizó el orgulloso papá de Diego.