Hassan Diab child chemical attack Douma Syria
© South FrontHassan Diab aparece en el vídeo de las víctimas del "ataque químico" en Duma; sin embargo, más tarde explicó a los medios de comunicación rusos que el evento fue escenificado.
Dos de los hechos más notables en relación con el ataque del 14 de abril contra Siria por parte de EE.UU., Reino Unido y Francia son:
  1. Materialmente, los ataques fueron completamente ineficaces, como lo explica Joe Quinn en su artículo Acerca de esos misiles "bonitos, nuevos e inteligentes" y los emplazamientos de "armas químicas" en Siria. Los sirios entendieron esto y por eso estaban celebrando en lugar de lamentarse cuando salió el sol.
  2. Se llevaron a cabo horas antes de que la misión de la OPAQ llegara a Siria y justo después de que el Ministerio de Defensa ruso comenzara a mostrar testimonios de médicos locales que negaban la existencia de un ataque químico en Duma. Esto sugiere que Francia, Reino Unido y EE.UU. tenían prisa por hacer una demostración de fuerza antes de que los hechos pudieran ser analizados apropiadamente, a la vez que distraían la atención de la evidencia.
En lugar de demostrar fuerza, estos hechos hablan de debilidad, impotencia y un deseo de compensar con una actitud teatral. Estados Unidos sabe que no puede ir demasiado lejos en su búsqueda de un cambio de régimen en Siria porque corre el riesgo de pagar un alto precio a manos de Rusia. Incluso si pudiera derrotar a todas las fuerzas rusas en Siria, no está dispuesto a perder ningún barco, avión o miembro de personal y, por lo tanto, perder su condición de fuerza militar suprema mundial. Además, siempre existe el riesgo de una intensificación, lo que es una locura cuando se trata de potencias nucleares. Los estadounidenses son muy conscientes de que están jugando con fuego, lo que explica el cuidado con el que se mantuvieron alejados de los objetivos rusos. El ataque fue cuidadosamente medido para parecer más fuerte que el del año pasado, pero no lo suficientemente fuerte como para provocar que Rusia entrara en acción. Esto también podría explicar, en parte, por qué la administración Trump está tratando de reemplazar las tropas de EE.UU. en Siria por una fuerza árabe, ya que es mucho más seguro (y más barato) luchar con fuerzas subsidiarias.

Tras los ataques a Siria, y a medida que se va conociendo más información sobre el ataque químico que nunca se produjo, resulta cada vez más evidente que los principales medios de comunicación occidentales también están perdiendo su posición dominante y su control sobre la narrativa.

La verdad está saliendo a la luz

El viernes 13 de abril, el general de brigada ruso Igor Konashenkov se dirigió a los medios de comunicación y reveló que dos médicos que aparecieron en el vídeo del presunto ataque químico dijeron que la gente estaba siendo tratada de asfixia por humo y polvo y que no presentaban síntomas de exposición química. Alguien entró corriendo en la habitación gritando y sembrando el pánico sobre químicos y filmó a los civiles mientras se mojaban unos a otros con agua. Desde entonces, hemos visto:
  • Un vídeo con lo anterior y otros testimonios del personal médico que estuvo presente durante el evento.
  • Un artículo escrito por Robert Fisk, veterano corresponsal de The Independent en Oriente Medio, que cita testimonios locales que confirman la misma historia
  • Un videorreportaje de Pearson Sharp de One America, una vez más con testimonios que negaban la existencia de un ataque químico en Duma en ese momento.
  • El testimonio de un niño que apareció en el vídeo de las presuntas víctimas del atentado, declarando que se encontraba entre varias personas a las que se les instó a ir al hospital donde fue rociado con agua sin razón aparente.
En cuanto a las pruebas, esto es lo mejor que se puede conseguir. Sin embargo, aparte del artículo de Fisk en The Independent y el cuestionamiento explícito de Tucker Carlson en Fox News a que el ataque químico hubiera tenido lugar, estos testimonios no han aparecido en los medios de comunicación occidentales. No obstante, parece haber un cambio en la actitud de los principales canales de difusión occidentales.
Douma
© AFP/Sameer Al-DoumyDuma, en las afueras orientales de Damasco.
Señales de desesperación

Uno comprende que los medios de comunicación están resentidos por las narrativas alternativas cuando sienten la necesidad de enfrentar y difamar a esas voces directamente, en lugar de pretender que no existen como lo hacen normalmente. Tomemos este artículo de la BBC:
Guerra de Siria: Los activistas en internet impulsan teorías de conspiración
19/04/2018

Mientras continúa la investigación sobre otro supuesto ataque químico en Siria, un grupo de influyentes activistas en línea se dedica a difundir su versión de los hechos.

Los inspectores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) están intentando acceder a la ciudad de Duma, anteriormente controlada por los rebeldes, donde organizaciones médicas y personal de rescate afirman que las fuerzas del Presidente Bashar al-Assad lanzaron bombas llenas de productos químicos tóxicos en un ataque que tuvo lugar el 7 de abril y en el que murieron más de 40 personas.
Las "organizaciones médicas y el personal de rescate", que la BBC no menciona por su nombre, no son más que la Sociedad Médica Sirio Americana y los Cascos Blancos. El primero es un grupo de presión financiado por la USAID y dirigido por simpatizantes de la Hermandad Musulmana que tiene como objetivo el cambio de régimen en Siria y que opera exclusivamente en territorios de la oposición, incluyendo a Al Qaeda. Asimismo, el segundo es un grupo fundado en Turquía por James Le Mesurier, un especialista británico en seguridad privada, y que ha demostrado repetidamente que funciona como el brazo propagandístico de terroristas como Al Qaeda e ISIS.

La BBC destacó a la usuaria de Twitter Sarah Abdallah y a la periodista independiente Vanessa Beeley como dos ejemplos de influyentes "teóricas de la conspiración" en Siria. El artículo incluye dos fotos de Abdallah tomadas de su cuenta de Twitter. La primera incluye la siguiente leyenda sugerente:
Sarah Abdallah es una de las usuarias más influyentes de Twitter que comenta en las conversaciones sobre el conflicto en Siria, aunque se sabe poco sobre la persona que está detrás de la cuenta.
Y la segunda:

Sarah Abdallah
© Sarah Abdallah / Twitter
En varias fotos publicadas por Sarah Abdallah, los elementos en el fondo (como la casa en esta foto) son más comunes en Norteamérica, que en el Líbano.
Irónicamente, la BBC está haciendo uso de sugerencias "conspirativas" para desacreditar a Abdallah, señalando que realmente no sabemos quién es y que puede que ni siquiera esté en el Líbano. Nótese que ella se describe a sí misma como una "comentarista geopolítica libanesa independiente", no es que necesariamente viva en el Líbano. La BBC también está disgustada por ello, ya que no hay artículos publicados de ella que se puedan encontrar en internet, a pesar de que "comentarista" se puede aplicar fácilmente a un usuario de Twitter.

Vanessa Beeley Twitter
© Vanessa Beeley / Twitter
Al atacar a Vanessa Beeley, la BBC objeta que escribe para 21st Century Wire (aunque es interesante que la BBC no se moleste en mencionarlo por su nombre) al que los Media Bias y Fact Check han llamado un "sitio de conspiración y conjeturas" que tiene "un sesgo de extrema derecha". Además, la BBC, de propiedad estatal, se queja de que Beeley aparezca en el "canal estatal ruso RT". No importa que Vanessa Beeley haya realizado un trabajo periodístico mucho más valioso sobre Siria informando desde el terreno y hablando realmente con el pueblo sirio; algo que la BBC hace raramente, o nunca. Curiosamente, Media Bias y Fact Check declaran que la BBC tiene un nivel de información objetiva "muy alto", mientras que 21st Century Wire es "mixto". Tales evaluaciones hablan más del sesgo de Media Bias y Fact Check que del de 21st Century Wire.

En última instancia, el argumento de la BBC contra Abdallah y Beeley no es más que un ataque ad hominem. En lugar de examinar la validez de sus argumentos o las pruebas presentadas, a la BBC le resulta más fácil descalificarlas por ser lo que dicen ser: una comentarista de Twitter y una periodista independiente.

The London Times también ha intentado recientemente participar en la campaña de desprestigio contra periodistas independientes acusando a miembros académicos británicos del Grupo de Trabajo sobre Siria, Propaganda y Medios de Comunicación (SPM), de "difundir desinformación pro-Assad y teorías de conspiración promovidas por Rusia". Estos "apologistas de Assad", según The Times, han estado propagando la "difamación" de que los Cascos Blancos fabricaron el vídeo de los ataques químicos. The Times también señala que estos académicos han tuiteado el material de Vanessa Beeley (como si esto en sí mismo fuera un problema) al mismo tiempo que olvidan examinar el trabajo de Beeley.

Caitlin Johnstone: ¿No es curioso cómo de repente aparecen todos estos "apologistas de Assad", justo cuando el imperio decide intensificar su guerra contra Siria? ¿Algo así como como cuando los opositores de la invasión a Irak fueron tildados de apologistas de Saddam en lugar de relatores de la verdad?
El Dr. Idrees Ahmad ha criticado un artículo escrito por el profesor Tim Hayward, uno de los llamados "apologistas de Assad". El debate entre Ahmad y Hayward y el SPM está relatado en otro artículo de The Times, con un claro sesgo a favor de Ahmad. Es interesante que Ahmad sea citado diciendo:
"Lo que es grave es que no sólo este grupo está insistiendo en la [misma línea que los rusos] sino que también trata de intimidar a los académicos", dijo. "Está bien tener una opinión propia, pero la evidencia de sus puntos de vista proviene de fuentes poco sólidas y a menudo es desinformación. Si se devalúan los hechos y los fundamentos de una investigación, se crea un laberinto de incertidumbre. Todos podemos estar en desacuerdo sobre la guerra en Siria, pero negar un evento como un ataque químico es caer en un mundo orwelliano".
Como académico, el Dr. Ahmad debería entender que la verdad no está determinada por quién insiste en una línea argumental, pero es claramente un disgusto para él que los rusos tengan ciertas opiniones. Ahmad procede a pedir pruebas bien documentadas, sin tener en cuenta que las partes que afirman que se produjo un ataque químico en Duma no han presentado tales pruebas, como admitió el Secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, poco más de un día antes del bombardeo de Siria. ¿No se da cuenta de que él es un buen ejemplo del pensamiento orwelliano?

Es orwelliano, en efecto, que cuando el ex jefe de la Marina Real, el almirante Alan West, se hizo eco de la lógica del gobierno ruso sobre el supuesto ataque químico en Siria a un reportero de la BBC...
"Sólo me pregunto, sabes que hemos tenido algunas malas experiencias con la inteligencia. Cuando era jefe de inteligencia de la defensa, me presionaron mucho políticamente para que dijera que nuestra campaña de bombardeos en Bosnia estaba logrando todo tipo de cosas que no eran reales. Me pusieron bajo una enorme presión, así que sé las cosas que pueden pasar con la inteligencia".
...la entrevistadora de la BBC, Anita McVeigh, le respondiera:
"Sabemos lo que el ministro de Asuntos Exteriores ruso Sergei Lavrov dijo el viernes, o acusó a un estado occidental el viernes, de tal vez fabricar pruebas en Duma o de estar involucrado de alguna manera en lo que ocurrió en Duma. Dado que estamos en una guerra de información con Rusia en tantos frentes, ¿crees que tal vez sea desaconsejable declarar esto tan públicamente dada tu posición y tu perfil? ¿No hay peligro de que estés enturbiando las aguas?"

Claramente, contrarrestar cualquier cosa que Rusia diga o haga es más importante para la BBC que la verdad real del asunto.

Sky News emitió una entrevista igualmente impactante. El entrevistado, el general Jonathan Shaw, ex comandante de las fuerzas británicas en Irak, seguía la misma línea de pensamiento del almirante West, dudando de que Assad bombardeara tontamente a civiles con productos químicos cuando estaba ganando la guerra. En ese momento, la presentadora de Sky News decidió abruptamente terminar la entrevista:

Finalmente, The Guardian merece una mención especial por tratar de luchar valientemente contra los testimonios de la gente de Duma a toda costa citando al Dr. Ghanem Tayara, un médico general radicado en Birmingham y director de la Unión de Organizaciones de Asistencia Médica y Socorro (UOSSM, por sus siglas en inglés), que afirma que los médicos que respondieron al "ataque de gas" fueron objeto de "intimidación extrema" por parte de funcionarios sirios que incautaron las muestras biológicas. Esto es control de daños en su máxima expresión: la "lógica" aquí parece ser que si no se encuentra ninguna prueba de un ataque químico, ¡eso significa que los médicos fueron intimidados por el "régimen" y todas las pruebas fueron incautadas!

Según su página web, la UOSSM imparte cursos de formación médica "dirigidos por el profesor Pitti de Francia, antiguo asesor médico de la OTAN". Se enorgullece de haber entrenado a los infames Cascos Blancos y coopera con la SAMS, mencionada anteriormente. El propio Dr. Tayara no ha hecho ningún esfuerzo por ocultar su lealtad. Ha afirmado en el pasado que los rusos han bombardeado hospitales en Siria, una acusación dudosa a lo sumo que Rusia ha negado al señalar que algunos de los supuestos hospitales bombardeados ni siquiera existían. Actualmente está informando desde Turquía, pero eso no le impide describir a Duma como si pudiera verla desde su ubicación: "Ha habido una presencia de seguridad muy fuerte en el terreno desde el ataque y han estado atacando a doctores y médicos de una manera muy directa". Desafortunadamente, sus fuentes médicas y cualquier otra persona que haya hablado con The Guardian desean permanecer en el anonimato, por lo que sólo podemos creer en la palabra de Tayara (o no).

Cómo no perder con elegancia

Lo que tienen en común todos los ejemplos del sesgo de los medios de comunicación mostrados anteriormente es la torpe desesperación que surge cuando un 'castillo de naipes' político está empezando a caer. Mientras que Estados Unidos y sus aliados occidentales están perdiendo poco a poco la guerra política y económica, los medios de comunicación (que son la base de su poder) están perdiendo la guerra de la información, y lo saben.

Cuando las potencias occidentales se sintieron acorraladas por la posibilidad de que la verdad de Duma saliera a la luz, atacaron con ira con 103 misiles disparados contra Siria. Gracias a Rusia, éstos causaron un daño mínimo, pero si las masas siguen insistiendo en conocer la verdad, nadie sabe cómo reaccionarán las potencias occidentales la próxima vez. En cuanto a los medios de comunicación, no hay manera elegante de arreglar el lío en el que se encuentran, excepto pidiendo disculpas y comenzando a dedicarse a un periodismo real y honesto. Cuanto más caos se cree, más mentiras se descubrirán y, en última instancia, la verdad nos hará libres.