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© Desmond Brown / IPSAlgas de sargaso llegan a las costas del Caribe con las corrientes alteradas por el cambio de temperatura y de clima.
Cuando los científicos hablaban del mar de los Sargazos, en la parte media del océano Atlántico, no mencionaban su vegetación flotante característica, pues quedaba confinada allí por la habitual ausencia de vientos y de corrientes marinas. Pero eso cambió.

En las últimas semanas, las algas de sargazo inundan la costa caribeña llevadas por corrientes marinas alteradas debido a los pronunciados cambios de temperatura y, en general, de clima.

El fenómeno plantea graves problemas para los ecosistemas locales e industrias importantes, como el turismo y la pesca.

"Es la primera vez que yo, o cualquiera de los compañeros del grupo, vemos tanto sargazo invadiendo nuestras costas", dijo a IPS en esta capital el oficial de comunicaciones de la Asociación de Pescadores de Antigua y Barbuda, Gerald Price.

"Las algas obstruyen el motor de la mayoría de los barcos", se lamentó.

No se sabe la causa del fenómeno, pero la División de Pesca de Antigua y Barbuda informó que: "las inusuales y fuertes corrientes tras las últimas tormentas probablemente arrastraron algas en masa del mar de los Sargazos al Caribe".

El mar de los Sargazos, con una superficie de unos 3,5 millones de kilómetros cuadrados, llega hasta parte del llamado Triangulo de las Bermudas, ya en el mar Caribe.

"Se prevé que la llegada masiva de algas aumente con la mayor cantidad de tormentas tropicales pronosticadas para la actual temporada de huracanes", añadió Price.

Las cambiantes corrientes y las tormentas más poderosas debido al cambio climático son algunas de las posibles causas. Otras pueden ser el incremento de la temperatura oceánica y las consecuencias de la mayor tasa de crecimiento de las diferentes especies marinas.

El científico de la Antigua State College, Vince Best, explicó: "Es posible que el cambio climático sea indirectamente responsable de la proliferación de estas algas particulares que afectan a muchas costas".

"Las temperaturas más altas y los efectos asociados pueden ser los precursores que, de alguna forma, afectan la fisiología general de varias especies de algas que, quizá, provocan su crecimiento excesivo. De ahí, la enorme cantidad de algas en ambientes acuáticos", añadió.

La especie observada es Sargassum fluitans, una macroalga marrón que flota a la deriva en la superficie en mar abierto y que se ve en esta región. Suele encontrarse asociada con la variedad Sargassum natans, originaria del Caribe.

"Es difícil explicar la verdadera causa de por qué el sargazo inunda las costas del Caribe sin realizar una evaluación técnica", indicó Sandra Prescod Dalrymple, especialista en gestión de recursos ambientales de ESP Consultants (Caribbean) Inc.

"Puede ser el resultado de vientos fuertes que generan un oleaje enérgico o una combinación de varias cosas", dijo a IPS.

Independientemente de la causa, ella notó que los efectos son inmediatos, como las moscas y otro insectos, el olor a podrido y los inconvenientes que plantea a los bañistas. También pueden ocasionar problemas de salud, si la situación no se atiende de inmediato de forma oportuna y eficiente.

"La industria turística ser verá afectada porque los visitantes llegan atraídos principalmente por el mar y la arena", indicó Dalrymple. Añadió que "otros efectos a largo plazo se relacionan con la erosión costera pues las algas suelen proteger la playa, al absorber la energía de las olas, y reducen el impacto de estas en el océano".

El especialista en ambiente marino Eli Fuller urgió al gobierno a apurarse a crear un plan integral para atender el problema.

"Una gran cantidad de algas de sargazo atrapadas regularmente en las corrientes llegan a Antigua y Barbuda. Descubrimos que en la costa occidental de África la situación es mucho peor que aquí", apuntó

"Vi una fotografía de Sierra Leona y se ve que tienen problemas graves con las algas. Es un acontecimiento histórico", añadió.

El gobierno de Antigua y Barbuda urgió a los ciudadanos a ser cuidadosos, asegurándoles al mismo tiempo que las algas de sargazo no suponen un riesgo inmediato para la salud.

"La alfombra inusualmente grande de algas en bahías y playas puede perturbar la pesca recreativa y las actividades de los barcos, trastocar el movimiento de las tortugas marinas que van a desovar a las playas, hacer que los aparejos y los pesqueros se enreden u obstruir el tráfico marino", reza una declaración del gobierno.

"Se informa a la población que si bien esta invasión es una molestia, no supone ninguna amenaza inmediata para la salud humana, pero hay que ser cuidadosos y tomar precauciones si se trabaja de forma permanente y directa en contacto con las algas", añade.

También explica que "el olor sulfuroso asociado a ellas se debe al proceso de descomposición una vez que se quedan quietas en un área y se mueren".

Price explicó que el impacto era severo en el turismo, pues después de que las algas llegan a la costa crean un "hedor asqueroso", ahuyentando a los visitantes de las playas del país, que promociona sus 365 playas, una para cada día del año.

El exclusivo centro turístico Club St. James, entre otros de una península de poco más de 40 hectáreas en la costa sudoriental de Antigua y Barbuda, debió cerrar sus puertas durante varias semanas a fines de 2011, mientras los responsables diseñaban estrategias para lidiar con las algas que inundaron las playas del este y sudeste del país.

El vicepresidente del hotel, Alex Debretto, señaló que el centro había tenido que recurrir a una veintena de personas para limpiar la playa.

Además de Antigua y Barbuda, las algas afectan a otras islas del Caribe como Granada, Barbados, Santa Lucía y San Bartolomé.

Es importante eliminar las algas, pero los países deben ser cuidadosos, alertó Dalrymple, porque son el nutriente de muchos animales que, a su vez, sirven de alimento a otras especies de la cadena alimentaria. Además, ofrecen un hábitat para muchos organismos que se verían perjudicados.

"Se observa una disminución de la pesca cerca de la costa, pero eso depende de la amplitud del daño y de la capacidad de las praderas marinas de recuperarse tras esos episodios", explicó.

"Por ello, las consecuencias pueden diferir según las características costeras de un área particular o según el estado de la pesca y de las praderas marinas (zonas submarinas cubiertas de pastos), antes de la ocurrencia del fenómeno", añadió.