Brent Scott
© G.L. KohuthBrent Scott
Lo que ya intuía la sabiduría popular, ahora lo confirma una investigación científica: Cuanto menos atractiva físicamente es una persona, mayor es el riesgo que corre de sufrir mobbing (bullying laboral o acoso laboral) en su trabajo.

"Francamente, es un feo hallazgo", manifiesta decepcionado el profesor Brent Scott, de la Universidad Estatal de Michigan, en East Lansing, Estados Unidos, coautor del estudio. "Aunque nos gusta pensar que nos comportamos de forma profesional y madura en el centro de trabajo, éste puede parecerse, en ciertos aspectos, a una escuela secundaria".

Aunque muchas investigaciones han hallado que los estudiantes atractivos tienden a ser más populares en la escuela, este estudio es el primero que vincula la fealdad física de una persona con el nivel de crueldad de los demás contra ella en su entorno laboral.

Los investigadores estudiaron a 114 trabajadores del sudeste de Estados Unidos. A los trabajadores se les preguntó cuán frecuentemente sus compañeros de trabajo se comportaban de manera cruel con ellos (incluyendo decir cosas hirientes, actuar de forma grosera y burlarse de ellos).

El resultado: Los trabajadores poco atractivos eran tratados mucho más duramente que los atractivos, incluso al tener en cuenta otros factores importantes, incluyendo la edad, el género y cuánto tiempo habían estado trabajando en el centro de trabajo.

Los investigadores también recolectaron información sobre cuán agradables o amistosos eran los trabajadores, basándose en cuestionarios respondidos por sus cónyuges, compañeros o buenos amigos. Se comprobó en el estudio que los trabajadores de carácter desagradable, al igual que los empleados poco atractivos, eran tratados más duramente en el entorno laboral que el resto de sus compañeros de trabajo.

En definitiva, aunque la personalidad del sujeto influye en cómo se le tratará, por desgracia la apariencia física es igual de importante.

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