arsénico
© JUAN MABROMATA/AFP/Getty ImagesRiachuelo contaminado en Buenos Aires, Argentina, octubre de 2011.
Argentina es uno de los países que la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó el pasado 2 de enero por el alto nivel de arsénico en sus aguas. Autoridades argentinas responsables de la distribución de la red potable sostienen que no hay peligros para la salud.

Según la OMS, las elevadas dosis de arsénico en las aguas potables de Argentina y en los alimentos en general, pueden producir entre otras enfermedades, cáncer y lesiones en la piel.

"Los síntomas inmediatos de envenenamiento con arsénico son vómitos, dolor abdominal y diarrea, seguidos por parálisis y temblores en las extremidades, músculos, calambres y, en casos extremos, la muerte", destacó la OMS, sin embargo otros estudios locales hablan de un estado crónico de arsénico acumulado.

En Argentina se hicieron estudios previos con respecto al arsénico concentrado en las aguas. Se estimó entonces que alrededor de dos millones de personas están potencialmente expuestas a la ingestión de agua con arsénico, según informe del Ministerio de Salud de la Nación.

"La presencia de arsénico en aguas subterráneas se debe a procesos geológicos naturales y varía según la ubicación geográfica. Argentina es uno de los países en el mundo afectados por esta problemática", afirman investigadores de la Universidad Nacional de La Plata en un comunicado de fecha 29/08/2011.

Un reciente estudio de La Universidad de Stanford, de fecha 9 de agosto reveló que no solo el arsénico en el agua puede concentrarse por efectos naturales, sino que también debido a la acción del hombre que, al efectuar bombeos de agua, transportan el arsénico desde la parte superficial hacia la parte más profunda.

Los científicos observaron además que a medida que se bombean grandes cantidades de agua, hay un hundimiento del terreno y el arsénico desciende a las profundidades.

Mediante el análisis de observaciones de radar de satélite de la zona, los científicos encontraron que "la compactación de sedimentos ricos en arcilla, que incluían arsénico, provocó hundimientos de tierras de hasta tres centímetros por año".

Solo un 20% de aguas de son aptas para el consumo

Según datos de los investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), sólo el 20% del territorio bonaerense cuenta con aguas subterráneas aptas para el consumo, reportó en mayo de 2011 la Universidad de La Plata.

CONICET destacó que "en la provincia de Buenos Aires, los partidos de Tandil, Balcarce, Olavarría, Tapalqué, Gral. Alvear, Bolívar, Daireaux, Gral. La Madrid, Cnel. Suárez, Saavedra, Tornquist, al igual que toda la región que coincide con las dunas que bordean la Costa Atlántica Bonaerense, son los únicos que cuentan con agua apta para consumo humano; en el resto hay presencia de arsénico en distintas concentraciones", según el reporte de La Plata.

Una diferencia notable entre las autoridades de salud de las Naciones Unidas y los organismos reguladores de Argentina, advirtió CONICET, en cuanto a los niveles de arsénico permitidos.

"Cuando el nivel permitido recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 10 ppb, es decir, 10 miligramos por litro, el Código Alimentario argentino establece que el máximo tolerable es de 50 ppb", señaló Isidoro Schalamuk, doctor en Ciencias Geológicas e Investigador del CONICET, a la Agencia Nova, según publicó Investigaciones Rodolfo Walsh el 31 de marzo.

Sin riesgos, asegura empresa de Aguas

Ante las preguntas de la Agencia Nova, uno de los voceros de la empresa ABSA (Aguas Bonaerenses), respondió que "la ingestión diaria de agua de red no genera riesgo alguno para la salud", agregó Investigaciones Rodolfo Walsh.

"Renovamos día a día nuestro compromiso con la comunidad, mejorando la prestación de los servicios", manifiesta la empresa proveedora del servicio en su página web.

El subsecretario de Servicios Públicos bonaerense, Luis Sanguinetti, agregó a la agencia argentina que van a solicitar la realización de las valoraciones ambientales y económicas que produjo la empresa proveedora de agua potable.

"Se trata concretamente de verificar y ver el perjuicio que ha provocado a los habitantes de aquellos partidos de la Provincia que abastecía", destacó el funcionario.

Enfermedades por envenenamiento

La Universidad de La Plata destacó en su investigación de mayo de 2011 que las personas que consumen agua con arsénico, pueden llegar a padecer una patología llamada: Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE). Ésta se caracteriza por la aparición de numerosas lesiones y tumores en la piel. Los primeros casos conocidos fueron en la localidad de Bell Ville, Córdoba.

"La presencia de aguas contaminadas con arsénico pone en riesgo a las comunidades de padecer enfermedades cardiovasculares, dermatológicas y oncológicas. Son comunes los casos de traqueobronquitis, enfisema, fibrosis pulmonar, lesiones cancerígenas en pulmón, hígado, esófago, vejiga, aparato digestivo, laringe, riñón", afirman investigadores de la Universidad en el comunicado.

Avances científicos para remover el arsénico del agua

En La Plata se desarrolló un método para remover el arsénico que se encuentra en las aguas naturales y alcanzar los niveles exigidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según informa un comunicado de la sección Investigaciones del portal de la Universidad de La Plata.

"La técnica se basa en el empleo de hierro metálico (Hierro Cero-Valente) y tiene como objetivo eliminar el arsénico debido a que el consumo prolongado del contaminante en concentraciones por encima de las 10 partes por billón (ppb) resulta perjudicial para la salud", según el comunicado oficial.

Además, según otro comunicado de fecha 30/11/2009, investigadores de la Universidad destacan que finalizaron los prototipos y pusieron en marcha tres purificadores de agua, que instalaron en diferentes escuelas.

"Estos equipos funcionan como una batidora. Consiste en un tanque de 5.000 litros en el que se coloca agua contaminada con arsénico, arcilla y un agitador. Para hacer arrancar el agitador se necesita de un motor eléctrico que es lo que lo hace girar", según informa el comunicado de la Universidad.

Los investigadores trabajaron en este proyecto desde 2005 y "después de varios ensayos comprobaron que al finalizar el proceso, el agua era apta para su consumo (...) además de frenar el envenenamiento progresivo es muy simple de usar".