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Al celebrarse el 41 aniversario del golpe militar que en 1973 cambió la historia de Chile, distintos actos de violencia ocurrieron en simultáneo en la ciudad. Bombazos, la quema de un autobús del transporte público y barricadas marcaron la madrugada de hoy.

En barrios periféricos hubo disparos contra un autobús policial, que provocó el desprendimiento de esquirlas que hirieron a un agente policial en un ojo. Al mismo tiempo, desconocidos dispararon hacia un autobús que dejaba ancianos que habían realizado un paseo. Una mujer de 64 años recibió un proyectil en la cabeza.

El gobernador de Santiago, Claudio Orrego, dijo que la policía individualizó 97 áreas "complejas" en la ciudad, donde en otros aniversarios del golpe desconocidos causan disturbios, donde la seguridad fue reforzada por agentes policiales, que ahora también custodian todas las estaciones del metro.

En otros incidentes, desconocidos destruyeron una sucursal bancaria al hacer explotar cilindros de gas para robar el cajero automático, informó la policía.

Los desórdenes incrementan el ambiente de temor existente en un sector de la población tras el atentado que el lunes sacudió la capital chilena causando 14 heridos un sector comercial de la estación de subte Escuela Militar.

Al atentado del lunes le siguió el martes a la noche el estallido de un artefacto casero en un supermercado de Viña del Mar. Había sido colocado en una papelera, en la rampa de entrada. Ayer a la tarde, otro artefacto similar estalló a pocos metros de allí.

En forma paralela se desató una ola de falsas denuncias de bomba, lo que obligó a la brigada antiexplosivos a correr detrás de cada aviso. Los llamados anónimos provocaron suspensiones de clases en universidades y cierres temporarios de estaciones de subte, lo que incrementó el temor de la población.