Su experimentación surge a la par del suero patentado Zmapp, que en vez de tener anticuerpos naturales, estos son replicados en animales con manipulaciones hechas en laboratorio
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Como una oportunidad terapéutica definió el Director del Centro Nacional de Sangre de Italia, Giuliano Grazzini, a la transfusión de suero sanguíneo de personas curadas por el ébola, en pacientes que se encuentran sufriendo los síntomas de la infección.

El funcionario italiano explicó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) aceptó la experimentación con este producto, conocido por más de un siglo, e indicó algunas de las pautas que se seguirán para ello.

Tanto la paciente española contagiada con ébola, Teresa Romero, que se encuentra ingresada en el Hospital Carlos III de Madrid, como los estadounidenses Kent Brantley y Will Pooley, que recibieron recientemente este tipo de medicina gratuita de parte del donador, se recuperaron.

La opinión científica y pública está manifestando su interés en ello, pese a la promoción de sueros que forman parte de los tratamientos llamados transgénicos o con manipulación genética en animales.

La OMS no reconoce al tratamiento de la transfución sanguínea de un paciente recuperado de ébola como científico, sino del tipo "empírico", dijo Grazzini. Sin embargo, un estudio y práctica relacionado al tema le permitieron a Emil von Behring recibir el Premio Nobel de Medicina en 1901. A su vez la Organización de la Salud sí reconoce los tratamientos de inmunoterapia, que también son productos del plasma sanguíneo, donde justamente se concentran los anticuerpos que eliminan virus y bacterias. Es el mismo ser humano quien normalmente los puede fabricar.

"Es absolutamente necesario precisar que lo que estamos hablando -como lo definió la OMS- es un tratamiento empírico que no tiene evidencias científicas sólidas. En pocas palabras, se trata de una oportunidad. Dicho esto, en el ámbito de una enfermedad que hoy no presenta ninguna posibilidad de tratamiento, creo que incluso algo empírico naturalmente vale la pena ser considerado", resaltó Grazzini al explicar sobre la experimentación.

De esta manera, se concluye que la OMS estaría experimentando -tal como comunicara en octubre- con el suero comercial Zmapp a la par del suero natural sanguíneo derivado de la transfusión de un paciente de ébola recuperado.

El misionero español Miguel Pajares, al contagiarse con ébola recibió el suero Zmapp, pero falleció. En cambio, Romero, Brantley y Pooley, quienes recibieron ambos sueros, sobrevivieron (Zmapp y suero sanguíneo de un ex paciente recuperado), destaca en su reporte el medio RT el 17 de octubre. Otra de las enfermas, Nancy Writebol "recibió el Zmapp, pero no el suero de convaleciente. Experimentó alergia y le redujeron la dosis", agregó el medio español.

"El Zmapp fue creado por una pequeña compañía apoyada por la DARPA, una agencia del Pentágono para el desarrollo de nuevas tecnologías, y que recibe financiación de Gates Foundation y la industria farmacéutica", destaca RT. La fundación Gates pertenece al magnate de negocios Microsoft Bill Gates y su esposa.

Hasta ahora las pruebas con Zmapp en África indican que de tres pacientes liberianos que lo recibieron, dos se mejoraron, lo que no da una garantía, ya que el virus tiene una mortalidad de entre un 40 y 70 por ciento.

Tras su promoción también está involucrado el Centro de Control de Enfermedades (CDC) estadounidense, que reconoce haberlo señalado pero que no participó en la adquisición, según la descripción dada por las autoridades.

No son vacuna

Tanto el suero sanguíneo como el Zmapp no son vacuna. La CDC indica que "ZMapp está siendo desarrollado como un producto terapéutico", y aclara: "no es para prevenir la infección de la misma manera que una vacuna. La mejor manera de prevenir la infección en la actualidad es con medidas estrictas de control de infecciones".

Mientras que el suero sanguíneo y Zmapp buscan curar a personas ya infectadas, las vacunas "generalmente se administran a las personas antes de que sean expuestos a un virus o una bacteria que causa una enfermedad. Una vacuna estimula el sistema inmune para generar anticuerpos y la inmunidad celular que pueda luchar contra una infección, si ésta está presente", comenta la CDC, para aclarar la diferencia.

Anticuerpos sanguíneos y anticuerpos de ZMapp

Al respecto de como se efectuará la experimentación del suero sanguíneo de pacientes, el experto italiano dijo que "se basará en el concepto de 'inmunoterapia pasiva', ya aplicada con éxito en el tratamiento de una variedad de agentes infecciosos".

"En la práctica, se trata de dar sangre, preferiblemente plasma de quien se curó de la enfermedad -que contiene los anticuerpos del virus ébola- a quien está enfermo, para transmitirle esta inmunidad al virus y ayudarlo a combatir la infección. Solo los pacientes con la enfermedad confirmada, preferentemente en sus faces iniciales, serían los candidatos a recibir la transfusión de sangre o plasma como terapia empírica", dijo Grazzini.

Una de las preocupaciones que surge es hacia donde derivará esta experimentación, si a mantener el tratamiento natural o a la manipulación bioquímica y eventualmente transgénica. La experimentación podría contribuir a nuevos sueros farmacéuticos, un negocio que tiene sus monopolios en cada país.

El funcionario italiano explicó que los donadores serán ex pacientes de ébola que se curaron hace al menos 28 días y con test de ébola negativo dos veces en plazo de 48 horas.

Paralelamente según la CDC, en el tratamiento experimental ZMapp, el producto patentado incluye anticuerpos monoclonales, los cuales "se unen al virus, por lo que el sistema inmune humano puede eliminarlo".

En la bibliografía médica se le llama anticuerpo monoclonal a un anticuerpo que se produjo por una célula híbrida producida en laboratorio tras la fusión de un clon de célula linfocito B descendiente de una célula madre -que se extrae de un animal- más una célula plasmática.

En general estos procesos químicos se fabrican en ciertos órganos de los animales, donde los anticuerpos deseados son replicados rápidamente por células tumorales introducidas especialmente. Así la productora obtiene una mayor cantidad de acticuerpos, todos iguales, a gran velocidad. Un proceso delicado donde se incorporan una serie de productos, y todos ellos luego son inyectados al ser humano para un posible tratamiento.

Si este producto es tolerado sin causar otras enfermedades en el hombre, no hay estudios publicados. De acuerdo al reporte RT, al menos una de las pacientes presentó alergia.

Tratamiento del siglo XIX

Grazzini relató que la sangre humana "no es una vacuna, sino otro camino que vale la pena recorrer para buscar ganarle al ébola". La literatura indica que parte de este camino ya fue incursionado en el siglo XIX.

El primer Premio Nobel de Medicina, en 1901, fue otorgado a Emil von Behring, quien demostró en un estudio de 1880 realizado con su colega Kilasato, un tratamiento efectivo para la difteria, en donde "las antitoxinas producidas por un animal podían curar a otro animal, y que podían curar a un animal que muestra realmente síntomas de difteria", según registros históricos de la organización Nobel Prize.

"Este gran descubrimiento fue pronto confirmado y utilizado con éxito por otros trabajadores", agregó.

Sin embargo, más tarde Behring optó por dedicarse a la inmunización preventiva, inclinándose hacia el próspero negocio de las vacunas.

Por otras vías, también el tratamiento con suero sanguíneo derivó después de la década de los 80 en la venta masiva de tratamientos con transfusión de sangre.

De una simple transfusión a las primeras vacunas

Después de que Behring lograra curar enfermedades con la transfusión sanguínea de un animal con anticuerpos a otro, un exitoso descubrimiento en 1898 junto a F Wernicle le permitió encontrar que la inmunidad a la difteria podía ser producida en los animales al inyectarles tanto la toxina de la difteria neutralizada para que no causa la enfermedad, como la antitoxina.

En 1907 por Teobald Smith sugirió usar esta mezcla de toxinas y antitoxinas para inmunizar al hombre contra esta enfermedad y Behring se dedicó a su producción. Hoy las vacunas son cada vez más sofisticadas, y el uso de transgénicos es la tendencia.

Sueros

El Grupo latinoamericano de deficiencias inmunitarias destaca que las terapias con suero que hoy se fabrican derivaron en realidad de la serie de descubrimientos de Behring y sus colegas. Más tarde mientras Behring siguió con las vacunas, en 1944 el científico Coh logró separar parte del suero sanguíneo humano con etanol frío y extrajo de él solo las gamaglobulinas, un concentrado de anticuerpos, que se usaron en la segunda guerra mundial para tratar la hepatitis y sarampión. Un tratamiento que a fin de cuentas venía de la sangre humana.

El método de Coh siguió usándose, pero desde los 80 en adelante se han creado productos diferentes de gamaglobulinas reguladas por la OMS.

En España, parte del plasma derivado de las donaciones de sangre se envía a las industrias farmacéuticas, nutriendo un importante negocio que sirve para los tratamientos de inmunoterapia. En 2012, el medio El Mundo citó que la compañía Glifols "con monopolio en los hemoderivados" del país sumó una facturación de 2.300 millones de euros en 2011, tan solo en el país.

Sueros transgénicos

Al promocionar el suero Zmapp como cura anti-ébola, el medio RT afirmó que "la Organización Mundial de la Salud se niega a aplicar contra el ébola un método de tratamiento conocido por más de 100 años, mientras se está promocionando su imitación genéticamente modificada", con fecha 17 de octubre.