Uno y otro sexo muestran diferencias claras en la forma de evaluar el arte, según un nuevo estudio.

El equipo de la profesora Stephanie Mangus, de la Universidad Estatal de Michigan en Estados Unidos, hizo que 518 personas observaran dos pinturas que no conocían, y que estaban acompañadas con biografías del artista inventadas. Algunos participantes leyeron una biografía que caracterizaba al artista como un pintor de largo recorrido que creaba obras únicas. Otros, en cambio, leyeron una biografía que lo caracterizaba como un pintor ordinario que cogió los bártulos solo recientemente.
Stephanie Mangus
© G.L. KohuthStephanie Mangus
Cuando el artista era definido como de larga trayectoria, los participantes tenían una impresión mucho más favorable, tanto del artista como del cuadro. Incluso indicaban que estaban más dispuestos a comprar la pintura del artista y a pagar un precio superior por ella.

Sin embargo, los hombres eran más propensos a usar la categoría del artista como factor decisivo a la hora de evaluar su arte.

Las mujeres también tenían en cuenta si el artista era primerizo o contaba con una amplia trayectoria, pero para ellas la obra en sí misma era un factor más importante. Estaban más dispuestas a seguir un proceso trabajoso de evaluación, que incluía analizar detenidamente el cuadro, mientras que los hombres tendían más a simplificar el análisis, basándolo casi exclusivamente en la trayectoria del artista; es decir que se limitaban a razonar "como el pintor es un gran artista, compraré sus cuadros".

Dicho en pocas palabras, los hombres parecen centrarse más que las mujeres en la carrera del artista y en la autenticidad de su vocación, mientras que las mujeres prestan más atención que los hombres a las propias obras