Se acabó el atípico verano navideño que estábamos viviendo. La potente borrasca formada al norte de Escocia ha alcanzado tal intensidad y extensión que su frente asociado llegará hasta Canarias, abarcando la Península en su totalidad y desplazando al intenso anticiclón instalado en España desde las pasadas navidades. Estas altas presiones nos han dejado en estas semanas un tiempo cálido y seco, pero también una inversión térmica que ha actuado como la tapa de una olla, disparando los niveles de contaminación en ciudades como Madrid y Barcelona.

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El anticiclón atlántico que ha dominado buena parte de España ha propiciado unas agradables temperaturas diurnas aunque seguidas de fuertes heladas nocturnas, y un importante déficit de precipitaciones; en concreto, un 88,5% menos de lluvias que en el arranque del pasado invierno. Según explica la portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Ana Casals, «ha sido muy largo e intenso; tanto que nos ha dejado récords de altas presiones e los últimos días. Un verdadero pantano barométrico, sin diferencias de presión ni vientos prácticamente en toda la Península».

Pero esta situación terminó. Hermann, como ha bautizado el Instituto de Meteorología de la Universidad Libre de Berlín a esta ciclogénesis explosiva formada en el Atlántico Norte, ha traido a España vientos y precipitaciones generalizadas, especialmente intensas en el noroeste, donde se esperan nevadas al descender la cota de nieve en esta zona hasta los 900-1200 metros. También está previsto que nieve hoy en zonas montañosas de Andalucía oriental y los Pirineos.

Con las precipitaciones, los niveles de dióxido de nitrógeno y las partículas contaminantes atrapadas por Vincent, así bautizaron los alemanes al anticiclón ya desplazado, dejarán de ser un problema, de momento. Madrid superó ya el pasado 4 de enero los máximos anuales de contaminación por dióxido de nitrógeno permitidos para 2015 y Barcelona tuvo que activar el protocolo de actuación por contaminación atmosférica en 40 municipios desde el 9 al 12 de enero.

Cuando pase Hermann, las temperaturas descenderán significativamente. «Detrás del primer frente vendrá una descarga fría, una masa de aire frío del norte que traerá más inestabilidad y bajará las temperaturas, sobre todo en la tarde del sábado», indica Casals. Pero las nevadas más generalizadas llegarán el domingo, «cuando entre un segundo frente desde el oeste del Atlántico cargado de humedad y se encuentre con una atmósfera muy fría», concluye la portavoz de Aemet.

Y si en este fin de semana no hemos tiritado lo suficiente, el lunes, se espera la llegada del tercer frente frío.