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Muy poco le duró al presidente Barack Obama el reconocimiento que se ganó el 17 de diciembre pasado, cuando decidió restablecer relaciones con Cuba, y admitió públicamente el fracaso de la política estadounidense hacia la isla caribeña.

Menos de tres meses después de aquel sorprendente anuncio que llevó a muchos a decir que Obama había comenzado a hacer méritos para el ya otorgado Premio Nobel de la Paz, el mandatario declaró a Venezuela como una amenaza para la seguridad nacional del país norteño, y las críticas y el repudio volvieron a llover sobre la Casa Blanca.

La cabra siempre tira al monte, reza un refrán que parece venir como anillo al dedo al jefe de Estado, quien para rematar, ahora pidió fondos millonarios al Congreso para entre otras cosas, promover la democracia, la libertad de prensa y los derechos humanos en cuatro países latinoamericanos con gobiernos de izquierda.

En opinión del analista uruguayo-ecuatoriano Kintto Lucas, ese comportamiento aparentemente contradictorio y errático que muestra ahora Washington tiene como trasfondo la geopolítica actual.

Estados Unidos ha ido perdiendo su hegemonía mundial, sobre todo en América Latina, y por eso necesita recuperar su patio, y ver cómo vuelve a hegemonizar la región, comentó Lucas a Prensa Latina.

Ecuador, que junto con Cuba, Nicaragua y Venezuela serían los países a los que el gobierno estadounidense pretende darles lecciones de democracia, rechazó de plano esta nueva injerencia.

"Yo quiero que Estados Unidos entienda que ya se terminó aquella época en que consideraba a América Latina su patio trasero", aseveró canciller Ricardo Patiño, quien apuntó que si alguien necesita una lección sobre derechos humanos es el gobierno norteamericano.

Para el jefe de la diplomacia ecuatoriana, respetar los derechos humanos significa justamente no tener esas propuestas absolutamente descabelladas de decir que necesitan recursos para enseñar a otros países.

Otro que lamentó los recientes bandazos de la política exterior estadounidense fue el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper, quien advirtió que si la Casa Blanca desea mantener una relación equilibrada con América Latina, tendrá que dejar de inmiscuirse en la región.

"Por ese camino del unilateralismo no va a ser posible establecer una relación equilibrada entre Estados Unidos y este hemisferio", alertó el expresidente colombiano (1994-1998).

A todos por igual asombra que las recientes amenazas contra Venezuela y la petición de fondos para financiar lecciones de democracia en los cuatro países del ALBA, se produzcan a pocos días de la Cumbre de las Américas en Panamá, la cual había generado muchas expectativas por el anunciado regreso de Cuba.

Yo no sé si finalmente se va a realizar la Cumbre, porque los países latinoamericanos se han dado cuenta de que Estados Unidos les está mintiendo, opinó Lucas, al recordar que por un lado, Obama dice estar dando pasos para levantar el bloqueo a Cuba, y al mismo tiempo, está tratando de imponer sanciones a Venezuela.

Patiño, por su parte, advirtió al gobierno norteamericano que si desea tener una reunión amigable en Panamá, deberá abstenerse de seguir haciendo planteamientos absurdos, ridículos, anti-históricos, y totalmente contrarios a la realidad.

Hasta ahora el presidente Rafael Correa ha dicho que sí va a ir a la Cumbre, "pero no sé si después de tantas tonterías que están haciendo, como las que hicieron con Venezuela, y con este pedido absurdo al Congreso de Estados Unidos, la situación se mantenga igual", remarcó el canciller ecuatoriano.