La Luna está permanentemente rodeada de una enorme capa de polvo.
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Así lo demuestran los datos recogidos por una sonda de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (Nasa) enviada al satélite en septiembre de 2013, y analizados ahora por un grupo de científicos de la Universidad de Colorado, Estados Unidos.

La nave, llamada Lunar Atmosphere and Dust Environment Explorer (Explorador de la atmósfera y el entorno de polvo lunar, Ladee), detectó durante seis meses ráfagas de 50 partículas por minuto que podían elevarse hasta 100 kilómetros sobre la superficie.

La misión de esta sonda de la Nasa terminó en abril de 2014 cuando se estrelló en la Luna.

Foto: Se debería a las partículas liberadas por cometas, no asteroides.

En un artículo publicado en el medio especializado Nature, los expertos aclaran que la nube detectada no es la que habría provocado el brillo que vieron en la Luna los astronautas de las misiones Apolo 15 y 17, en julio y diciembre de 1971, ya que el descubrimiento de la sonda LADEE no es visible para el ojo humano.

Pero además, los científicos descubrieron cuál es el origen de tal masa de polvo.

El fenónemo, aseguran, tiene que ver con los cometas que, al pasar cerca de la Luna desprenden, además de nubes de gas, millones de partículas.
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Estas a su vez impactan con la superficie del satélite, convirtiéndose en polvo y elevándose temporalmente en el cielo lunar.

De acuerdo a las observaciones, esta capa tiene una forma irregular y eso llevó a pensar a los científicos que es un derivado de las partículas que pierden los cometas y no los asteroides.

Las partículas de los asteroides girarían formando una órbita circular y las de los cometas de una forma "excéntrica", no regular.

La nube sería más densa durante las lluvias de meteoritos anuales, de acuerdo al equipo liderado por el físico Mihaly Horanyi.

Horanyi considera además que el fenómeno podría repetirse en los cuerpos "sin aire" del sistema solar, en los que las partículas de los cometas pueden impactar libremente en la superficie sin la intervención de una atmósfera.

Y en esa línea, dijo al medio especializado Space.com que el instrumental de una nueva misión de la Nasa para estudiar la sexta luna más cercana de Júpiter, llamada Europa, ampliará la investigación, ya que observará el impacto del polvo de cometas en ese sistema.