Un equipo internacional de científicos ha descubierto un exoplaneta que posee una cola de cometa. Según explica el artículo, publicado en Nature, se trata de una nube de hidrógeno que escapa del mundo -que tiene el tamaño de Neptuno- y que le confiere una extraña forma.
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Tal fenómeno no sólo ayuda a explicar la formación de Súper-Tierras calientes y rocosas, sino que también puede actuar potencialmente como una señal para detectar océanos extrasolares, según han indicado los expertos. Además, creen que se puede utilizar el descubrimiento para prever el futuro de la atmósfera de la Tierra.

El responsable del trabajo, David Sing , de la Universidad de Exeter, ha señalado que este "escape" de gas se ha visto en el pasado en grandes exoplanetas gigantes gaseosos, así que ha sido una sorpresa "observar que esto también ocurre en un planeta mucho más pequeño".

Con una masa de aproximadamente 23 veces la de nuestra Tierra, este extraño mundo está situado a 33 años luz de distancia. Llamado 'GJ436b', este mundo gira alrededor de su estrella en sólo tres días y tiene una atmósfera que deja tras de sí un rastro gigantesco de hidrógeno.

Utilizando el telescopio espacial Hubble, los científicos fueron capaces de ver la sombra de esta nube de hidrógeno cuando pasa por delante de la estrella.

Otro de los autores, David Ehrenreich, ha señalado que la nube que expulsa este exoplaneta es "muy espectacular". A su juicio, este espectáculo se debe a que, la atmósfera del planeta se calienta hasta temperaturas muy altas, lo que provoca que el hidrógeno se evapore. Además, la radiación de la estrella es demasiado débil para soplar la nube, que se acumula alrededor en todo el planeta.

Utilizando el telescopio espacial Hubble, los científicos fueron capaces de ver la sombra de esta nube de hidrógeno cuando pasa por delante de la estrella

Esta evaporación, aunque espectacular, no amenazaría la atmósfera del exoplaneta que se formó hace varios miles de millones de años. Sin embargo, puede explicar la desaparición de atmósferas observadas en otros planetas rocosos que giran muy cerca de su estrella y son muy calientes, como la famosa Súper-Tierra descubierta recientemente por los telescopios espaciales Corot y Kepler.

Un hallazgo prometedor

Para los expertos, este tipo de observación es muy prometedor en la búsqueda de planetas habitables, ya que "el hidrógeno del agua del océano que se evaporan en planetas similares a la Tierra, pero ligeramente más calientes, podría ser detectado".


Del mismo modo, señalan que tales observaciones podrían ayudar a prever el futuro distante de la Tierra, cuando, dentro de 3 o 4 millones de años, el Sol se convertirá en una gigante roja y tenga consecuencias en la atmósfera, haciendo la vida imposible en el planeta.