Traducido por el equipo de Sott en español

El ataque del 16 de agosto de 2015 contra un mercado en la ciudad siria de Douma, a las afueras de la capital Damasco, ha causado un escándalo internacional. Las condenas al gobierno sirio se han vertido desde, aparentemente, todas las esquinas del globo, así como el presidente Assad y los militares sirios han sido declarados responsables del ataque, condenados en la corte de la opinión mediática. Curiosamente, tales declaraciones han venido muy bien antes de que se haya conducido cualquier investigación, y sin ninguna evidencia tangible con excepción de las aseveraciones de los portavoces rebeldes y de las fuentes contrarias al Gobierno. De hecho, ha habido una lamentable falta de investigación, que como medios corporativos, han estado lejos de este objetivo durante los cuatro años y medio pasados, y se han apresurado para encajar los hechos a su prolongada narrativa de "Assad el carnicero."
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Este autor entiende perfectamente que, al hacer preguntas difíciles, le llamarán a uno "apologista," un "propagandista de Assad," o cualquier otro absurdo. Francamente, el que me llamen tal o cuál cosa significa muy poco cuando lo comparamos al sufrimiento de la gente siria, y a la brutalidad ocultada que será infringida sobre ellos si los medios corporativos y los belicistas occidentales consiguen su fin, y una nueva supuesta intervención imperialista se realiza en nombre del "humanitarismo." La meta es hacer las preguntas correctas, para arrojar la duda a la narrativa ya solidificada de la propaganda que será usada, sin duda, para justificar todavía más la guerra.

Los que trabajan por la paz deben estar preparados para cuestionar las verdades recibidas desde la maquinaria mediática, para enfrentar directamente lo que sea incómodo, y hacerlo sabiendo que sus motivos son justos. Las víctimas de esta guerra, del pasado y del futuro, no merecen menos.

Cuestionando la narrativa de Douma

Al escudriñar cuidadosamente la evidencia documental del ataque, y comparando eso a las alegaciones hechas a través de medios occidentales, algunas irregularidades preocupantes emergen. No sólo las alegaciones parecen ser exageradas, cuando se sitúan dentro del contexto histórico de esta guerra, que parecen encajar en un patrón claro de distorsión y de información falsa diseminadas con propósitos políticos, más que un reportaje objetivo. De hecho, las escenas transmitidas vienen a contradecir en gran manera algunas de las demandas hechas por los testigos y los "activistas" (un término interesante en sí mismo) cotizados a menudo en los medios.

Primero, tenemos la alegación de que mataron a más de 100 civiles en un ataque aéreo realizado por los militares sirios. Hay ciertamente un montón de fotografías que parecen apoyar esta afirmación, con la runa dispersa por todas partes, los trabajadores de emergencias que transportan a las víctimas, y los civiles asustados que corren alrededor del mercado destruido. Sin embargo, cuando uno mira los vídeos, incluso los que suministran fuentes como The Guardian en el artículo enlazado arriba, algo evidente parece que se escapa a la vista: los cuerpos.

Sin duda, es raro que un ataque aéreo pueda destruir un mercado abarrotado el domingo, matando a cientos personas, ¿y en ninguno de los videos o imágenes hay cuerpos partidos en dos por la explosión? Uno esperaba ver los cadáveres mutilados, los miembros dispersos por el suelo, charcos de sangre etc. Nada de esto aparece visible.

Compare los videos de Douma a ésos de Gaza el 30 de julio de 2014 durante la guerra despiadada de Israel. Un ataque aéreo israelí, que mató a 15 personas y dañó a más de 150, también golpeó un mercado abarrotado y causó una destrucción horrorosa. Y en los videos, uno ve los cuerpos ensangrentados a los que le faltan miembros, los charcos de sangre en la calle, y otras imágenes desgarradoras. O compare los videos de Douma a los del Bombardeo 2013 de Navidad de un mercado concurrido en Bagdad. Los videos de ese ataque son espantosos, mostrando víctimas con las cabezas parcialmente arrancadas de sus cuerpos, piernas unidas a los cuerpos sólo por la piel, niños sin vida y otras imágenes realmente macabras.

Todo esto está claramente ausente en todo el material gráfico del ataque aéreo en Douma. ¿Por qué? La distintas grabaciones de la escena, repetida tanto en medios anti-Assad (según lo visto aquí), como en los medios occidentales oficiales (según lo visto aquí), no muestran ninguna de tales imágenes. Los videos sin editar tomados tras las consecuencias inmediatas del ataque tampoco muestran ningún cuerpo (según lo visto aquí y aquí). Hay filmaciones que muestra cuerpos, no obstante no hay evidencia perceptible de que fueran víctimas del ataque aéreo. Cabe señalar que todas las víctimas mostradas en este vídeo eran varones en edad militar, algo curioso si se trata de un ataque contra un mercado concurrido donde probablemente estarían presentes mujeres y niños. De hecho, en mitad del fragor de una guerra, hay combatientes que mueren diariamente y es del todo plausible que los cuerpos envueltos que se muestran, fueran combatientes muertos de otra forma y presentados simplemente a la cámara como si fueran víctimas del ataque reciente.

Para ser justos, horas de investigación destaparon un total de un vídeo, tomado después de la explosión, mostrando un puñado de víctimas masculinas. No obstante, ningún signo visible de muerte por bombardeo aéreo; los cuerpos están todos enteros, ho hay miembros desperdigados, muy poca sangre ( a diferencia de los videos de Gaza y Baghdad), Una conclusión lógica basada en la evidencia disponible sería que los hombres que se ven en el video murieron al desplomarse un edificio, presumiblemente el edificio de detrás suyo.

Mientras que es imposible decir qué ocurrió exactamente, no hay con seguridad evidencia definitiva de un ataque aéreo como "masacre deliberada", el argumento tan anunciado por los medios occidentales y sus homólogos financiados por Qatar y Arabia Saudí en la región. Un examen objetivo nos desvela la posibilidad de que se trate de un ataque aéreo sobre un edificio adyacente .Sin embargo, a pocas horas del ataque, aparentemente, la narrativa ya estaba escrita: Assad lleva a cabo represalias contra civiles inocentes—un claro crimen de guerra.

Otra cuestión importante que trae un mayor escrutinio tiene que ver con las víctimas. Naturalmente, uno no quiere tomarse a la ligera los muertos o los heridos en una guerra, pero para tratar de discernir lo que es real de lo que no lo es, uno debe prestar especial atención a la evidencia. Y de la lista de víctimas, así como del trato de los cuerpos surgen más preguntas que respuestas.

De acuerdo a una lista de nombres de víctimas publicada en árabe por el Comité de Coordinadión de Douma, un grupo pro-rebelde, había 102 víctimas del ataque aéreo. Después de la traducción, está claro que la lista revela un total de tres mujeres entre las 102 victimas. Esto resta credibilidad a que en un mercado abarrotado en un domingo, con un ataque aéreo que no distingue entre sexos, haya sólo tres mujeres entre los fallecidos. ¿Cómo es posible? Parece probable, como se mencionó anteriormente, la lista incluye a combatientes muertos que ya los habían matado de otra forma —en la batalla, blancos del ejército sirio, etc.—a quienes se les habría añadido a la lista para apoyar la narrativa de la "masacre" en el mercado.

Por otro lado, escuchar acerca del entierro de las víctimas en fosas comunes, aún complica más las cosas. Como reportó Reuters el día después del incidente:
Sesenta cuerpos fueron enterrados la noche de domingo en dos sepulcros en total, dijo un portavoz para la fuerza siria de la defensa civil en Douma, un servicio de rescate que funciona en áreas apoyadas por rebeldes. Otros 35 fueron enterrados el lunes, y la cifra de bajas estaba por encima de 100, dijo. "Era realmente difícil identificar a los cuerpos de los mártires. Algunos de ellos fueron quemados hasta los huesos, así que no podríamos agregarlos a la lista documentada," dijo a portavoz de 28 años, que declinó dar su nombre verdadero por razones de seguridad. Su casa fue destruida en el bombardeo, agregó.
Por supuesto, la lúgubre descripción que se da en el artículo suscita una respuesta emocional y visceral. Sin embargo, hay una cuestión problemática que hacerse, si el Comité de Coordinación de Douma fue capaz de armar una lista de todas las víctimas con sus nombres, muchas de ellas enterradas sin ceremonia en las fosas comunes. Incluso asumiendo que el número de bajas fuera correcto, era difícil identificar los cadáveres tan mal enterrados, pero se las arreglaron de alguna forma para identificarlos. Si uno acepta que esto es cierto, entonces seguramente esos cuerpos los habrían entregado a sus familiares para el entierro. Aunque no lo hicieron ¿Por qué?

Se asume que el uso de fosas comunes indica el deseo de esconder los cuerpos deprisa, si la narrativa de los medios sobre Douma fuera cierta, parecería innecesario. Al menos, una investigación real sobre este incidente investigaría el uso de fosas comunes con la intención de esconder información clave, concretamente la identidad de los que murieron.

Una teoría alternativa, la cual se apoya en la evidencia disponible, es que el ejército sirio realizó un ataque aéreo al bastión rebelde en Douma, y que ese ataque golpeó su blanco, un edificio que se sabía que albergaba una facción terrorista durante tiempo. Esto explicaría la preponderancia de hombres entre las bajas, la necesidad del secreto en el entierro de los cadáveres, y el motivo para el ejército sirio de golpear este blanco.

Más aún, no es exactamente un secreto quién estaba operando en Douma y por qué se considerarían un blanco. Como la Fundación Carnegie observó en 2013:
La ciudad de Douma ha sido durante largo tiempo un bastión de la insurgencia, y varias facciones armadas están activas en el área, muchas de ellas con inclinación islamista. Una, la Brigada de la familia Alloush, ha crecido con el tiempo más que otras, particularmente después de reivindicar la responsabilidad del ataque del 18 de julio de 2012 contra la Oficina de Seguridad Nacional en Damasco, el cual mató a varias figuras destacadas de la seguridad siria. En marzo de 2013, la principal facción de la zona unió sus fuerzas al cuerpo local llamado Consejo muyahidin de Douma. El nuevo grupo incluye a la Brigada del Islam, la Brigada de mártires de Douma, la Brigada de leones de Ghouta, la Brigada de Revolucionarios del este de Ghouta, los leones de la Brigada de Dios, la Brigada de Tawhid al-Islam, la Brigada de Farouq [Liwa al-Farouq], la Brigada Shabad al-Hoda, los batallones de Seif al-Omawi, el batallón de la Policía Militar, el batallón de Protección del Régimen y el Batallón a-Ishara.
Esta información clave sobre lo que ocurre en Douma se omite en su totalidad en la narrativa de los medios occidentales, por razones obvias. Consecuentemente, lo minan con el meme de que las fuerzas de Assad llevan a cabo masacres de civiles como una forma de castigo colectivo. En cambio, ello refuerza la posición de los portavoces del ejército sirio de que los militares apuntan a objetivos terroristas dentro de la ciudad, como ya han hecho antes en un número de ocasiones, incluyendo la reciente de junio de 2015. Este punto es crucial porque demuestra que el último incidente es parte de una batalla en curso contra estas facciones de Douma, una de las cuales ha sido vista en innumerables ocasiones disparando cohetes a Damasco desde Douma y otros suburbios de alrededor.

Siguiendo con este punto, está el hecho que este ataque sobre Douma no fue para nada el único incidente del día. Se sucedió una serie de combates en el interior de los suburbios de Damasco ese domingo 16 de agosto, el día del ataque. Según fuentes militares, hubo violentos enfrentamientos en el este de Ghouta con el Jysh al-Islam (ejército del Islam) y Faylaq al-Rahman (Cuerpos de Al-Rahman) con el resultado de 11 soldados sirios y 21 militantes muertos. Además, la ciudad de Harasta, junto a Douma, fue escenario de mayores combates entre ejército y rebeldes.

Presentados los hechos de forma clara, se hace evidente que lo que fuera que ocurrió en Douma era parte de la batalla que se disputaba entre el ejército sirio y los rebeldes "anti-gubernamentales" por el control de la ciudad. Pero este hecho no resulta conveniente para la narrativa de la guerra. No presenta justificación para una expansión de la campaña internacional contra Siria; no aporta ningún pretexto para que los EEUU o sus aliados puedan invocar su miserable, y totalmente desacreditada, doctrina de "Responsabilidad para Proteger". Y esa es su meta final.

Desenmascarando a los belicistas "humanitarios"

Lo triste del caso es que la muerte en Douma es poco más que un apuntalamiento para aquellos que intentan orquestar otra guerra más dirigida por EEUU en Oriente Medio. A esos supuestos humanitaristas les gustaría transformar el incidente en una moneda de cambio política para expandir la guerra que ya es atroz para lograr el tan esperado cambio de régimen en Siria que hasta ahora ha resultado inalcanzable.

Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch, ha manifestado su apoyo a una guerra a escala total en Siria en nombre del humanitarismo. Roth, repetidas veces, ha llamado a la intervención contra el gobierno legal de Siria, recientemente ha twitteado proclamas como "Igual que en Sarajevo, ¿puede la matanza de Douma forzar al final a Assad a parar los objetivos civiles?"(@KenRoth, Aug 16). Lo que implica esta consigna es bastante evidente: debe haber intervención militar, tal como la de la OTAN-EEUU en la guerra de Yugoslavia y más tarde en Serbia, para frenar la "matanza" de civiles. Hay que darse cuenta de que este tuit fue enviado a pocas horas del incidente en Douma con mucha anticipación a cualquier investigación.

Roth, y por extensión su organización Human Rights Watch, se desacredita más allá de cualquier vestigio de imparcialidad, él y su HRW han tuiteado estupideces tales como: "La matanza del mercado de Douma muestra como Assad escoge pelear esta guerra: deliberadamente contra civiles", (@KenRoth, Aug 16), una alegación claramente sin fundamento y sesgada. Roth no dispone, en absoluto, de ningún conocimiento tanto de las identidades de los fallecidos, como de los motivos del gobierno sirio, cuando publicó ese tuit el mismo día del ataque. Se revela a sí mismo, como poco más que un lacayo del imperialismo, un halcón de la guerra disfrazado de defensor de los derechos humanos.

Aunque este engaño no es nada nuevo para Roth y HRW. Como este autor ha argumentado anteriormente, HRW es una organización seriamente desacreditada que ha publicado en numerosas ocasiones alegaciones descaradamente falsas sobre la guerra en Siria para justificar una intervención de EEUU-OTAN. Se debiera, sin duda, recordar la ridícula, y ya completamente desmentida, noticia titulada por HRW: Ataques de Ghouta: análisis del presunto uso de armas químicas en Siria, que acusaba falsamente al gobierno de Siria de realizar el infame ataque con armas químicas del 21 agosto de 2013.

El informe, citado por muchos de los líderes belicistas que babean por una intervención en Siria, se desacreditó por completo gracias al trabajo del anterior inspector sobre armas de la ONU, Richard Lloyd y el profesor del MIT Theodor Postol quien publicó sus conclusiones en un informe Possible Implications of Faulty US Technical Intelligence in the Damascus Nerve Agent Attack of August 21, 2013, el cual demuestra sin lugar a dudas que el el gobierno de Damasco no pudo realizar dicho ataque.

Además, Roth y el falso relato de HRW fue de nuevo desacreditados cuando el premio Pulitzer Seysmour Hersh publicó su exposición The Red Line and the Rat Line, la cual establece firmemente el hecho de que los rebeldes fueron, sin duda, capaces de realizar los ataques en Ghouta este, que recibieron ayuda desde Turquía, Arabia Saudí, y puede que de otros actores regionales. Este hecho crucial contradice totalmente las afirmaciones de Roth, HRW y el coro de los que categóricamente declaran que solo las fuerzas de Assad eran capaces de cometer dicho ataque. Uy, lo siento Kenny, pero tu pretexto para la guerra te falló esta vez. Uno sólo puede esperar que lo intente otra vez.

Tanto Roth como HRW no son los únicos en hacer espurias proclamas en búsqueda de la agenda de guerra. Dejen al ganador del Nobel de la Paz, el presidente Obama, y su Casa Blanca que nunca desperdician ninguna tragedia. El día después del ataque, el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad Ned Price, hablando en nombre del presidente, emitió un comunicado oficial por el que "condena enérgicamente los ataques mortíferos ataques aéreos de ayer por el régimen de Assad sobre el mercado del suburbio de Douma en Damasco, donde más de 100 personas murieron y cientos más resultaron heridas, entre ellos decenas de mujeres y niños... Estas acciones abominables subrayan que el régimen de Asad ha perdido legitimidad y que la comunidad internacional debe hacer más para permitir una verdadera transición política ".

Es interesante señalar aquí que la Casa Blanca ya había determinado que "decenas de mujeres y niños inocentes" habían sido asesinados o heridos. ¿De dónde procedía esta información? En realidad, la lista de bajas divulgada por los rebeldes anti-Assad no indicaba ninguna cifra de muertes de mujeres y niños, tampoco ninguno de los videos del suceso. Pareciera que más que transmitir información veraz, la Casa Blanca sólo usaba la frase con una carga emocional de "mujeres y niños" para fines propagandísticos, para justificar un aumento en la escalada militar contra Damasco.

Es igualmente interesante recordar que igual que Roth y HRW, la Casa Blanca intentaba capitalizar de manera parecida al asunto del ataque con armas químicas del 21 de agosto de 2013, para empujar a EEUU a la guerra en Siria. En el ahora ya desmentido U.S. Government Assessment of the Syrian Government's Use of Chemical Weapons on August 21, 2013, la Casa Blanca declaraba que" El gobierno de los Estados Unidos afirma con tal seguridad que el gobierno sirio realizó un ataque con armas químicas en los suburbios de Damasco el 21 de agosto de 2013. Además, afirmamos que usó un agente nervioso para ese ataque." Uy, otra vez.

Pero, ¿por qué debe este autor recuperar el incidente con armas químicas del 21 de agosto de 2013 para tratar de examinar de forma crítica el reciente ataque a Douma? Porque fue en ese momento a finales de verano de 2013, exactamente, hace dos años, que los Estados Unidos estaban a punto de entrar en guerra contra Siria y su pueblo; porque la narrativa construida sobre mentiras y distorsiones, de nuevo, empuja a EEUU a la guerra. Porque este autor participó en las movilizaciones en Time Square, New Yor City pidiendo que no hubiera guerra en Siria, ni entonces ni nunca. Y porque hoy, con todas las vidas que ya se han perdido durante estos cuatro sangrientos años y medio en Siria, la gente de paz no puede sentarse a permitir que la máquina de guerra de Estados Unidos y la OTAN y su complejo de aduladores de derechos humanos nos arrastren a la guerra.

Está claro que el incidente de Douma se ha presentado como una "masacre oficial" no en base a ningún aspecto del mismo. Al contrario, se ha presentado de esta forma para justificar una narrativa de guerra pre-concebida, una que ya colapsó repetidamente en el pasado, pero una que los belicistas voraces y los planificadores de estrategia se niegan a abandonar.

Esto no va de las muertes, ni siquiera realmente sobre Assad: Esto va de destruir Siria y conseguir objetivos geopolíticos que hasta ahora no habían logrado gracias a la firme decisión de Damasco y sus militares. Lamentablemente, para aquellos que están desesperados por encender la mecha que lo haga arder todo, las muertes de Douma cuentan poco más que una cerilla.