"Nadie puede hacerte sentirte inferior sin tu consentimiento." Eleanor Roosevelt.
Con frecuencia decimos que somos producto de aquello que pensamos, pero... ¿alguna vez hemos considerado el peso que tiene la forma en que nos relacionamos en nuestro desarrollo personal o como colectividad?
Si observamos situaciones de nuestra vida cotidiana seguramente encontraremos un grupo de personas cercanas a nosotros, con las que interactuamos a menudo siguiendo distintos niveles de confianza. Si bien, la diferencia radica en que mientras que con algunas personas nos sentimos cómodos y confiados, existen otras por el contrario con las que no somos capaces ser nosotros mismos, con las que nos es más difícil expresarnos o con las que nos sentimos frágiles, inseguros y, a veces, hasta poco respetados.
¿Pero por qué sucede esto? ¿Por qué con algunas personas no somos capaces de relacionarnos de la manera en que deseamos? La respuesta es porque hemos enfocado de manera errónea nuestra conducta hacia ellas. Es decir, en la misma línea como sugiere la autora Olga Castanyer:
"el que una interacción nos resulte satisfactoria depende de que nos sintamos valorados y respetados, y esto, a su vez, no depende tanto del otro, sino de que poseamos una serie de habilidades para responder correctamente y una serie de convicciones o esquemas mentales que nos hagan sentirnos bien con nosotros mismos".
Comentario: Recomendamos también leer los siguientes artículos: