Los intentos desestabilizadores de la derecha conservadora son una realidad, pero los Gobiernos progresistas de América Latina deben superar las "teorías conspirativas" y admitir sus propios errores ante la llegada de un "nuevo ciclo", dijo el diputado Marco Enríquez-Ominami, uno de los principales exponentes de la izquierda latinoamericana.

"Yo creo que hay una buena parte de los conservadores del continente que decidieron, ya sea por la vía judicial, ya sea por la vía de tensar y polarizar, derrotar a esos Gobiernos progresistas", afirmó en entrevista exclusiva con Sputnik Nóvosti el también filósofo, cineasta y excandidato presidencial por el Partido Progresista chileno.
Marco Enríquez-Ominami
© AP Photo/ Aliosha MarquezMarco Enríquez-Ominami

Los liderazgos políticos progresistas están en momentos muy difíciles, "casi todos", dijo el diputado, particularmente en referencia a la situación de la presidenta brasileña Dilma Roussef, que afronta amenazas de juicio político.

Para Enríquez-Ominami, los grupos conservadores de la región "se están comenzando a desesperar porque sienten que el modelo neoliberal está seriamente en jaque", pero opinó que la tarea del progresismo "no es defenderse, sino seguir haciendo lo que cree correcto".


Comentario: Este es un muy buen punto, en realidad la única y mejor defensa que tiene un partido de izquierda en latinoamérica es continuar creciendo en la dirección de sus pueblos, sin sentarse a buscar culpables por la situación actual de sus países.

"La teoría de la conspiración, que tiene elementos probablemente fundados, no es suficiente, nuestros pueblos no quieren escuchar líderes preocupados por conspiraciones, quieren soluciones", afirmó.
El diputado consideró "innegable" que ha habido injerencia extranjera en la región, pero señaló que algunos de los reclamos a los Gobiernos progresistas eran pertinentes.

Ominami considera de todos modos que las derechas conservadoras de la región no han construido una alternativa y que por lo tanto no tienen opciones de volver al poder en lo inmediato.
"No veo a la derecha ofreciendo modelos de desarrollo alternativos, la veo más bien preocupada en frenar las reformas. Lo que está haciendo la derecha es decir: "Basta de reformas", y yo no me imagino que puedan ganar elecciones con ese argumento", afirmó.

Comentario: El factor a considerar también aquí es el apoyo y participación de fuerzas externas del norte del continente a quienes les gustaría ver a Sudamérica inclinada completamente hacia la derecha.


Un nuevo ciclo en América Latina

"Hay un debate en América Latina sobre si estamos en un mal momento o ante un nuevo ciclo, y yo creo que estamos frente un nuevo ciclo, pues las tasas de crecimiento promedio de cuatro puntos se acabaron y el control de la inflación se acabó", así como "la reducción acelerada de la pobreza", afirmó Ominami.

"Este nuevo ciclo que viene ahora va a requerir de mucha integración para un desafío gigantesco como la infraestructura, así como la integración regional política, no solo económica", afirmó.

Para Enríquez-Ominami, todos estos logros económicos de la última década en la región fueron "tremendos éxitos", pero estuvieron acompañados de "dos grandes derrotas: la desigualdad y (el fortalecimiento de) los sistemas políticos".

El legislador dijo que "ser progresista es más difícil que ser de derecha, y si ser progresista en la abundancia es un desafío, en la escasez es otro desafío".

EEUU y el multilateralismo

Por otra parte, el político dijo a Sputnik Nóvosti que el impulso dado por EEUU a tratados internacionales como el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) y la Alianza del Pacífico refleja una lectura "astuta" que hace Washington de los nuevos tiempos.

"Es elocuente que EEUU lee correctamente: ya no va a controlar ni tener la misma influencia en el continente que tuvo en los años 80, y ha decidido adaptarse de una manera astuta, agudizando la creación de foros regionales" para contrarrestar otros como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), dijo.

Si bien se expresó a favor de una "máxima integración cultural y económica" con otras regiones, criticó al TPP por "el secretismo con que se formó" y señaló que existen "legítimas dudas sobre los problemas que podría traer a Chile en materia de fármacos y procedimientos médicos".

"Nos preocupa y vamos a exigir más transparencia", adelantó.

Los 12 países que negociaron el TPP, promovido por EEUU, llegaron a un acuerdo final el lunes en la ciudad de Atlanta, luego de varios años de discusiones.

Además de EEUU, los otros países miembros son Chile y Perú en América del Sur; México y Canadá en América del Norte, y Australia, Brunei, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam, en Asia y Oceanía.