The authoritarians
© cherryhillpublishing.comAudio-libro "Los autoritarios".
El juego

En octubre de 1994, el profesor de psicología Bob Altemeyer de la Universidad de Manitoba realizó un experimento. Después de examinar a los participantes mediante una encuesta de personalidad disfrazada de encuesta de opinión, seleccionó a 68 estudiantes universitarios altamente autoritarios para jugar una simulación de gobernanza política y gestión de recursos llamada el Juego del Cambio Global. En este juego, cada jugador representa a 100 millones de personas en una de nueve regiones diferentes del mundo. El juego consiste en la toma de decisiones sobre cómo hacer frente a diversos asuntos sociales, económicos y ambientales. La viabilidad de cada jugador depende de tres factores: alimentos, salud y empleo. Si pierdes el acceso a uno de los factores, obtienes un brazalete negro. Si obtienes tres brazaletes negros, todo el pueblo al que representas muere. Durante el juego, se produce una crisis ambiental mundial en un punto determinado al azar, poniendo a prueba la capacidad de los jugadores para responder a una emergencia global.

El juego también incluye líderes regionales, denominados "Élites", que controlan la cuenta bancaria de su región, la cual pueden utilizar para comprar fábricas, hospitales, ejércitos, y así sucesivamente. Están autorizados a viajar por el mundo, para hacer tratos con otras élites, y declarar la guerra si pueden reunir suficiente apoyo de los compañeros miembros de su región. El éxito en la guerra significa un aumento de territorio y de los bienes. Las Élites también pueden canalizar secretamente una parte del dinero de su región a sus propios bolsillos. (Sin que el resto de los jugadores lo sepan, las élites están compitiendo simultáneamente por el premio de la Persona Más Rica del Mundo.)

El Juego del Cambio Global fue diseñado originalmente para educar a los estudiantes sobre diversos desafíos que enfrenta el mundo moderno, incluyendo el crecimiento demográfico, el hambre, el cambio climático, las relaciones internacionales, la guerra y la distribución de recursos. Pero ese día, en 1994, Bob Altemeyer lo utilizó para un propósito distinto: para ver lo que sucedería en un mundo poblado exclusivamente por autoritarios de derecha.

Una aclaración rápida

El autoritarismo de derecha [RWA por sus siglas en inglés - NdT] es un rasgo de la personalidad, no una orientación política. Altemeyer explica:
Estoy usando la palabra "derecha" ["Right" en inglés - NdT] en uno de sus primeros significados, ya que, en inglés antiguo "riht" (pronunciado "writ") como adjetivo, significaba legal, apropiado, correcto, hacer lo que las autoridades decían... Siempre lo he llamado autoritarismo de derecha en lugar de simplemente autoritarismo, en reconocimiento de que el autoritarismo de izquierda también existe. Un seguidor autoritario se somete excesivamente a algunas autoridades, agrede en su nombre e insiste en que todos sigan sus reglas. Si estas autoridades son las autoridades establecidas en la sociedad, eso es autoritarismo de derecha. Si uno se somete a autoridades que quieren derribar el sistema, eso es autoritarismo de izquierda, según como yo defino las cosas... Alguien que vivió en un país largamente gobernado por los comunistas y que apoyó ardientemente al Partido Comunista sería también uno de mis autoritarios de derecha psicológicos, aunque también podemos decir que era un político de izquierda.
Cuando los autoritarios manejan el mundo

Entonces ¿qué sucedió en el juego del Altemeyer? En primer lugar, la élite de Oriente Medio duplicó el precio del petróleo. Luego, la antigua Unión Soviética invadió América del Norte, causando un holocausto nuclear que mató a todas las 7,4 mil millones de personas en la Tierra. Fin del juego. O habría sido el final, excepto que cuando ocurre una guerra nuclear en el Juego del Cambio Global, se reinicia el juego y los participantes tienen la oportunidad de intentarlo de nuevo. En este caso, debido a que la aniquilación nuclear ocurrió tan temprano, los facilitadores reiniciaron el juego a casi el inicio.

Dada una segunda oportunidad, la antigua Unión Soviética optó por la guerra convencional en lugar de un ataque nuclear, invadiendo China y matando a 400 millones de personas. Una élite convocó a una reunión al estilo de las Naciones Unidas para discutir futuras crisis, pero los participantes no pudieron llegar a ningún acuerdo. Se produjo la crisis programada de la capa de ozono. Nadie siquiera se molestó en llamar a una cumbre en este momento. Europa fue la única región que voluntariamente redujo las emisiones. La pobreza se extendió en las regiones subdesarrolladas a medida que la población aumentaba rápidamente; una situación agravada por un rechazo general a promover el control de la natalidad. América Latina convirtió gran parte de sus árboles a una especie (la que producía la madera más rentable), a pesar de ser advertida de que esto haría vulnerable a su ecosistema. Las élites descuidaron los aspectos sociales, ambientales y económicos de sus regiones, eligiendo en vez de eso utilizar sus recursos para aumentar el poder militar (y su propia riqueza personal). Al final del juego, los autoritarios habían dividido su mundo en bandos armados, cada uno amenazando a los demás con una guerra nuclear. Más de mil millones de personas murieron de hambre y enfermedades, elevando la cifra final de muertos a 2,1 mil millones. La tirada del juego fue un fracaso espectacular, al que Altemeyer se referiría más tarde como la "Noche de la perdición".


Comentario: ¿Les resulta familiar este escenario del mundo que resultó de la tirada del juego por parte de los individuos altamente autoritarios?


Cuando los no autoritarios manejan el mundo

El mismo mes, Altemeyer llevó a cabo un Juego del Cambio Global diferente, en el que participaron solamente individuos con un bajo nivel de autoritarismo de derecha. Lo primero que hicieron fue crear, por acuerdo común, una organización mundial para hacer frente a problemas importantes. No se produjeron guerras o amenazas de guerras (la élite de América del Norte trató de iniciar una, pero los otros en su región no se lo permitieron). El número de ejércitos asignados al principio disminuyó con el paso del tiempo. Cuando los facilitadores anunciaron la crisis programada del calentamiento global, las élites cumplieron lo acordado y contribuyeron suficiente dinero para comprar tecnología para reponer la capa de ozono. El hambre y la enfermedad mataron sólo a 300 millones en África y 100 millones en la India (Europa proporcionó ayuda, pero América del Norte no lo hizo.) Al final del juego, la población mundial aumentó a 8,7 mil millones, de los cuales casi ninguno había incurrido en los brazaletes negros, lo que significa que su acceso a alimentos, salud y trabajo estuvieron mayormente intactos. La desmilitarización, el comercio mutuamente beneficioso, los programas económicos sostenibles, y los bajos niveles de dinero acumulado por las élites (la élite de América del Norte ganó ese juego secreto), contribuyeron a lo que fue una tirada del juego altamente exitosa en comparación a la mayoría. La cooperación predominó en la tirada del juego de los individuos con un bajo nivel de autoritarismo de derecha. Y la persona que asumió el papel de la élite de América del Norte fue la única traba en el funcionamiento.

Claramente, había una gran diferencia entre el mundo simulado creado por los individuos altamente autoritarios de derecha y el creado por aquellos con un bajo nivel de autoritarismo de derecha.

¿Qué es el autoritarismo de derecha?

El autoritarismo de derecha se define por tres aspectos de la personalidad:
  1. Grado de sumisión a las autoridades sociales establecidas y legítimas,
  2. Niveles de agresión en el nombre de estas autoridades, y
  3. Nivel de convencionalismo.
Las 22 preguntas de la escala del Autoritario de Derecha que se encuentra en la página 11 de The Authoritarians miden estos aspectos de la personalidad. (Todo el libro se puede descargar de forma gratuita en el sitio web de Bob Altemeyer). La encuesta pregunta a los encuestados su grado de concordancia con afirmaciones como: "La única forma en que nuestro país puede salir de la crisis es volviendo a nuestros valores tradicionales, poniendo a algunos líderes fuertes en el poder y silenciando a los alborotadores que propagan malas ideas", "las leyes de Dios sobre el aborto, la pornografía y el matrimonio deben ser estrictamente seguidas antes de que sea demasiado tarde, y aquellos que las rompen deben ser fuertemente castigados", y "Este país funcionaría mucho mejor si ciertos grupos de alborotadores tan sólo se callaran y aceptaran el lugar tradicional de su grupo en la sociedad".

La creación de la encuesta original de autoritarios de derecha que Altemeyer realizó en 1973 requirió "ocho estudios, durante más de tres años, que involucraron a más de 3.000 sujetos y 300 ítems". Ha sido ampliamente revisada y perfeccionada desde entonces. La encuesta tiene buena aceptación en la comunidad de investigación psicológica, donde ha demostrado ser precisa en la predicción de actitudes y comportamientos autoritarios. "Se ha acumulado un sólido historial de replicación a través del tiempo", escribe Altemeyer. "Las puntuaciones en la escala de autoritarios de derecha realmente miden tendencias hacia la sumisión autoritaria, la agresión autoritaria, y el convencionalismo."

Sumisión

Los autoritarios piensan que todas las personas (incluidos ellos mismos) deben someterse a la autoridad "legítima" en casi todas las circunstancias concebibles. Los altamente autoritarios de derecha se someten a dicha autoridad, "incluso cuando la misma es deshonesta, corrupta, injusta y malvada", según Altemeyer. Ellos creen en las cosas que sus autoridades les dicen, incluso si hay evidencias de lo contrario. Y cuando esas autoridades hacen algo malo, los autoritarios no los culpan.

Los altamente autoritarios de derecha tienden a valorar la legalidad por encima de la vida humana, excepto cuando el infractor es una de sus atesoradas figuras de autoridad. Altemeyer escribe: "Si les das dilemas morales (por ejemplo: ¿debería uno robar un medicamento absurdamente caro para salvar una vida?), son propensos a decir: "La ley es la ley y debe ser obedecida", más que la mayoría de la gente". Sin embargo, "no ven las leyes como normas sociales que se aplican a todos. En cambio, parecen pensar que las autoridades están por encima de la ley, y pueden decidir qué leyes se aplican a ellos y cuáles no, al igual que los padres pueden hacerlo cuando uno es menor". Ellos insisten más que la mayoría de la gente en mostrar más respeto por "sus padres, el presidente de la empresa en la que trabajaban, etc". Cuando Altemeyer reprodujo el experimento de Milgram, fueron menos propensos que la mayoría de otras personas a culpar a la persona que realmente ordenó las descargas [eléctricas], y más bien "culpaban al pobre diablo al cual se le ordenó proporcionar tales descargas, y a la víctima."

seguidores autoritarios
© Sergio GarridoUn ejemplo de alto autoritarismo de derecha y la combinación perfecta entre los seguidores autoritarios y los líderes psicopáticos.
Agresión

"Los altamente autoritarios de derecha tienden a sentir que están en más peligro ante una situación potencialmente amenazante que la mayoría de la gente, y a menudo responden agresivamente", escribe Altemeyer. "Por lo general evitan cualquier cosa parecida a una lucha justa. En su lugar, agreden cuando lo creen correcto y el poder está de su lado. "Correcto" para ellos significa, más que cualquier otra cosa, que su hostilidad es (en su mente) aprobada por la autoridad establecida, o apoya a dicha autoridad. "Poder" significa que tienen una enorme ventaja física sobre su objetivo, en armamento, o en número, como en un linchamiento. Es sorprendente cuán a menudo la agresión autoritaria ocurre de maneras oscuras y cobardes, en la oscuridad y llevada a cabo por cobardes que más tarde harán todo lo posible para evitar la responsabilidad de lo que hicieron. Las típicas víctimas son mujeres, niños y otras personas incapaces de defenderse."

Los autoritarios tienden a favorecer más que otras personas los castigos más severos para quienes violan la ley. ¿Por qué? "Por un lado, creen que los crímenes en cuestión son más graves en comparación a cómo los considera la mayoría de la gente, y creen más en los efectos beneficiosos del castigo", escribe Altemeyer. Y, "ellos admiten que se sienten personalmente bien, que los pone contentos, poder castigar a un culpable." Altemeyer también señala que los autoritarios "tienden a respaldar fuertemente la pena de muerte".

Todo esto "sugiere que los seguidores autoritarios tienen un pequeño volcán de hostilidad burbujeando dentro de ellos, buscando una manera (segura, aprobada) de entrar en erupción", una idea que según escribe Altemeyer, "fue apoyada por un experimento que llevé a cabo, en el que los sujetos fueron (supuestamente) autorizados a dar descargas eléctricas a alguien tratando de dominar una lista de sílabas sin sentido. El sujeto/profesor podía elegir el grado de la descarga para cada error que hacía el alumno. Dado que el castigo fue autorizado por el experimentador, ésto le abrió la puerta al autoritario. Cuanto más alta era la puntuación del sujeto en la escala de autoritarismo de derecha, más intensas fueron las descargas proporcionadas".

Hay, sin embargo, dos situaciones donde el castigo autoritario suele ser mitigado. "Los seguidores autoritarios normalmente son más permisivos con las autoridades que cometen crímenes", escribe Altemeyer, "y, de manera similar, ellos le dan concesiones a alguien que ataca a una víctima contra la cual el autoritario tiene prejuicios".

¿Qué hace a los autoritarios tan agresivos? "Se constata en experimentos que el miedo que siente una persona a un mundo peligroso, predice diversos tipos de agresión autoritaria mejor que cualquier otra sensación desagradable que he observado", escribe Altemeyer. "Los individuos altamente autoritarios de derecha son, en general, más temerosos que la mayoría de la gente". Esto puede ser en parte debido a las actitudes que le fueron transmitidas por sus primeras figuras de autoridad: sus padres. "Ellos fueron criados por sus padres de manera que tuvieran miedo a los demás", escribe Altemeyer, lo que él bien sabe, "porque tanto los padres y sus hijos nos lo cuentan."

¿Qué permite a los individuos altamente autoritarios de derecha liberar su agresividad sin ser inquietados por sus conciencias? "El fariseísmo parece liberar la agresión autoritaria más que cualquier otra cosa", escribe Altemeyer.

Convencionalismo

Los seguidores autoritarios tienden a creer que todo el mundo debería seguir las normas y costumbres de las autoridades que consideran legítimas. "Si les pides a los sujetos que clasifiquen la importancia de varios valores en la vida, los seguidores autoritarios tienden más que la mayoría de las personas a situar "ser normal" en una posición sustancialmente más alta".

Más

The Authoritarians, de Robert Altemeyer (junto a For Your Own Good, de Alice Miller, un libro sobre el que espero escribir en el futuro) ayudaron a guiarme hacia el ateísmo, proporcionando una descripción matizada, precisa y convincente de un conjunto de predisposiciones psicológicas que hacen que la religión fundamentalista sea irresistiblemente atractiva para algunas personalidades. Crecí con la gente descrita en las páginas de este libro. Eran mis padres, mis maestros de escuela dominical, mis profesores de escuelas cristianas, mis consejeros de campamentos cristianos y los miembros de la iglesia. Sus propias descripciones de sí mismos (como personas sencillas, razonables, humildes, buscadoras de la verdad, impulsadas por nada más que el amor a sus semejantes humanos) perdieron fuerza cuando me puse a mirar trabajos como el de Altemeyer, que estudió sus comportamientos y actitudes de una manera científica. Cuando leí por primera vez este libro a principios del 2007, antes de llegar al capítulo donde Altemeyer afirma: "Los dos rasgos, el autoritarismo y el fundamentalismo, encajan tan bien que casi todo lo que he dicho sobre los individuos altamente autoritarios de derecha en los capítulos anteriores también se aplica a los individuos altamente religiosos fundamentalistas", yo ya había hecho la conexión por mi mismo fácilmente, debido a mi familiaridad personal con estas personas. Tras darme cuenta de que los cristianos fundamentalistas eran inconscientes o negaban algunas motivaciones muy poderosas de sus creencias (creencias que ahora me parecían justificaciones elaboradas para actitudes preexistentes, más valiosas por su efecto reconfortante que por su veracidad) me volví mucho más escéptico de sus afirmaciones. Sin embargo, esto sería un par de años antes de que llegara a la conclusión del ateísmo.


Comentario: Siempre es esencial cuestionar las propias creencias y cuáles son nuestras verdaderas motivaciones, sin embargo, la religión o la religiosidad en sí misma no implica necesariamente que uno es altamente autoritario. Existen diferentes maneras de practicar la religión que pueden ser complementarias a la búsqueda sincera de la verdad.


Puede descargar el libro de Altemeyer de forma gratuita en su sitio web. Le recomiendo altamente leerlo todo. Pero si desea leer una lista de algunos de sus puntos sobre los seguidores autoritarios de derecha que me parecieron interesantes, siga leyendo. Todo lo que está entre comillas viene directamente del libro.
  • "La escala de autoritarismo de derecha de alto grado y la escala de dominancia social no 'nos dicen cuán autoritarios somos'. Sólo sugieren cuán autoritarios tendemos a ser. Nuestro comportamiento dice cuán autoritarios somos".
  • "El prejuicio tiene poco que ver con los grupos a los que se dirige, y mucho que ver con la personalidad de quien los posee."
  • "A los seguidores autoritarios les desagradan tantos tipos de personas, que los he llamado 'intolerantes de la igualdad de oportunidades'."
  • En una encuesta en la que se preguntó a los encuestados qué tan dispuestos estarían a ayudar a las autoridades a detener a miembros de una secta considerada ilegal por el gobierno federal, los individuos altamente autoritarios de derecha estaban más dispuestos a hacerlo que la mayoría de la gente. Siguieron estando más dispuestos cuando el grupo objetivo se cambió a comunistas, homosexuales, políticos radicales, periodistas, o el Ku Klux Klan. Y sorprendentemente, cuando Altemeyer (después de explicar a los encuestados qué era un individuo altamente autoritario de derecha) cambió el escenario para hacer que los altamente autoritarios de derecha fueran el grupo seleccionado como objetivo por el gobierno, ¡ellos todavía continuaron favoreciendo la ley más que otros!
  • Los seguidores autoritarios tienden a no desarrollar sus ideas, sino a copiarlas de los demás. Esto se traduce en una capacidad de razonamiento pobre, como se muestra en las pruebas donde los individuos altamente autoritarios de derecha identificaron erróneamente las falacias silogísticas como correctas con más frecuencia que otros; siempre y cuando estuvieran de acuerdo con la conclusión.
  • "La investigación revela que los seguidores autoritarios se conducen en la vida bajo la influencia de un pensamiento discapacitado mucho más que la mayoría de la gente; exhibiendo un razonamiento poco riguroso, creencias altamente compartimentadas, doble moral, hipocresía, auto-ceguera, un profundo etnocentrismo, y por si fuera poco, un dogmatismo feroz que hace que sea poco probable que cualquiera pueda cambiar su opinión con la evidencia o la lógica".
  • "Los altamente autoritarios de derecha, de hecho, tuvieron más dificultad para recordar detalles del material que habían encontrado [en diversas pruebas de memoria y deducción], y ellos realizaron más deducciones incorrectas en una prueba de razonamiento que lo que otros lo hicieron usualmente. En general, los autoritarios tuvieron muchos problemas simplemente para pensar con claridad".
  • Cuando se les preguntó a los individuos altamente autoritarios de derecha si alguna vez habían cuestionado la existencia de dios, y si era así, qué habían hecho cuando surgió esta pregunta: "Por encima de todo, ellos oraron por la iluminación. En segundo lugar, hablaron con sus amigos que creían en Dios. O hablaron con sus padres. O leyeron las escrituras. En otras palabras, raras veces realizaron una búsqueda de los dos lados del asunto. Básicamente, parecían haber estado buscando la tranquilidad acerca de la Divinidad, no argumentos a favor y en contra de su existencia, probablemente porque estaban aterrorizados de las consecuencias de que no hubiera un Dios".
  • "Las ideas de los autoritarios están mal integradas entre sí. Es como si cada idea se almacenara en un archivo que se puede llamar y utilizar cuando los autoritarios lo desean, a pesar de que otra de sus ideas, almacenadas en un archivo diferente, básicamente la contradice. [...] Las ideas fueron copiadas de fuentes de confianza, a menudo como dichos, pero el autoritario nunca ha 'fusionado los archivos' para ver qué tan bien encajan entre sí."
  • "Cuando les pedí a los estudiantes que escriban, de forma anónima, sus mayores defectos, los autoritarios de derecha escribieron menos que los demás, sobre todo porque muchos de ellos dijeron que no tenían grandes defectos. Cuando les pregunté a los estudiantes si había algo que eran reacios a admitirse a sí mismos sobre sí mismos, los altamente autoritarios de derecha llevaron la delantera diciendo que no, que eran completamente honestos con sí mismos".
  • A pesar de su presunción de justicia, cuando eran examinados, los individuos altamente autoritarios de derecha no eran más propensos que otros a informar de un error administrativo que les había dado una calificación más alta que la que ellos sabían que merecían.
  • Cuando se les dio resultados negativos (que fueron asignados al azar en realidad) en lo que ellos pensaban que era una prueba de autoestima para medir el potencial de éxito en la vida, los individuos altamente autoritarios de derecha no quisieron ver la evidencia de la validez de la prueba. Sólo cuando recibieron resultados positivos quisieron saber más sobre la prueba. Éste no fue el caso de los individuos con bajo nivel de autoritarismo de derecha, quienes quisieron ver la evidencia en ambos casos.
  • Los individuos altamente autoritarios de derecha se asocian sobre todo con personas que tienen las mismas creencias y opiniones que ellos, por lo que tienen poca idea de lo mucho que se diferencian de los demás. "Cuando doy conferencias de retroalimentación en clases sobre mis estudios y describo a los autoritarios de derecha, resulta que los individuos altamente autoritarios de derecha en la sala casi siempre piensan que estoy hablando de otra persona."
  • "Si pasas mucho tiempo alrededor de personas con bastantes prejuicios, puedes pensar fácilmente que tus propios prejuicios son normales."
  • "Debido a que los autoritarios dependen tanto de que su grupo cercano apoye sus creencias (mientras que otras personas dependen más de pruebas independientes y de la lógica), los individuos altamente autoritarios de derecha dan una gran importancia a la lealtad al grupo y la cohesión del mismo".
  • "Para los seguidores autoritarios pertenecer y ser parte de su grupo significa mucho para ellos. La lealtad a ese grupo se encuentra entre las virtudes más altas, y los miembros del grupo que cuestionan a sus líderes o creencias pueden rápidamente ser vistos como traidores".
  • Los autoritarios dependen del apoyo social para mantener sus ideas. Ellos ignoran las razones que alguien podría tener para mentir cuando esas mentiras les resultan agradables. Sólo son críticos de los motivos de los demás cuando su mensaje les resulta desagradable.
  • Los altamente autoritarios de derecha son dogmáticos. "Con el dogmatismo me refiero a [que son] relativamente inmutables; a la certeza injustificada".
  • "Es fácil ver por qué los seguidores autoritarios serían dogmáticos, ¿no es así? Cuando uno no ha descifrado sus propias creencias, sino que las ha absorbido de otras personas, realmente no está en posición de defenderlas de ataques. En pocas palabras, uno no sabe por qué las cosas que cree son ciertas. Alguien decidió que lo eran, y uno confía en sus palabras. [...] Uno no tiene que saber nada para insistir que tiene razón sin importar qué. El dogmatismo es, con mucho, la mejor defensa de repliegue, el castillo más resistente que la ignorancia puede encontrar. Es también un claro indicativo de que la persona no sabe por qué cree lo que cree".
  • "Los altamente autoritarios de derecha también son ligeramente más propensos a "culpar a la víctima" de las desgracias sufridas. Esto es especialmente cierto cuando la víctima ha hecho algo que los autoritarios desaprueban (por ejemplo, una joven mujer que es violada después de ir a una fiesta con vestimenta sexy, un joven que es golpeado después de salir de un bar, una mujer que es asesinada por su marido cuando ella lo dejó, buscó el divorcio y comenzó a salir con otro hombre). Pero incluso aparece en algunas situaciones en las que la víctima no tiene absolutamente ninguna culpa".
Una vez más, la lista anterior se centra en la personalidad del Seguidor Autoritario, que es abordada en la primera parte del libro. Altemeyer continúa discutiendo muchos aspectos interesantes del autoritarismo en gran detalle y de manera esclarecedora. Investiga el fundamentalismo religioso en profundidad. También analiza por qué las personas se vuelven autoritarias, lo que sugiere que, además de posibles factores genéticos que influyen en comportamientos de dominación y sumisión, la cultura homogénea preferida por los seguidores autoritarios les previene de tener demasiadas experiencias con desconocidos que puedan poner su dogma en tela de juicio. Señala el trabajo de George Lakoff, que conecta los antecedentes familiares de una persona ("padres con una moralidad estricta" frente a "padres protectores") con la visión del mundo y el sistema moral de esa persona. También analiza a los Líderes Autoritarios, así como a los Dominadores Sociales. Se incluye un estudio sobre los autoritarios en el gobierno, en el que "los republicanos obtuvieron casi 40 puntos más que los demócratas en promedio[.]" Y por último, se analiza lo que podría hacerse para combatir el autoritarismo, incluyendo la reducción del miedo, reducción del etnocentrismo, la enseñanza a los niños a no confiar en las autoridades de forma automática, y educar a la gente sobre los efectos negativos del autoritarismo.