Traducido del inglés para Rebelión por J. M.El año pasado fue un año atareado para el sistema de justicia criminal de Guatemala.
Enero del año 2016
vio las
detenciones de 18 exmilitares por su supuesta participación en la guerra sucia de la década de 1980. En febrero del año pasado, dos exsoldados
fueron condenados en un caso de esclavitud sexual en tiempos de guerra sin precedentes de la misma época.
© William Gularte / ReutersEl papel bien documentado de Israel en la guerra sucia de Guatemala, que dejó más de 200.000, muertos aún no se ha llevado a la justicia.
Tales procedimientos legales preceden a posteriores aperturas en el sistema judicial a partir del enjuiciamiento y condena del exjefe del Estado el general Efraín Ríos Montt por
genocidio y crímenes contra la humanidad en 2013. Aunque la Corte Constitucional de Guatemala anuló el juicio muy rápidamente (por fin
retomado en marzo después de paradas y arranques espasmódicos y actualmente estancado de nuevo), allí
se fijó un precedente a nivel mundial para hacer que los líderes nacionales rindan cuentas en el país en el que perpetraron sus crímenes.
Y en noviembre un juez de Guatemala
permitió la actuación en un caso separado contra Ríos Montt. El caso se refiere a la masacre de 1982 en el pueblo de Dos Erres.
Ríos Montt fue presidente desde 1982 hasta 1983, un período marcado por una intensa
violencia del Estado contra los pueblos indígenas mayas. La violencia incluyó la destrucción de pueblos enteros, lo que resultó en un desplazamiento masivo.
Los mayas fueron atacados en varias ocasiones durante el periodo de represión que duró desde 1954 -cuando los EE.UU.
diseñaron un golpe militar- hasta 1996.
Más de 200.000 personas fueron asesinadas en Guatemala durante ese período, el 83 % de ellas eran mayas.
Los crímenes cometidos por el Estado de Guatemala se llevaron a cabo con ayuda extranjera, particularmente de los Estados Unidos. Una parte clave de estos crímenes ha eludido hasta ahora cualquier mención en los tribunales: Israel.
Comentario: Israel tiene una larga historia de atrocidades que permanecen impunes y, sin duda, reconocer estos hechos y sacarlos a la luz es muy importante para que algún día, quizás, los culpables puedan ser debidamente juzgados por sus crímenes.
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