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¿Te quedas enganchado después de una discusión sobre lo que dijiste mal o lo que podrías haber dicho? ¿Te cuesta dormirte por las noches preocupado por un fallo en el trabajo? ¿Crees que le das demasiadas vueltas a las cosas?No eres el único y, de hecho, cada vez es más creciente el número de personas que piensan
"demasiado", impidiéndose a sí mismas el desarrollo de una vida satisfactoria.
En este artículo te mostraremos cómo liberarte de ese exceso de pensamiento nocivo (a partir de ahora los llamaremos
rumiaciones) y te plantearemos estrategias para recuperar el control de tu vida.
El rumiar nos agotaPensar no es negativo. Lo es cuando nuestra mente se queda dando vueltas a nuestros pensamientos inútilmente produciendo sentimientos negativos, dando lugar al
"efecto levadura": un pensamiento que tiene lugar a partir de una pequeña idea o problema, pasa a generar más y más preguntas, nuevas relaciones de ideas (problemáticas y catastróficas), generando otros pensamientos negativos que se expanden, crecen y acaban por apoderarse de todo el espacio de nuestra mente.
El resultado es agotador. Lejos de encontrar respuestas o soluciones válidas acabamos en un callejón sin salida, presas de sentimientos de victimismo (
"no podré salir de ésta",
"soy incapaz"), ansiedad (
"mañana va a ser un día duro") y depresión (
"mi vida no vale nada").
Pensamos
"demasiado" cuando nos dejamos atrapar por torrentes de pensamientos y sentimientos negativos que nos abruman y que interrumpen nuestro funcionamiento diario y nuestro bienestar.
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