No hay una cura conocida para el síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio (MERS) y poco a poco se está cobrando más vidas en Arabia Saudita. Este virus misterioso tiene asustados a los sauditas, está cambiando sus hábitos y hasta ha hecho que algunos huyan del país.

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Fouad me habló desde su celular mientras entraba a un centro comercial en Yeda, la segunda ciudad más grande de ese país. Llevaba un tapaboca, debido a que había estado de guardia durante las últimas semanas.

Este doctor de unos 50 años me explicó que hay menos compradores de lo normal, y que se siente muy nervioso.

"Me levanto cada mañana, me siento congestionado y empiezo a asustarme, incluso un cosquilleo en la garganta me preocupa. Estamos viviendo al límite. Está en tu cabeza todo el tiempo", dijo.

Fouad lleva varias semanas sintiéndose así. Actualmente vive sólo, desde que su esposa, su hermana y su hijo se fueron del país por temor a contagiarse del virus MERS, el cual ha azotado a la sociedad saudita.

El coronavirus es de la misma familia de los que producen la gripe común. Empieza con una fiebre y tos, pero puede ocasionar falta de aliento y neumonía.

Desde que se originó el brote en septiembre de 2012, más de 463 personas se han infectado y de ellas unas 126 han muerto.

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Se cree que el personal sanitario es el más afectado.

Frente de batalla


Los más afectados han sido los trabajadores de los hospitales. Fouad conoce personalmente a tres doctores y una enfermera que recientemente dieron positivo para MERS.

Se cree que todos se contagiaron del coronavirus en los hospitales donde trabajan. Dos de ellos fueron diagnosticados cuando cayeron gravemente enfermos y los trasladaron a cuidados intensivos.

Sin embargo, una de las doctoras sólo descubrió que tenía el virus después de hacerse una prueba por precaución, a pesar de que no mostraba síntomas.

Tras una estadía en aislamiento, los tres están sanos.

No hay cura o vacuna para el MERS, y a pesar de que no es necesariamente fatal, expertos de salud estiman que un tercio de los pacientes mueren.

Las personas con más riesgo de morir son los ancianos, las débiles y aquellas con enfermedades crónicas.

Aun así, entre los trabajadores sanitarios el miedo es alto, y se ha incrementado con la reciente muerte del jefe de la división de hematología, Ayman Hamdan Simi, del hospital Rey Fahd en Yeda.

Las tres semanas de lucha del doctor Simi terminaron el sábado pasado tras un fallo renal. El ministro de salud encargado, Adel Al Faqih, lo describió como un mártir que murió en la línea de fuego.

Al Faqih fue llamado a ocupar el cargo para manejar la crisis, después de que su predecesor fuera destituido cuando la cifra de muertes por MERS aumentó dramáticamente.


"Cerca del colapso"


Las autoridades informaron que están trabajando las 24 horas en colaboración con expertos de varios países para eliminar el MERS.

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No hay cura ni vacuna para el MERS.
"El ministerio de Salud ha hecho de la batalla contra este virus la prioridad", le dijo a la BBC el portavoz Khalid Marghlani. "Actualmente estamos trabajando con especialistas internacionales como la Organización Mundial de la Salud y el Centro de Control de Enfermedades a fin de encontrar la mejor solución posible para detener la propagación del virus".

Un virólogo alemán, quien está asistiendo en esos esfuerzos, dijo que el sistema sanitario de Yeda estaba "cerca del colapso".

Christian Drosten le explicó a la BBC que la gran cantidad de análisis que se están haciendo actualmente sobre la enfermedad está llegando al límite de la capacidad del laboratorio, recursos y precisión.

Drosten agregó que las condiciones de higiene de los hospitales están alimentando la epidemia. También hizo un llamado para que las personas utilicen tapabocas, una medida que considera ayudará a disminuir el número de nuevas infecciones.

Entre tanto, los países vecinos de Arabia Saudita están siguiendo muy de cerca los acontecimientos.

Una figura de negocios importante en los Emiratos Árabes, con acuerdos en Arabia Saudita, me dijo en privado que el gobierno saudita pareciera estar perdiendo el control de esta crisis "desastrosa", que se ha propagado por todo el reino.


Cambio de estilo de vida

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Se cree que los camellos podrían transmitir el virus.
A mil kilómetros de Yeda, la capital Riad se ha visto igualmente golpeada, con pacientes que mueren por el virus prácticamente al día en la última semana.

Sanaa, una residente de Riad y madre de dos niños. Está considerando retirar a su hijo de dos años de la guardería porque le preocupa que se infecte.

Esta profesora estima que al menos un cuarto de su clase de niños de 6 años está ausente, y su familia prácticamente no sale de su recinto. Suspendieron los compromisos sociales y visitas a centros comerciales para evitar que los niños se contagien del virus.

Los temores se deben a que el mes pasado un bebé de nueve meses murió por MERS.

El dueño de una cadena de gimnasios en Riad -y varias partes del país- me dijo que decenas de membrecías se han cancelado debido a los temores de los usuarios.

Hakim, un doctor en la capital que trata a pacientes sospechosos de tener el virus, señaló que si la situación sigue empeorando, el gobierno tendrá que tomar acciones más decisivas para proteger a la gente.

"Tenemos una situación, pero no hay acción política", agregó.

Hakim cree que las autoridades deberían considerar cerrar las escuelas, prohibir las reuniones, restringir el movimientos dentro y fuera del país o incluso posponer el Hajj, la peregrinación a La Meca, por un tiempo.

A falta de una vacuna,algunos de los colegas de Hakim han elegido ponerse la de la gripe porcina, H1N1, como una medida de precaución, incluso cuando no hay pruebas que sugieran que ofrece inmunidad para el MERS.

Fouad tiene pocas esperanzas de que surja una solución rápida.

"¿Qué sabemos sobre la enfermedad? No sabemos bien cómo se propaga o incluso qué animal lo alberga. ¿Quizás la transmisión sea por la comida?", señaló.

A pesar de las incertidumbres, al menos en Yeda la presencia del virus se está convirtiendo en un estilo de vida.

"Hace unas semanas, muchas personas estaban preocupadas, pero ahora no se ve que a la gente le preocupe mucho", explicó Fouad. "Sólo lo están viviendo".

Los nombres utilizados en este artículo fueron cambiados para proteger las identidades de los individuos.