En los campos de refugiados, niñas haitianas menores de diez años se ven obligadas a ofrecer su cuerpo para poder adquirir un poco de agua potable.

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Se trata de las niñas huérfanas del terremoto que el 12 de enero de 2010 cobró la vida de más de 200.000 personas y dejó más de 700.000 refugiados.

Haití sufre también otras lacras sociales, como las violaciones a las mujeres. Más del 90 por ciento perpetradas contra menores.

Además, aumenta en el país la tasa de drogadicción, el desempleo y la violencia.

Una de las residentes de un campo de refugiados cerca de Champ Mars denunció que su hermana, de nueve años, se prostituye y su hija, de seis, empieza a ser acosada.
"Ninguna es virgen", sostiene al tiempo que destaca que "las violaciones suceden cada segundo".
Ya en 2011 la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reveló que jóvenes y niñas son las que más sufren la violencia sexual: de cada 60 víctimas que la OIM atendió en Haití en 2010 el 97 por ciento eran mujeres y niñas y el 3 por ciento restante, hombres.

Desde entonces la violencia ha venido aumentando en el país latinoamericano, ya que los incidentes no se informan a la policía debido a la falta de acceso a la justicia por parte las víctimas o las amenazas y la intimidación de los perpetradores.