En el año 1978 dos famosos psicoanalistas parisienses de origen húngaro, los doctores Nicolás Abraham y María Torok, compartieron con la comunidad científica dos situaciones que encontraban repetidamente en sus pacientes, dando así origen a las nociones de "El Síndrome de la Cripta" surgidas de sus investigaciones clínicas.

Imagen
Este descubrimiento surgió trabajando con enfermos que decían haber hecho cosas sin saber por qué las habían hecho, es decir que habían hablado o actuado como si fueran otra persona.

Abraham y Torok dedujeron entonces que muchas veces un "fantasma" de la familia utiliza a algún miembro de su descendencia, y habla a través de él como si se tratara de un ventrílocuo, e incluso llega a inducir a realizar cosas.

La idea de la cripta surge entonces pues ese "fantasma" sería como la presencia de un ancestro, y esto sucede muchas más veces de lo que cualquiera pudiera suponer (es posible que algunas veces te suceda a ti sin darte cuenta), cuando en la familia han sucedido diferentes cosas como:
  • Una muerte difícil de aceptar
  • Un suceso que avergüenza
  • Una situación que resulta difícil de aceptar para la familia
  • Cosas sucias, poco claras o inconfesables que han sucedido en la familia
  • Cosas que no son bien vistas por la mayoría de la gente de la época
  • Un asesinato o muerte sospechosa
  • Un aborto
  • Parientes idiotas o locos encerrados en altillos para que la gente ni los vea ni sepa que existen
  • Enfermedades vergonzosas para la época como la sífilis, el VIH, la tuberculosis
  • Delitos que han terminado con una quiebra o prisión de un miembro de la familia
  • Adulterios, incestos y demás abusos sexuales
Siempre se trata de algo o de alguien que ha caído en desgracia, de algo que la familia quisiera que nunca haya sucedido y que nunca nadie se entere, y por eso evita hablar del tema.

Ese secreto, ese no dicho se guarda entonces como dentro de una "cripta", pero es imposible que ese "fantasma" salga, pues terminará haciéndolo después de una o dos generaciones, pues se transmitirá de forma inconsciente de padres a hijos.

Cabe destacar que cuando se habla de "el fantasma", esto es en realidad solo una metáfora que no significa que los difuntos vuelven para asediarnos, sino que lo que vuelve son los vacíos que han dejado dentro de nosotros esos secretos familiares, y que finalmente terminan expresándose como palabras o actitudes que no terminamos de comprender y que afectan nuestra vida cotidiana.

El terapeuta, trabajando en lo transgeneracional, es pues quien debe ayudar al cliente a identificar su cripta, y a liberar su "fantasma", para que pueda seguir su vida en paz y al mismo tiempo libere a su descendencia de esta pesada carga.

Imaginemos un caso ficticio.

Supongamos que X sepa que mi madre de pequeña ha sufrido una violación, y que este hecho además de pena me produzca mucha vergüenza familiar.

Como no me gusta hablar del secreto familiar, no solo evitaré hablar de la infancia de mi madre, sino que ni siquiera le hablaré a mis hijos del mar, o les diré que no me gusta, que prefiero la montaña o ir junto con ellos al campo.

Este secreto no - dicho provocará entonces una zona de sombras que contiene cosas de las cuales no me gusta hablar, y esas palabras ocultas terminarán comportándose como fantasmas invisibles que en algún momento se las ingeniarán para salir a la luz, pero mientras tanto afectarán la forma en que mi descendencia se relaciona con las diferentes profesiones, pasatiempos y aficiones, porque los comportamientos extraños y hasta las enfermedades tienen muchas veces su origen en estos "fantasmas" (en el caso mencionado podría suceder que mis hijos o mis nietos se enfermaran cuando van al mar, sin saber por qué).