Las predicciones se cumplieron y la lluvia regresó ayer a Ibiza, sobre todo a las seis y media de la mañana, cuando una tromba de agua, acompañada de relámpagos y truenos, provocó de nuevo inundaciones en la autovía del aeropuerto. El agua también entró en la terminal, un rayo provocó un pequeño incendio en Sant Joan y un velero se hundió frente a ses Salines, sin nadie a bordo.


La tormenta de ayer a las seis y media de la mañana provocó una tromba de agua que dejó 17,7 litros en el pluviómetro del aeropuerto en apenas diez minutos, según informó María José Guerrero, delegada en Balears de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El 112 añadió que se produjeron siete incidentes en Ibiza a causa de la lluvia, casi todos en ese periodo de tiempo. En total, ayer cayeron unos 4.000 rayos en el archipiélago, cerca de 300 en Ibiza y su entorno marítimo. A las 6.30 horas los truenos sonaron con fuerza y los relámpagos despertaron a muchas personas que estaban durmiendo. Diez minutos después se produjo la racha de viento más fuerte del día, de 78 kilómetros por hora en el aeropuerto.

El agua cayó con tanta fuerza que inundó parte de la planta baja de la terminal del aeropuerto, según informaron usuarios y trabajadores afectados, por lo que intervinieron los bomberos que están en el complejo aeroportuario. Además, los empleados secaron dos grandes charcos con máquinas aspiradoras. El incidente no afectó a la operatividad, aseguró una portavoz de AENA.

A esa misma hora se inundó parte del túnel de Can Sifre y otros tramos de la autovía del aeropuerto. Los mayores problemas se produjeron en el acceso a la rotonda de ses Salines y Sant Jordi, donde la Guardia Civil reguló la circulación, aunque no se llegó a cortar. Un portavoz de Tráfico explicó además que se produjeron dos salidas de vía de vehículos, en los dos casos sin que nadie resultase herido: una en la carretera que une es Cubells con Cala d´Hort y otra entre Sant Carles y Sant Joan.

Llegaron a coger su vuelo

Más problemas tuvieron cuatro personas que a las siete y media de la mañana se dirigían al aeropuerto, puesto que su coche quedó atrapado en el túnel a causa de la inundación. Los bomberos, que acudían a otro servicio, los sacaron del vehículo. Pidieron un taxi y llegaron a tiempo para subir a su vuelo. Una grúa retiró el turismo. Después, los profesionales se dirigieron a Frutas La Palentina, en Sant Jordi, donde quedó anegado el exterior del muelle de carga de la nave industrial. Achicaron el agua y pudieron entrar los camiones.

También a las seis y media de la mañana un rayo cayó en una zona de monte en Sant Joan. Cuando llegaron los bomberos, un agente forestal les explicó que era un lugar de difícil acceso y que la lluvia había apagado las llamas, que afectaron a poco más de dos metros cuadrados de masa forestal.

Algo más tarde, sobre las nueve de la mañana, un pequeño velero que estaba fondeado frente a la costa de ses Salines empezó a hacer agua y se hundió aproximadamente a una milla náutica de la costa. Solo quedó fuera del agua a la vista la parte más alta de un mástil. La lancha de Salvamento Marítimo ´Markab´ y otra embarcación de los Grupo Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil se movilizaron y comprobaron que no había nadie en el interior de la embarcación. Al parecer, estaba amarrada a una boya ecológica.

También se desplazaron hasta ses Salines voluntarios de la Agrupación de Protección Civil de Sant Josep, que constataron, al igual que hicieron antes los hamaqueros, que la barca estaba vacía, sin tripulantes, apuntó una portavoz del Ayuntamiento de Sant Josep.

La lluvia, que siguió cayendo por la mañana, aunque con menos fuerza, provocó retenciones en carreteras, como la de Santa Eulària, y un colapso circulatorio en Vila. Cientos de personas cambiaron sus planes de un día de playa y decidieron visitar la Marina y Dalt Vila, lo que originó un colapso en el aparcamiento de pago de es Pratet pasado el mediodía.

En cuanto a las cifras, el pluviómetro del aeropuerto recogió 32,6 litros por metro cuadrado, el de Sant Joan, 3,8, y el de Formentera, cero, puesto que la tormenta apenas afectó a la pitiusa menor. Esta lluvia servirá para paliar mínimamente el déficit de las reservas hídricas que sufre Ibiza, el más grave en los últimos 15 años.

Hoy desaparecen las alertas. La predicción de la Aemet para las Pitiusas es de que no lloverá, que se alternarán las nubes y los claros y que las temperaturas oscilarán entre los 22 y los 29 grados.