Según demostraron los investigadores, cada clan -que puede estar compuesto por miles de animales- usa su propia secuencia de sonidos.
Estas vocalizaciones no son innatas sino que deben ser aprendidas, explica el equipo en la revista Nature Communications.
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© SPLLos sonidos de los cachalotes están entre los más fuertes del reino animal.
Y, en opinión de los científicos, esto indica que los cachalotes se comportan de formas que, de cierta manera, reflejan el modo en el que operan las culturas humanas.

Cada uno por su lado

El estudio se centró en los cachalotes que nadan en las costas de las islas Galápagos, en el Pacífico oriental.
Dos clanes que observaron con frecuencia usaban repertorios de clics -o codas- diferentes.
"Estas codas suenan como código morse: patrones de entre 3 y 12 o 15 clics que varían en ritmo y tempo", explica el investigador Mauricio Cantor.

"En un clan al que llamamos 'clan regular', escuchamos clics a un intervalo regular, pero en otro clan (...), las codas que hacen incluyen una pausa extendida al final, antes del último clic".

Y los dos clanes no se mezclan, añade Hal Whitehead, otros de los investigadores del estudio.
"Se comportan de forma diferente, se mueven de forma diferente, cuidan a sus bebés de forma diferente", le dice Whitehead a la BBC.
"Mientras una unidad familiar del clan regular se junta con otra unidad familiar del mismo clan, nunca vemos que se asocie con otra unidad del otro clan".

Repertorio sofisticado

Para entender cómo emergieron los diferentes clanes vocales y para evaluar si las codas que usaban tenían un origen genético o cultural, los investigadores diseñaron un modelo de simulación por computadora.

"Creamos básicamente una población virtual de cachalotes y las separamos de acuerdo a las reglas biológicas del mundo real", explica Cantor.
"En uno de los escenarios incluimos transmisión genética de codas de las madres a sus hijos, en otros escenarios había cachalotes que creaban sus propios repertorios vocales o los aprendían el uno del otro".

"Nuestros resultados muestran que sólo cuando hay cachalotes que lo aprenden el uno del otro o copian partes de sus tipos de codas, podemos después de un tiempo obtener distintos dialectos".
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© SPLUna de las pocas cosas permanentes en el entorno de los cachalotes son los otros individuos.
Las diferentes codas no pueden deberse a la separación geográfica -como ocurre a veces en las aves que cantan- porque el amplio rango de los cachalotes hace que siempre los clanes se encuentren.

Es más, el nivel de sofisticación en los repertorios sustenta la teoría de que las codas son aprendidas, enfatiza Whitehead.

Más sociables que nosotros

"Después de haber pasado mucho tiempo con ellas, me resultó cada vez más claro que, de muchas maneras, los cachalotes son incluso más sociables que nosotros", añade.

"Tienen muy pocas cosas permanentes en su entorno excepto los otros cachalotes. Dependen el uno del otro para una gran cantidad de cosas. Lo puedes ver: se tocan mucho entre sí, se acarician con el hocico y, siendo criaturas vocales, no sorprende que usen mucho los sonidos".

"Y cuando nuestros colegas examinaron cómo se hacían estos sonidos, notaron que la función primaria de estas codas es la cohesión social, reforzar los lazos que existen entre los cachalotes.
"La segunda función es comunicar 'somos todos la misma unidad social porque trabajamos juntos y tenemos el mismo dialecto', pero también, a una escala mayor, decir 'somos parte del mismo clan', y esto puede incluir a miles de cachalotes que se ven a sí mismos como parte de un mismo gran grupo social".

Whitehead comparó este comportamiento con los fans de fútbol que visten los colores de su equipo. Puede que no conozcan a todos en el estadio, pero se identifican a sí mismos y cantan las mismas canciones.