La divulgación esta semana de sendos informes de la comisión holandesa y del consorcio ruso armamentista Almaz-Antéi reavivó contradicciones sobre el derribo del Boeing 777 de Malaysia Airlines, el 14 de julio de 2014, en Ucrania. Se sabe que el vuelo MH 17 fue impactado por un misil cuando sobrevolaba la región de Donetsk, con saldo de 298 muertos entre pasajeros y la tripulación. Datos de información radiolectrónica proporcionada por Rusia indicaron que la nave descendió repentinamente y cambió la ruta sobre Donetsk.

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La comisión internacional bajo la égida de Holanda presentó un informe ante la Junta de Seguridad en el cual ratifica la versión del derribo del avión por un misil, sin embargo, dejó entrever suspicacias de una presunta autoría de las milicias rebeldes del Donbass y la supuesta implicación de Rusia, sin aducir a elementos fácticos.

Desde el punto de vista de la estatal Agencia de Transporte Aéreo (Rosaviatsia), el reporte de la Comisión de Países Bajos adolece de elementos demostrativos, convincentes y verificables.

El vicepresidente de Rosaviatsia Oleg Storchev insistió en que se trata de una versión prefabricada y concebida acerca de las causas de la catástrofe, al deplorar que esa investigación no tomó en consideración la información y datos de expertos rusos, ni indagaciones y cálculos realizados por Almaz-Antéi.

Horas antes de la sesión de la Junta de Seguridad en Ámsterdam, Almaz-Antéi presentó en Moscú nuevos resultados del hecho basados en dos experimentos efectuados a fines de junio pasado y el 7 de octubre, este último en un polígono simulando una explosión de un avión Il-86, con características análogas al Boeing 777.

Los estudios de la composición del misil 9M38 -al parecer disparado desde un sistema antiaéreo BUK-, de la ojiva combativa y de los orificios originados en la nave por la penetración de los elementos destructivos, desmoronaron la hipótesis de una huella rusa en el armamento empleado.

El consejero del principal constructor armamentista Mijail Malyshevski expuso mediante diapositivas, esquemas y videos que de haberse utilizado un misil con la cabeza combativa del tipo 9H314M debieron quedar gran cantidad de orificios en forma de mariposas en el fuselaje, pero no hay una sola perforación de ese tipo, mostró el experto.

Al refutar la versión holandesa, el director general, Ian Nóvikov, recalcó que el vuelo MH-17 fue impactado por un misil 9M38 en su versión más antigua con ojiva 9H 314 sin doble T, en una zona en el sur de la región de Zaróschenskoye, sureste ucraniano.

El piloto ruso Andrei Litvinov comentó a Prensa Latina que los estudios y cálculos realizados por Almaz-Antéi con ayuda de programas especiales computarizados sacaron a la luz cuestiones e interrogantes dirigidas a la comisión holandesa.

Como profesionales queremos recibir respuestas de la contraparte a cada una de las preguntas planteadas por los expertos del consorcio, dijo el veterano comandante de vuelo de la estatal compañía Aeroflot.

Por ahora los holandeses, indicó, rehúsan a responder a unas 10 preguntas, y no veo cómo va a esclarecerse ese accidente desde el punto de vista técnico si no existe diálogo.

Reiteró Litvinov a esta agencia que Rusia desde un inicio propuso la incorporación de sus especialistas para juntos esclarecer ese crimen, pero contrariamente se impidió el acceso de nuestros expertos a las indagaciones.

El piloto lamentó que solo recargan la culpa sobre su país, mientras nuestros argumentos no son tomados en cuenta y no quieren obtener las pruebas. Todas las conclusiones hasta ahora carecen de calidad profesional, aseveró al contrastar el informe holandés y los resultados de Almaz-Antéi.

La cancillería de Rusia respaldó ayer la decisión de solicitar una reanudación de las investigaciones de la catástrofe del Boeing malasio en Ucrania, al apelar a disposiciones de la Convención internacional. Mientras siguen muchos cabos sueltos.

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