La reforma laboral aprobada recientemente en Brasil por el Gobierno de Michel Temer oficializa el fraude, es fruto de la mentalidad esclavista que aún persiste en Brasil y no ayudará a crear nuevos empleos, dijo el procurador general del trabajo, Ronaldo Fleury.

"Con la reforma todo lo que se hacía como fraude está siendo institucionalizado", explicó Fleury en una entrevista con el diario Folha de São Paulo publicada el 14 de julio.
michel temer
© REUTERS/ Nacho Doce

El fiscal asegura que la reforma abre la puerta a que los trabajadores sólo ganen dinero por el tiempo que efectivamente trabajen: "el tiempo que estés a disposición de la empresa pero sin trabajar no lo cobras", apuntó.


Comentario: Esta apertura legal permite que la definición de trabajo cambie y se vuelva una herramienta en las manos de los empleadores para pagar cada vez menos.


En su opinión, la reforma contempla contratos a tiempo parcial, lo que generará más precariedad, como sucedió con las reformas realizadas recientemente en España o en México, donde se cambiaron los trabajos fijos por los "alternativos, intermitentes y externalizados".

Según el criterio del fiscal, las reformas aprobadas por el Gobierno de Temer beneficiarán al "mal empleador" y son fruto de una cultura empresarial basada en la explotación del trabajador.
"Brasil todavía tiene una cultura esclavista; fuimos de los últimos países en abolir la esclavitud y hasta hoy la esclavitud es una realidad; incluso en las grandes ciudades, en las grandes empresas, la mentalidad es esclavista", afirmó Fleury.
El fiscal también lamentó que el texto se haya aprobado sin el suficiente debate parlamentario y anunció que la Procuradoría General del Trabajo está estudiando presentar un recurso de inconstitucionalidad.

La reforma laboral de Temer fue aprobada en el Senado el 11 de julio, con 50 votos a favor y 26 en contra, el 14 de julio se publicó en el Diario Oficial de la Unión y entrará en vigor dentro de 120 días.

La reforma fue ampliamente contestada por los sindicatos y movimientos sociales de izquierda con manifestaciones callejeras y en los últimos meses se convocaron dos huelgas generales en contra del texto.

Con la nueva reforma la negociación entre empresas y trabajadores prevalecerá sobre lo que marcan las leyes en puntos como la división de las vacaciones, la flexibilización de la jornada, la participación en los beneficios o la distribución de las horas extra.