Un video registrado con la cámara corporal del agente captó cómo su portador le propina 5 disparos a un hombre desarmado en el pasillo de un hotel.

Philip Brailsford, agente de la Policía de Arizona, fue acusado de homicidio en segundo grado por acabar con la vida de un hombre desarmado después de que éste, entre lágrimas y suplicas por su vida, cometiera un error al cumplir con sus órdenes.

Durante el juicio, Brailsford mantuvo que no hizo nada malo. Este jueves, tras casi seis horas de deliberación, un jurado finalmente absolvió al oficial, informa The Arizona Republic. Las imágenes del suceso han sido reveladas un día después por el juez que presidió la vista del caso del agente Brailsford.



Comentario: Si usted comprende el inglés, le advertimos que este video puede resultarle muy impactante. Es notable la crueldad que se filtra de las palabras del oficial, quien parece estar disfrutando con semejante abuso de poder. Tampoco se puede ignorar la facilidad con la que aprieta el gatillo a pesar de que el joven le rogaba a llantos que no le disparase, y le aseguraba que estaba intentando seguir sus instrucciones (poco claras) al pie de la letra.

... aun así, el juzgado decidió absolverlo. Ése es el mundo en el que vivimos.


En enero del 2016, la víctima, el trabajador de control de plagas Daniel Shaver, se alojaba en el hotel La Quinta Inn & Suites en Mesa (Arizona) durante un viaje de negocios, cuando la Policía recibió una llamada que indicaba que alguien estaba apuntando con una pistola desde la ventana del mismo hotel.

Si bien según testigos, Shaver, de 26 años, había mostrado una pistola de balines a dos huéspedes esa noche, estaba desarmado durante el encuentro fatal con los agentes en el pasillo del hotel.

En el video, el agente Brailsford apunta a Shaver con su fusil AR-15, mientras que su compañero, el sargento Charles Langley, le ordena, entre amenazas de muerte, arrastrarse hacia él por el suelo.

Shaver parecía estar cumpliendo con sus órdenes y se puede escuchar cómo estaba sollozando mientras se arrastraba hacia los agentes. Pero después Shaver extendió la mano hacia su pantalón, acto seguido Brailsford le disparó cinco veces, creyendo que el hombre estaba buscando un arma.

"Por favor, no me disparen", le rogó Shaver a los policías momentos antes de su muerte.

Durante el juicio el acusado declaró que "si esta situación se hubiese repetido, habría actuado de la misma forma".

La víctima tenía esposa y dos hijas.