La comunidad científica predominante aparentemente odia las dietas bajas en carbohidratos. También los medios de comunicación dominantes, que aprovechan cada oportunidad para repetir como loros cualquier 'estudio' que se publique y que pueda proporcionar un titular que atraiga la atención, descartando cualquier cosa que vaya en contra del dogma dietético dominante. La semana pasada fue un nuevo "estudio" publicado en la revista Lancet, y a pesar del hecho de que es una horrible pieza de tonterías pseudocientíficas, fue debidamente divulgado en los titulares de casi todos los principales medios de comunicación. ¿Y cuál fue el sorprendente hallazgo? Las dietas bajas en carbohidratos acortarán su vida. Por supuesto que lo harán.

surprise shock
Lo sé, amigo. Todos estamos flipando.
El estudio parece estar intentando mostrar una perspectiva "equilibrada" al mostrar que las dietas altas en carbohidratos también son peligrosas; como si no supiéramos que comer mucha azúcar es dañino. Los investigadores afirman que sus hallazgos muestran que lo más saludable es un enfoque moderado: aseguran que con menos del 40%, o más del 70%, de las calorías provenientes de los carbohidratos se corre un mayor riesgo de mortalidad.

Pero mire estos titulares: Nótese que sólo uno de los titulares mencionó la asociación de un alto contenido de carbohidratos; extrañamente fue el del The Guardian, el gran impulsor de dogmas dietéticos. El motivo es que se trata probablemente de un éxito orquestado contra las dietas bajas en carbohidratos y altas en grasa (LCHF, por sus siglas en inglés), cuya popularidad está aumentando debido a su eficacia para tratar los problemas de peso, múltiples marcadores de salud y diferentes condiciones de enfermedad.

Esto se debe a que los medios de comunicación occidentales son esencialmente promotores de las recomendaciones dietéticas del gobierno, respaldados por dietistas y nutricionistas adoctrinados por el gobierno ("expertos" si se quiere, incluyendo las comillas), y sus titulares rara vez se salen de los límites de esas recomendaciones. Incluso cuando presentan un enfoque de dietas LCHF en sus páginas, el tono es siempre de alto escepticismo, o ridiculización burlona, e inevitablemente incluye una o dos citas de "expertos" diciéndole a todo el mundo lo peligroso que sería un enfoque de este tipo, y que usted no debería atreverse a salirse de los límites de la conformidad dietética aceptable, sin importar lo que Internet le diga.

Este estudio, y sus titulares asociados, son efectivos porque apelan a la falacia del término medio (o argumentum ad temperantiam si le gusta el latín) que afirma que "dadas dos posiciones posibles, existe un término medio entre ellas que debe ser correcto". Al presentar las dietas bajas en carbohidratos como "extremas", y al añadir las dietas altas en carbohidratos (que pocos o ninguno recomiendan realmente) como el extremo opuesto, defienden el término medio moderado. Y, convenientemente, la recomendación dietética del gobierno simplemente se ajusta a esa posición moderada.

Para ponernos más conspiratorios, Belinda Fettke, de #isupportgary.com, dice que es muy probable que esta historia haya sido implantada. Citando a un experto en relaciones públicas anónimo:
"La aparición simultánea en una amplia variedad de fuentes de noticias es la razón más obvia. No es sólo una coincidencia y, como se trata de una noticia sobre la salud con un sesgo muy particular, no es algo que los periodistas simplemente hayan recogido de un medio de comunicación. Desafortunadamente las #noticiasfalsas no son nada nuevo, y de hecho han sido bastante prominentes desde que aparecieron los periódicos".

Concluyó: "la diferencia es que, en el pasado, los periodistas solían al menos intentar parecer imparciales".
Pero usted dirá "¡que esto parte de un estudio! ¡En la prestigiosa revista Lancet, por lo que me han dicho! Obviamente es ciencia". Aquí no hay discusión. O es verdad, o tenemos que empezar a cuestionar los fundamentos científicos de toda nuestra cultura. ¡La ciencia es la verdad incuestionable! ¡La ciencia me lo dijo!

El problema es que los estudios nutricionales pueden ser, y a menudo son, diseñados para producir cualquier resultado que se desee, especialmente cuando esos resultados están destinados a hacer cumplir el dogma. La mayoría de la gente sólo lee los titulares e incluso aquellos que leen el artículo completo rara vez o nunca buscan comprobar su veracidad. A pesar de ser extremadamente tenue por naturaleza (ver abajo), esta tendencia parece ser más extrema en gran parte de la investigación dietética, que nunca deja de generar titulares extremos. Las revistas científicas reciben su publicidad, los investigadores justifican su financiación, las autoridades dietéticas refuerzan su autoridad, los sitios de noticias reciben sus visitas: todos ganan. Excepto aquellos que realmente quieren una aproximación a la verdad. ¿Pero a quién le importan esos imbéciles?

Entonces, ¿qué tiene de malo este estudio?

Suspiro, por dónde empezar. Como con casi todos los estudios nutricionales, este estudio es observacional. He insistido sobre esto en el pasado: los estudios observacionales sólo muestran si hay una asociación entre las variables estudiadas. Observan a un grupo de personas, las ponen en categorías basadas en lo que les interesa y tratan desesperadamente de reducir el número literalmente infinito de posibles factores de confusión. Luego ven si dos variables se correlacionan (por ejemplo, si quienes comen más naranjas chinas tienen más casos de "dedo de foca").

Pero ahí es donde uno se detiene. Ver que dos cosas se correlacionan no significa que una haya causado la otra. Puede significar eso, pero no podemos saberlo por un estudio observacional. Hasta que alguien empiece a obligar a los sujetos a alimentarse con naranjas chinas para ver si les causa dedos de foca, no podemos determinar de ninguna manera si existe una relación causal. Tal vez los naranjos chinos crecen sólo en áreas infestadas de focas. O tal vez el único vendedor de productos de la región que vende naranjas chinas tiene un caso grave de dedo de foca persistente y lo está extendiendo entre sus clientes. Existen demasiadas posibilidades.

Todo esto lo digo porque sugerir la causalidad de dos variables relacionadas es realmente mala ciencia.

En Argumentando a favor de una reforma en la investigación epidemiológica, el Dr. John P. A. Ioannidis escribe:
Si se asume que la evidencia meta-analizada a partir de los estudios de cohorte representa asociaciones causales a lo largo de toda la vida, para una esperanza de vida inicial de 80 años, comer 12 avellanas al día (1 oz) prolongaría la vida en 12 años (es decir, 1 año por avellana),1 beber 3 tazas de café al día lograría una ganancia similar de 12 años adicionales,2 y comer una sola mandarina al día (80 g) añadiría 5 años de vida.1 Por el contrario, consumir 1 huevo al día reduciría la esperanza de vida en 6 años, y comer 2 rebanadas de tocino (30 g) al día acortaría la vida en una década, un efecto peor que fumar.1 ¿Es posible que estos resultados sean ciertos? Los autores a menudo utilizan un lenguaje causal cuando informan sobre los hallazgos de estos estudios (por ejemplo, "el consumo óptimo de alimentos que reducen el riesgo da como resultado una reducción del 56% de la mortalidad por todas las causas").1 Los estudios sobre la carga de morbilidad y las directrices respaldan estas estimaciones. Incluso cuando los autores añaden advertencias, los resultados a menudo son presentados por los medios de comunicación como causales.
Citando al Dr. John Schoonbee, Director Médico Global de Swiss Re, "aunque los paraguas están fuertemente asociados con la lluvia, no causan lluvia". Pero la mayoría de la gente no lo sabe, así que los periodistas, y a menudo incluso los propios investigadores (que realmente no tienen excusa), hablarán de estas correlaciones como si fueran causales. Y siempre que la palabra "estudio" aparezca en el titular, la gente lo cree. ¿Cuántas personas están comiendo obedientemente sus 12 avellanas al día, pensando que están añadiendo 12 años a sus vidas, todo porque un editor no sabía, o no le importaba, que esto probablemente no fuera cierto?

Cuestionarios de frecuencia de alimentos: La pseudociencia tras la mayoría de los datos nutricionales

Otro problema con el presente estudio es que, como la mayoría de los estudios nutricionales, se basa en los Cuestionarios de Frecuencia de Alimentos (FFQ, por sus siglas en inglés). De nuevo, esto es algo sobre lo que he escrito en el pasado, pero vale la pena repetirlo. Se ha demostrado repetidamente que los FFQ son totalmente poco fiables a la hora de evaluar la dieta de una persona. ¿Cuántos huevos ha comido en el último año? ¿Cómo que no lo sabe? Tal vez tenga Alzheimer. ¿Cuántas veces comió ensalada en el último año?

Aquí hay una muestra de un FFQ. Eche un vistazo y vea cuán rigurosos y científicos cree que serían los datos resultantes.

Éste es un video divertido para aclarar el asunto:


En una versión temprana de un manuscrito para un artículo publicado en el Journal of Clinical Epidemiology titulado "Controversy and Debate: Memory based Methods Paper 1: The Fatal Flaws of Food Frequency Questionnaires and other Memory-Based Dietary Assessment Methods" ("Controversia y debate: métodos basados en la memoria - Documento 1: Los defectos fatales de los cuestionarios de frecuencia de alimentos y otros métodos de evaluación dietética basados en la memoria"), los autores desmontan el uso del recuerdo de los participantes como método de recopilación de datos:
En primer lugar, el uso de los M-BM [métodos de evaluación dietética basados en la memoria] se basa en dos falacias lógicas interrelacionadas: un error de categoría y la reificación. En segundo lugar, la memoria humana y el recuerdo no son instrumentos válidos para la recopilación de datos científicos. Tercero, en contextos epidemiológicos estándar, los errores de medición asociados con los datos autorreportados no son falsables (es decir que son pseudocientíficos) porque no hay manera de determinar si los alimentos y bebidas reportados coinciden con la ingesta real del encuestado. En cuarto lugar, la asignación de valores nutricionales y energéticos a la ingesta autorreportada (es decir, la pseudocuantificación de datos cualitativos/anecdóticos) es inadmisible y viola los principios fundamentales de la teoría de la medición. Quinto, las estimaciones aproximadas creadas a través de la pseudocuantificación son fisiológicamente inverosímiles (es decir, cifras sin sentido) y tienen poca relación con el consumo real de nutrientes y energía.
Si usted es un nerd como yo, vale la pena leer el artículo anterior en su totalidad, ya que los autores argumentan que la base misma de las recomendaciones dietéticas dadas al público se basa en pseudociencia. Y considerando que la mayoría de los más de un millón de estudios sobre la dieta y la salud publicados desde 1946 se basaron en estos M-BM (ídem), su observación es bien recibida.

Afirmaciones que están más allá de su alcance

Volviendo al estudio presente, uno de sus defectos más evidentes es que, a pesar de las múltiples referencias del estudio a dietas bajas en carbohidratos en todo momento, ningún participante en el estudio estaba comiendo realmente una dieta baja en carbohidratos. Como señala la Dra. Zoë Harcombe:
No se han estudiado las dietas bajas en carbohidratos en este trabajo. Punto final. La ingesta media de carbohidratos de la quinta parte con menor consumo entre las personas estudiadas fue del 37%. Esa es una dieta alta en carbohidratos para cualquiera que coma una dieta baja en carbohidratos. Como veremos más adelante, los investigadores sólo lograron encontrar 315 personas de un total de 15.000 que consumían menos del 30% de su dieta en forma de carbohidratos. La ingesta media de carbohidratos de estas 315 personas seguía siendo superior al 26%. Ni siquiera estas personas estaban cerca de comer pocos carbohidratos. Por lo tanto, si usted consume una dieta baja en carbohidratos, no se preocupe, esta publicación no tiene nada que ver con usted.
Así que lo que los investigadores estaban etiquetando como " bajo en carbohidratos " no era una dieta baja en carbohidratos. Era simplemente el grupo que consumía menos carbohidratos entre los participantes; en otras palabras, el extremo más bajo en carbohidratos del espectro de una dieta convencional de porquería. Cualquiera que compare la "dieta baja en carbohidratos" de los participantes del estudio con la de alguien que realmente está comiendo una dieta baja en carbohidratos vería que hay muy pocas similitudes. Así que los investigadores, y todos los periodistas que informaron sobre sus hallazgos, han sido completamente deshonestos en la forma en que han presentado esta investigación. Sus hallazgos no tienen nada que ver con las personas que hacen dietas bajas en carbohidratos. Pero eso no impedirá que su mamá lo llame, muy nerviosa, después de leer los titulares, diciéndole que deje esta tontería y que vuelva a comer pan y Cheerios porque no podría soportar vivir más que sus hijos, ¡por dios! Misión cumplida, Lancet.

Aquí está el cardiólogo del NHS y defensor de la dieta baja en carbohidratos, el Dr. Aseem Malhotra, calificando este estudio como "fatalmente defectuoso" y "un aborto espontáneo de la ciencia" ante una presentadora de la BBC desconcertada que valientemente intenta mantener la perspectiva predominante apelando a la autoridad de la revista Lancet:


Y Malhotra no es el único que ha criticado públicamente este estudio. De hecho, hay tantos que sería más que tedioso mencionarlos a todos. Para entrar en las minucias, la Dra. Zoë Harcombe ha escrito dos artículos que analizan las falencias del estudio, y muestra de manera efectiva cuán astutos fueron los autores en su manipulación de datos. (Ver (en inglés): "¿Dietas bajas, moderadas o altas en carbohidratos?" y "Las dietas bajas en carbohidratos podrían acortar la vida (¡¿En serio?!)") ¿No es suficiente? Chris Kresser también ha dado una respuesta minuciosa. Como él dice acerca del estudio, "El diablo siempre está en los detalles, pero los detalles no son sexis y no generan clics".

Y aquí hay una sinopsis rápida de la Dra. Georgia Ede, defensora de la dieta baja en carbohidratos y alta en grasas y carnívoras, quien fue bastante expresiva en los medios sociales, señalando los defectos del estudio (nota: RCT = ensayo controlado aleatorio):

Dr. Ede quote
Traducción:

Sé que esta es una visión poco popular en los círculos de las dietas bajas en carbohidratos, pero considero que todos los estudios "epidemi-ilógicos" son un gran desperdicio de tiempo y energía, incluyendo el estudio PURE. Existen problemas que deben ser considerados que van más allá de los rangos "extraños" y los "Cuestionarios Fatalmente Defectuosos":
  • Una completa desatención a la plausibilidad mecanicista que a menudo llega al punto de desafiar de la evolución, la bioquímica, la fisiología, la botánica y el sentido común.
  • El engaño de que (incluso si todo el mundo pudiera recordar lo que comió, ¡já!) uno puede evaluar significativamente lo que la gente ha comido cuando la mayoría de las dietas incluyen miles de ingredientes particulares. Incluso si tomáramos fotos de las comidas de todo el mundo durante un año, el número de variables sería sobrecogedor. Los factores de riesgo como el tabaquismo o una toxina ambiental específica son variables aisladas y sólidas que son fáciles de cuantificar. Yo he estado comiendo una dieta carnívora durante 3 meses más o menos (ningún vegetal y comiendo las mismas carnes casi todos los días de la semana) y aún así no puedo recordar lo que comí hace DOS DÍAS.
En este estudio se "adivinestima" que el 37% de la dieta de la gente ubicada en la quita parte de menor consumo, provendría de carbohidratos, en una dieta de 1558 calorías por día, aproximadamente. Esto equivale a un promedio de 144 gramos de carbohidratos por día. En ningún planeta se consideraría que ésta es una dieta "baja" en carbohidratos.

Sospecho que el grupo del Dr. Walter Willet pudo haber decidido enfocarse en la longevidad porque es un resultado virtualmente imposible comprobar en un RCT.

Sé que los RCT también tienen sus limitaciones, y también me entretengo desmontándolos, pero en un RCT al menos hay elementos concretos que criticar. Detesto los estudios "epi" con pasión, independientemente de que estos apoyen o no mi filosofía nutricional, y creo que éstos deberían ser abolidos o al menos sujetos a estándares mucho más altos.

Cuanto antes logremos exterminar este tigre de papel, más años viviremos.
Así que, a fin de cuentas, tenemos un "estudio" que se basa en FFQ notoriamente inexactos, que no pueden implicar causalidad porque son observacionales, y que hace aseveraciones sobre el peligro de las dietas bajas en carbohidratos a pesar del hecho de que no estudiaron las dietas bajas en carbohidratos. Pero consiguieron sus titulares, que es probable y exactamente lo que buscaban desde el principio, lo cual desanima a la gente a probar un enfoque dietético cada vez más popular, que en realidad podría ser muy beneficioso para su salud. Nótese que ninguno de los múltiples estudios que muestran los beneficios de los enfoques dietéticos de las dietas bajas en carbohidratos y altas en grasas ha tenido la misma repercusión en los medios de comunicación que éste (y muchos otros similares; al menos uno de estos estudios por año durante la última década, según el recuento de Chris Kresser).

Llámeme cínico, pero creo que el propósito final de estudios como éste es difundir propaganda ante un público que no está prestando atención y que sirven como guardianes para evitar que la gente se desvíe de las recomendaciones dietéticas principales y mejore su salud. Sirven para proteger las estructuras monopolísticas que se mantienen como "las autoridades incuestionables" en el asesoramiento dietético, al mismo tiempo que protegen los intereses financieros de sus patrocinadores en las grandes industrias alimentarias. Todo esto es una estafa.

Cuando su mamá le llame, enloquecida por cómo usted se está matando lentamente por una deficiencia de pan, envíele este artículo. Tal vez al menos lea el titular.