Traducido por el equipo de Sott.net en español.

En casi 30 años como miembro del Parlamento británico y otros 20 años viéndolo desde fuera, nunca había visto -ni imaginado- a una Gran Bretaña como ésta.

theresa may brexit

"No es una sola maldita cosa, es una maldita cosa tras otra"
, como dijo una vez el ex primer ministro conservador Harold MacMillan. Que Gran Bretaña ya no tenga un primer ministro funcional es sólo una maldita cosa. Si a esto le añadimos el gobierno disfuncional, un parlamento de perros y gatos, una política exterior profundamente deshonrada, unos medios de comunicación subvertidos hasta la médula por el Estado profundo, un futuro económico totalmente incierto, un estado de "guerra" con el continente europeo, mientras que nuestra relación especial con los Estados Unidos es socavada a diario por un colapso paralelo de las estructuras de poder en Washington; es difícil no ser pesimista sobre el futuro.

Ver a la primera ministra literalmente salir corriendo de la cámara segundos después de que el líder laborista Jeremy Corbyn inteligentemente tomara por sorpresa a todos (incluso a su propio partido) al presentar una moción de censura, no contra el gobierno (lo que habría unido al propio bando de May y a sus aliados sobre el principio de que los pavos rara vez votan en favor de una Navidad anticipada, en este caso unas elecciones generales anticipadas) sino contra la primera ministra personalmente. Era una suposición racional que al menos algunos de los 117 diputados conservadores que acababan de expresar su desconfianza en Theresa May lo hicieran de nuevo, o incluso que se quedaran de brazos cruzados y se abstuvieran. Después de todo, se librarían de ella y mantendrían su gobierno.


Fue también una suposición racional que el principal aliado del gobierno, los fanáticos protestantes del DUP de Irlanda del Norte, podrían hacer lo mismo, dada su reciente condena de la Sra. May usando el lenguaje de la venta de la patria y la traición, su lingua franca durante cien años.

Pero no hay nada racional en la política británica con este clima.

Jacob Rees-Mogg, el honorable diputado del siglo XVIII, que la semana pasada estuvo prácticamente fuera del Palacio de la calle Mall [el Palacio de Buckingham.- NdT.] en pijama cruzado suplicando a la Reina que destituyera a la primera ministra, ahora está en posición de declarar que no es apta para ser la líder del Partido Conservador, ¡pero sí lo suficientemente apta para dirigir el país! Lo mismo ocurre los sus fanáticos antieuropeos de la derecha conservadora e incluso del DUP: esta semana vuelven a ser leales.

dog toys may bojo corbyn
© Reuters / Phil NobleJuguetes para perros con las figuras de Theresa May, Boris Johnson y Jeremy Corbyn.
Sin embargo, la primera ministra está tan segura de que derrotaría esta moción de censura sobre su persona que se niega a permitir que sea debatida y se vote sobre ella. ¡Y la mala burla que es nuestro parlamento permite que ella se salga con la suya!

Mientras tanto, el gabinete de May, que huele que esta muerte por mil cortes del gobierno de May no puede durar por mucho tiempo, ha comenzado a astillarse a plena vista. A pesar de las reglas normales de la responsabilidad colectiva del gabinete, ministro tras ministro han comenzado a salir a la luz para expresar su PROPIA política sobre el punto muerto del Brexit. La semana pasada tuvimos un raro gabinete que trabajaba por teleconferencia; esta semana tenemos un gabinete que se opone a la línea colectiva de gobierno. Las cuentas de Twitter de la campaña para el Liderazgo Conservador están siendo preparadas para la próxima lucha por el poder; se están asegurando discretamente los recintos y se están comprando las líneas telefónicas.

Los líderes de la UE declaran públicamente, a diario, que las negociaciones con Gran Bretaña han terminado y que no se harán más concesiones. La primera ministra insiste en que las conversaciones continúan; con quién, cómo y sobre qué, no lo sabemos en esta "democracia parlamentaria".


Comentario: Se supone que debe parecer irracional, pero la locura tiene una razón de ser: los conservadores mantienen su apoyo a la primera ministra May por ahora para evitar elecciones generales y mantener a Corbyn fuera, mientras preparan el terreno para que ella asuma la culpa de que Gran Bretaña permanezca en la UE una vez que el Reino Unido esté seguro de que está "de vuelta adentro", ya sea a través de este acuerdo entre el Reino Unido y la UE o de un segundo referendo (amañado).


Al mismo tiempo que la estima pública del Parlamento británico cae más bajo, otros poderes en el país se muestran ocupadas socavando la idea misma de la democracia.

city london
Mientras los jubilados británicos tiemblan en el crudo invierno, mientras las Naciones Unidas revelan que millones de nuestros niños viven en la pobreza, algunos de ellos literalmente pasan hambre, mientras el crimen y la ola de asesinatos se ciernen sobre nuestras costas; descubrimos que nuestro cuarto poder, los medios de comunicación, en lugar de ocuparse de todas estas cosas, o incluso de cualquiera de ellas, han elegido enclaustrarse con sus "manejadores" de Inteligencia para obsesionarse con... Rusia. Y, lo más inquietante, con el líder de la oposición parlamentaria británica, Jeremy Corbyn.

La marea rusofóbica en Gran Bretaña ha aumentado en proporción inversa al declive que se percibe en el país, algo que difícilmente puede ocultarse o ser una coincidencia. No hace falta ser psicólogo para concluir que se trata de una actividad clásica de desplazamiento. "Mira hacia allá", es el nuevo lema de la cresta imperial.

Cuanto más se quejan de los "medios de comunicación estatales rusos", más corrompe nuestro propio Estado a nuestros propios medios de comunicación. Día tras día, algunas de las personalidades más conocidas de los medios de comunicación en el país son desenmascaradas como parte no sólo de la Inteligencia Británica, sino también de la Inteligencia MILITAR en la "Iniciativa de Integridad", el hijo ilegítimo del "Instituto para el Arte de Gobierno". Sus jefes también.


Comentario: Aquí encontrará más información sobre la injerencia del Reino Unido en el extranjero y las fábricas de noticias falsas y trolls.


La BBC, patrocinada por el Estado, se encuentra, por supuesto, "in the Van" ["en la camioneta", ver nota al pie.- NdT].1 Esta semana fueron sorprendidos con las manos en la masa, "buscando sangre", según las palabras de su reportero en Moscú, que intentaba descubrir una mano directriz desde Moscú interfiriendo en las protestas masivas de los Chalecos Amarillos en Francia, protestas que los medios de comunicación británicos habían ignorado ampliamente (excepto para quejarse de que RT les estaba dando cobertura). El pueblo francés, como todos recordamos, no sabría cómo asaltar la Bastilla de un gobierno que se habría convertido en inútil. Nunca hubieran soñado con una revolución en Francia si no fuera por Vladimir Putin...
russophobia putin media
Nota

1 encontrarse al frente de, o ser líder del cambio en, alguna tendencia o movimiento
Sobre el autor

George Galloway fue miembro del Parlamento británico durante casi 30 años. Presenta programas de radio y televisión (incluyendo RT). Es cineasta, escritor y orador de renombre.