Los Verdes sueñan con un mundo de emisiones cero sin carbón, petróleo ni gas natural. Necesitan reflexionar acerca de lo que desean.
Podríamos producir oro y plata sin usar hidrocarburos minerales y con ingenio probablemente podríamos producir cobre, plomo y estaño sin refinar y aleaciones como latón y bronce. Pero la fabricación de grandes cantidades de combustibles nucleares, cemento, aluminio, metales refinados, plásticos, nilones, sintéticos, petroquímicos y tuberías de polietileno sería imposible.
La fabricación de turbinas eólicas y paneles solares también sería imposible sin los combustibles fósiles. Un aerogenerador necesita mucho acero, hormigón, fibra de carbono y polímeros de vidrio, así como muchos otros metales refinados: cobre, aluminio, "tierras raras", zinc y molibdeno. Los paneles solares y las baterías necesitan ingredientes de alta pureza - silicio, plomo, litio, níquel, cadmio, zinc, plata, manganeso y grafito; todos difíciles de fabricar en hornos de carbón de patio trasero. El transporte, la construcción y el mantenimiento de parques eólicos y solares, así como de sus carreteras y líneas de transmisión, requieren muchas piezas de maquinaria diesel.
Cada máquina en la tierra necesita hidrocarburos para el aceite de motor, aceite de engranajes, aceite de transmisión, líquido de frenos, aceite hidráulico y grasa. Por supuesto, podríamos utilizar aceites de focas, cera de abejas y ballenas para la lubricación; el descubrimiento del petróleo salvó a las ballenas de esa suerte.
Las carreteras serían un reto sin el betún a base de petróleo. Los romanos construyeron carreteras bastante buenas con adoquines (esto aliviaría el desempleo). Pero los trabajos forzados no encajarían bien con el envejecimiento de los "baby boomers" o los mileniums de la era electrónica.
Los coches, ferrocarriles, lanchas, aviones, I-Phones, TV y tomografías axiales computarizadas se acabarían. Los caballos, bueyes, arados, botes de remos de madera, barcos de vela, hierbas medicinales y semáforos tendrían un gran renacimiento. Algunos tractores de vapor que queman madera podrían seguir funcionando y los generadores a base de gas y madera podrían sustituir a la gasolina en algunos automóviles antiguos.
Este es el regreso al mundo de las "emisiones cero" que los extremistas verdes han planeado para nosotros.
Pero la vida moderna no puede sostenerse con una economía de antes del carbón y el petróleo. Sin electricidad confiable y maquinaria agrícola y camiones de transporte de diesel, las ciudades son insostenibles. En la Verdetopía el 90% de nosotros tendremos que desaparecer.
Pero los Verdes no deberían esperar que nos vayamos en silencio.
Voy a realizar un largo comentario, recomendando que se vea este documental de algo más de 9 horas titulado “Audiencia ciudadana completa” [Enlace] y que se haga en pro de estar informados de las posibilidades maravillosas que NO se implementan más que de forma acorde a los grandes intereses, en perjuicio de la gran mayoría.
En él se habla de una tecnología y energía impresionantes, maravillosas, que permitirían cambiar radicalmente la forma de vida: porque permitirían reducir drásticamente el tiempo necesario para la realización de cualquier labor o desplazamiento y, consiguientemente, porque se nos liberaría en altísimo porcentaje o proporción de toda labor. (Por supuesto que en pro de otra organización para la vida, infinitamente más libre y más bella que esta forma de vida degenerada a que se nos llevó por el maldito sistema capitalista.)
¿Por qué no se aplican dichas energía y tecnología? Para mí está claro que se nos ocultan muchas cosas en pro de preservar el sistema capitalista y a nosotros sometidos, mediante la moderna esclavitud (trabajadores de todo tipo, manuales como intelectuales que José Larralde cataloga o tipifica como de peones titulados), a los intereses de los amos de lo nuestro, que siguen apoderándose de todo y proyectan acabar con la mayor parte de la humanidad a fin de disfrutar en exclusiva unos pocos privilegiados de la vida en NUESTRO planeta. Para llevar a cabo sus macabros planes no dudan en hacer cosas como el atentado impune de falsa bandera del 11-S. (Por tanto ellos son libres de hacer lo que les plazca, mientras que a nosotros se nos recortan cada vez más nuestras ya escasas libertades.)
No desvarío, pues no me salgo del tema aquí tratado, ya que todo lo que aquí se informa está estrechamente trabado, entrelazado, con una finalidad: que no es otra que preservar el sistema que a esos pocos conviene. Me atrevo a suponer que, basándose en estas manipulaciones, lo que se pretende es forzar a producir exclusivamente mediante tecnologías “limpias”, que no están al alcance ni siquiera de la mayor parte de las naciones (por aquello de los conocimientos técnicos, patentes y presupuestos necesarios), y así tener esos pocos la exclusiva para producir en el mercado mundial todo tipo de bienes. (Con el consiguiente endeudamiento ante el BM, FMI, etc. y las subsiguientes privatización de los bienes y servicios y, ¡cómo no!, la marginación de cada vez más gente de las clases bajas y clases medias.)
Por el sistema capitalista (con su puta obsolescencia programada, sus múltiples actividades falsamente económicas, y su inherente y acelerada destrucción y contaminación del medio), no pongo en duda de que seamos demasiados una humanidad de siete mil y pico millones. Pero en una tierra gestionada como cooperantes: por tanto en el marco de una cooperativa mundial, con una economía mundial basada en los recursos debidamente gestionados, podríamos estar perfectamente bien de doce a trece mil millones. Y ese es el cambio de sistema que deberíamos IMPONER (y digo, sin ambages, im˗po˗ner).
En vez de matar a la gente mediante guerras y enfermedades que no se quieren curar: aunque tengan fácil cura que se nos oculta o dificulta mediante un cúmulo impresionante de alimentos basura de todo tipo (transgénicos entre ellos), YO la pondría a realizar, exclusivamente, aquellas labores necesarias para regenerar la tierra poniéndola a producir de forma eco-biológica. Asimismo la pondría a urbanizar para que en un plazo de tiempo lo más corto posible viviésemos en régimen de alta hostelería: acabando así con estas horrendas urbanizaciones actuales realizadas en base a todo tipo de especulación, por el hecho de reconstruir sobre ellas la futura hostelería.
Viviendo en dicho régimen de alta hostelería serían innecesarios los electrodomésticos (cocinillas, lavadoras, lavavajillas, frigoríficos, etc.) y, dado que no sería necesario habilitar huecos para cocinas ni comedores, se racionalizaría mucho mejor el espacio habitacional. Tampoco serían necesarios los supermercados, ni millones de personas moviendo sus utilitarios ˗en el mejor de los casos˗ para ir a la compra de abastos, colocarlos en sus respectivos domicilios, elaborarlos, lavar la vajilla para volverla a colocar, etc. Así podríamos, también, vivir mejor relacionados: pero en base a otra forma de “programar” a la gente al margen de las basuras mediáticas al uso mediante sus malditas RTVs y prensas corporativas, porque se respetase el silencio como uno de los valores fundamentales para que sea posible el crecimiento espiritual. (Mas solo en el sentido de silenciar todo estúpido *yo* de esos dados a descargar habitualmente todo tipo de pequeñeces o maldades subjetivas en sus convecinos o contertulios, así como a las bocazas manipuladoras y toda producción basura con las que se nos atruena, en pro de que brille la luz de la verdad y del auténtico arte iluminadores.)
Y esto aquí dicho es solo una parte de mis "Propuestas Políticas para la Construcción del Futuro", junto a una "Iglesia Educacional Laica de Liberación Popular"[1] y la consiguiente imposición de una "Sociedad de Derechos Democrática Auténtica": Con una sociedad planetaria basada en la información veraz y sin los privilegios de la información reservada, quizás consiguiésemos llegar a ser mucho más iguales y salvar así la enorme diferencia existente entre la verdadera inteligencia y la habitual estupidez, aunque a veces llego a dudarlo pero que muy seriamente.
1). Ecclesia en alguna medida equivalente a la asamblea al modo en que lo fue en la Atenas clásica (asamblea popular constituida por todos los ciudadanos atenienses, que tenía la suprema soberanía de la ciudad). Conjuntamente preconizo un nuevo calendario plagado de múltiples festividades educativas que, mediante el sincretismo de mito y ciencia, nos digan la verdad última sobre las más diversas realidades naturales. (Porque, si para algo deberíamos liberarnos, que no sea para degenerar en la fealdad de nuevos vicios.)