La estructura de la política mundial cambió a tal punto que los países soberanos en crecimiento ya no aceptarán el dominio de otros, indica el informe anual del Club Internacional de Debates Valdái. Los autores agregaron que en un mundo sin superpotencias, los países se apoyarán más en las instituciones regionales y tendrán que autorregularse.
Club Valdai
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En el informe Un mundo sin superpotencias, los autores afirman que el próximo periodo histórico vendrá acompañado de conflictos. En tales circunstancias, la cuestión crucial es cómo garantizar el funcionamiento equilibrado del sistema internacional, en ausencia de un "[país] hegemón y una jerarquía".
"La peculiaridad del momento es que el dominio de la superpotencia de EEUU y sus aliados ya no funciona esencialmente, pero toda la infraestructura mundial que le servía está en pie", señala el informe.
Se agrega que la simple sustitución de la superpotencia, como ha ocurrido en siglos anteriores, como Estados Unidos en lugar del Reino Unido, no servirá ahora. No obstante, no niegan que China podría convertirse hipotéticamente en el nuevo centro, pero existen varios obstáculos.
"En primer lugar, el actual líder no tiene ninguna intención de ceder su puesto a Pekín, y todo el sistema bajo su control, sobre todo el financiero y económico, estará destinado a contrarrestarlo. En segundo lugar, China no parece estar preparada ni dispuesta a asumir la carga y los riesgos. En tercer lugar, y lo más importante, la estructura de la política mundial cambió de modo que los estados importantes simplemente no aceptarán el dominio de nadie", se lee en el informe.
Además, se indica que la necesidad de una remodelación internacional es extremadamente urgente porque tanto el mundo en su conjunto como los países concretos se enfrentan a un gran número de retos. En su opinión, la crisis provocada por la guerra económica de Occidente contra Rusia "puso de manifiesto el valor de una interacción lo más protegida posible de las interferencias externas, lo que incluye la proximidad geográfica".
"Apoyarse en la interacción regional y en la creación de comunidades capaces de resolver los problemas de desarrollo de los países pequeños y medianos que no disponen de recursos propios suficientes para el desarrollo. Como parte de las asociaciones regionales, tienen una buena oportunidad de encontrar su propio nicho, utilizando y contribuyendo al potencial colectivo", subrayaron.
Los autores declararon que la unión de países sobre la base de los intereses y el principio de complementariedad mutua "también ayudará, con el tiempo, a resolver el principal problema actual que consiste en limitar la eficacia de la infraestructura construida bajo la hegemonía de las superpotencias y, a largo plazo, abandonarla".
"El problema más agudo de la dependencia mundial del sistema financiero del dólar también puede resolverse más fácilmente en el círculo de varios países interesados que sean capaces de acordar entre ellos una forma alternativa de pagos y comercio que evite la esfera de influencia estadounidense. Las sanciones secundarias son una herramienta a disposición de Estados Unidos, pero su evidente mal uso está empezando a minar su eficacia", afirmaron.
Según los autores del informe, "en un aspecto, el futuro sistema podría ser similar al modelo de superpotencia tal y como está concebido: no es el poder militar el que debería desempeñar un papel importante, aunque las tensiones político-militares generales en el mundo aumenten durante la fase de transición".
"Los conflictos militares, incluido el que ahora hace estragos en Europa, no son un signo de la construcción de un nuevo orden, sino un producto de la disfunción de lo que ha existido hasta ahora. Y aunque la corrección de las distorsiones del desarrollo mundial, tal como lo vemos, puede llevar al uso de la fuerza militar, como tal no es ni debe ser el factor decisivo a largo plazo".

Los autores conluyeron que un mundo sin superpotencias necesitaría un sistema de autorregulación. Y la autorregulación implica una libertad de acción mucho mayor, pero también la responsabilidad de la misma. Entonces pasaremos de la última etapa de desmoronamiento a la siguiente la creación.