.Traducido por el equipo de SOTT.net

En las próximas semanas y meses, la expresión "Fenómeno Aéreo No Identificado", que sustituye al antiguo y manido término "OVNI", entrará en el léxico popular cuando el Congreso inicie una serie de audiencias públicas sin precedentes sobre el tema.
vulcan alien
© Ilustración fotográfica de Slate. Imágenes vía Paramount Pictures.
Los Objetos Voladores No Identificados, u OVNI, son un pilar de la cultura popular, pero durante mucho tiempo han sido considerados marginales tanto por científicos como por medios de comunicación. Ha habido grupos de personas que creen que el gobierno y varias corporaciones están en posesión de tecnología y cuerpos alienígenas desde julio de 1947 (o en algunos casos, incluso antes), cuando se afirmó que un platillo volante de origen extraterrestre se estrelló en la pequeña ciudad desértica de Roswell, Nuevo México. Los ovnis volvieron a encontrar su lugar en el centro de atención en 2017, cuando el New York Times informó sobre la existencia de un programa clandestino del Pentágono dedicado a investigar "aeronaves que parecían moverse a velocidades muy altas sin signos visibles de propulsión, o que se cernían sin medios aparentes de elevación".

Seis años después, dos de los periodistas que trabajaron en aquel reportaje para el Times — Leslie Kean y Ralph Blumenthal — publicaron un artículo en el Debrief en el que un ex funcionario de inteligencia llamado David Grusch afirmaba que el gobierno y varias empresas aeroespaciales poseían objetos "de origen exótico (inteligencia no humana, ya sea extraterrestre o de origen desconocido)", entre los que se incluían no sólo aviones (o naves marítimas, en algunos casos), sino los cuerpos de las criaturas que los pilotaban. Grusch ya ha testificado ante el Congreso en sesiones a puerta cerrada, y se unirá a otros en el testimonio público que se ha programado en la Cámara de Representantes para el 26 de julio.

A pesar de que los ovnis han estado presentes en la cultura popular durante décadas, hay algo en este momento que parece categóricamente diferente. Después del informe inicial de Kean y Blumenthal, ya no estamos en el territorio de los sombreros de aluminio: no hay música de Expediente X ni clips de Independence Day en las noticias. Esta vez, tenemos a un ex funcionario de inteligencia de alto rango afirmando que gran parte de lo que los teóricos de la conspiración más frívolos han afirmado durante mucho tiempo con respecto a los ovnis podría tener un tinte de verdad, y el Capitolio está tomando en serio sus afirmaciones.

El deseo de investigar los OVNI/FANI es un raro ejemplo de consenso bipartidista en Washington. Lo más sorprendente es que en julio, el líder de la mayoría del Senado Chuck Schumer (junto con el senador republicano Mike Rounds) propuso una enmienda a la Ley de Autorización de Defensa Nacional titulada "Ley de Divulgación de Fenómenos Anómalos No Identificados de 2023". La propuesta cuenta con el apoyo del senador republicano por Florida Marco Rubio y la senadora demócrata por Nueva York Kristen Gillibrand, que se han erigido como defensores de la divulgación en torno a los OVNI/FANI.

Entre otras cosas, la enmienda propuesta exige que tanto las oficinas gubernamentales como los miembros de la industria privada que estén en posesión de registros (o materiales) relativos a FANI los entreguen a una comisión de nueve personas que nombrará el presidente Biden con el objetivo final de desclasificarlos. Haciendo referencia al interés del ex líder de la mayoría del Senado, Harry Reid, por este tema, el senador Schumer afirmó que "durante décadas, muchos estadounidenses han sentido fascinación por los objetos misteriosos e inexplicables... El público estadounidense tiene derecho a saber más acerca de estos objetos. El público estadounidense tiene derecho a conocer las tecnologías de origen desconocido, la inteligencia no humana y los fenómenos inexplicables".

Como dijo el astrónomo Carl Sagan: "las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias". Sin pruebas, las afirmaciones de Grusch son sólo eso: afirmaciones. En cuanto a lo que el testimonio de la Cámara o la legislación de Schumer podrían revelar, es justo permanecer totalmente agnóstico. Podría resultar que la verdad sobre los OVNI/FANI esté en algún lugar entre los globos espía chinos y los extraterrestres que viajan en el tiempo. Podría resultar que allí no hay nada en absoluto. Pero el hecho de que la página web del Senado incluya ahora legislación que contiene la frase "inteligencia no humana" es chocante. No se puede negar que estamos en un territorio sin precedentes y, francamente, surrealista.

Pero no es un territorio completamente desconocido.

El momento del "primer contacto" entre humanos y extraterrestres ha sido ampliamente imaginado en la ciencia ficción y el entretenimiento (y, por supuesto, entre los entusiastas OVNI que afirman que tales acontecimientos ya han ocurrido). La desorientación masiva, la ansiedad colectiva y el "choque ontológico" (término acuñado por el filósofo y teólogo Paul Tillich para describir lo que ocurre cuando se trastorna todo el sentido de la realidad) son elementos centrales de la descripción de un encuentro auspicioso entre dos culturas o especies radicalmente diferentes.

La brillante novela de 1957 La nube negra, del astrónomo Fred Hoyle, imagina cómo podría haber evolucionado una vida radicalmente diferente, planteando la existencia de una nube de gas interestelar sensible cuyas motivaciones se malinterpretan como malévolas hasta que los científicos son capaces de salvar lo que parecen ser barreras inconcebibles para la comunicación. La novela de 1998 de Ted Chiang Historia de tu vida (adaptada en la película de 2016 La llegada) dramatiza los intentos de una lingüista por traducir el lenguaje de seres alienígenas que no comparten nuestra cultura ni nuestra biología. También está la icónica escena de la película de 1996 Star Trek: Primer contacto, en la que la tripulación de la nave Enterprise, que viaja en el tiempo, asiste a la histórica cumbre entre el inventor del motor warp, Zefram Cochrane, y un grupo de vulcanos en el año 2063.

Todas estas narrativas tienen algo en común: la comprensión de que si descubrimos la existencia de vida extraterrestre inteligente, nada volverá a ser lo mismo.

Como escribió Sagan en su novela Contact (1985), el conocimiento de la vida extraterrestre serviría para inculcar el "poder de la perspectiva planetaria". Como Sagan le dijo a Studs Terkel en 1985, "desprovincializaría" a la humanidad. En otras palabras, experimentaríamos un choque ontológico.

Este choque ontológico sería diferente de un mero descubrimiento o invención; ni siquiera es sinónimo de lo que el filósofo Thomas Kuhn llamó un "cambio de paradigma", cuando el consenso científico es modificado por alguna nueva teoría revolucionaria. Se trata más bien de un apocalipsis (en el sentido del significado griego original de la palabra, "desvelamiento") por el que se altera radicalmente la verdadera naturaleza de la realidad. A la luz de la información publicada en Debrief y de los pasos que se están dando en Washington para revelar la verdad, es razonable decir que deberíamos prepararnos para la posibilidad de esa misma experiencia.
Future Tense es una asociación de Slate, New America y la Universidad Estatal de Arizona que examina las tecnologías emergentes, las políticas públicas y la sociedad.