Los investigadores consideran que la obra más icónica de Leonardo da Vinci sería el resultado de uno de sus experimentos.
La Mona Lisa
© Marc Piasecki / APLa Mona Lisa en el Museo del Louvre, París.
Un equipo de científicos e historiadores de arte franceses y británicos ha descubierto un compuesto químico extremadamente raro a la hora de analizar una muestra minúscula de la capa base de la Mona Lisa, según un estudio publicado este miércoles en la revista Journal of the American Chemical Society.

Célebre por su curiosidad innata, conocimientos e ímpetu por innovar, Leonardo da Vinci empleó plumbonacrita, un subproducto del óxido de plomo, para crear su obra más famosa. La presencia de este compuesto ha permitido a los investigadores afirmar con mayor certeza que Da Vinci utilizó el polvo en su receta de pintura.

La firma química distintiva de la receta de pintura al óleo que Da Vinci usó para la capa base, preparando el panel de madera de álamo, fue diferente en el caso de la Mona Lisa, concluyó el equipo, que examinó la estructura atómica del fragmento apenas visible a simple vista. No más grande en diámetro que un cabello humano, la muestra procedía del borde superior derecho del cuadro y fue estudiada con rayos X en un sincrotrón, una máquina que acelera las partículas casi a la velocidad de la luz.

"La primera vez que podemos confirmarlo químicamente"

"La plumbonacrita es realmente una huella dactilar de su receta", comentó a AP Víctor González, autor principal del estudio y miembro del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS, por sus siglas en francés) de Francia. "Es la primera vez que podemos confirmarlo químicamente", agregó, destacando que "es interesante ver que, efectivamente, hay una técnica específica para la capa base de la Mona Lisa".

"Era una persona a la que le encantaba experimentar y cada una de sus pinturas es técnicamente muy distinta de las demás", explicó González. La detección de la plumbonacrita confirmó por primera vez lo que los investigadores ya sospechaban: que Da Vinci con toda probabilidad utilizó el polvo de óxido de plomo para espesar y acelerar el secado de su pintura cuando empezó a crear el icónico retrato.

Después del maestro renacentista, el neerlandés Rembrandt pudo haber utilizado una receta similar cuando pintaba en el siglo XVII. González y otros investigadores también han encontrado plumbonacrita en su obra. "Esto nos dice también que esas recetas se transmitieron durante siglos", dijo González, señalando que "era una receta muy buena".

Se cree que Da Vinci disolvió el polvo de óxido de plomo, que tiene un color anaranjado, en aceite de linaza o de nuez calentando la mezcla para obtener una pasta más espesa que se secaba más rápido.