Traducido por el equipo de SOTT.net

Ahora están apareciendo pruebas de que hasta la mitad de los israelíes muertos eran combatientes; de que las fuerzas israelíes fueron responsables de algunas de sus propias muertes de civiles; y de que Tel Aviv difundió falsas historias de "atrocidades de Hamás" para justificar su devastador ataque aéreo contra civiles palestinos en Gaza.

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Dos semanas después de la irrupción de Hamás en Israel el 7 de octubre, empieza a surgir una imagen más clara de lo que ocurrió -quién murió y quién mató-.

En lugar de la masacre a gran escala de civiles reivindicada por Israel, las cifras incompletas publicadas por el periódico hebreo Haaretz muestran que casi la mitad de los israelíes muertos ese día eran en realidad combatientes: soldados o policías.

Mientras tanto, dos semanas de información generalizada en los medios de comunicación occidentales de que Hamás supuestamente mató a unos 1.400 civiles israelíes durante su ataque militar del 7 de octubre ha servido para inflamar las emociones y crear el clima para la destrucción sin restricciones de la Franja de Gaza y su población civil por parte de Israel.

Los informes sobre el número de muertos israelíes se han filtrado y moldeado para sugerir que ese día se produjo una masacre de civiles al por mayor, en la que bebés, niños y mujeres fueron los principales objetivos de un ataque terrorista.

Ahora, las estadísticas detalladas sobre las bajas publicadas por el diario israelí Haaretz pintan un panorama totalmente distinto. Hasta el 23 de octubre, el medio de comunicación ha publicado información sobre 683 israelíes muertos durante la ofensiva dirigida por Hamás, incluidos sus nombres y los lugares donde murieron el 7 de octubre.

De ellos, se ha confirmado que 331 víctimas -el 48,4%- eran soldados y agentes de policía, muchos de ellos mujeres. Otros 13 se describen como miembros de los servicios de rescate, y los 339 restantes se consideran aparentemente civiles.

Aunque esta lista no es exhaustiva y sólo representa aproximadamente la mitad de las víctimas mortales declaradas por Israel, casi la mitad de los muertos en la refriega están claramente identificados como combatientes israelíes.

Tampoco se han registrado hasta ahora muertes de niños menores de tres años, lo que pone en tela de juicio la versión israelí de que los bebés eran el objetivo de los combatientes de la resistencia palestina. Del total de 683 víctimas mortales registradas hasta ahora, siete tenían entre 4 y 7 años, y nueve entre 10 y 17 años. Las 667 víctimas restantes parecen ser adultos.

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Las cifras y la proporción de civiles y niños palestinos entre los muertos por los bombardeos israelíes de las dos últimas semanas -más de 5.791 muertos, entre ellos 2.360 niños y 1.292 mujeres, y más de 18.000 heridos- son muy superiores a cualquiera de estas cifras israelíes de los sucesos del 7 de octubre.

Revisando la escena

La audaz operación militar dirigida por Hamás, cuyo nombre en clave era Inundación de Al-Aqsa, se desarrolló con una dramática incursión al amanecer, aproximadamente a las 6:30 AM de la mañana (hora de Palestina) del 7 de octubre. Fue acompañada por una cacofonía de sirenas que rompió el silencio de la Jerusalén ocupada, señalando el comienzo de lo que se convirtió en un acontecimiento extraordinario en los 75 años de historia del Estado de ocupación.

Según el portavoz del brazo armado de Hamás, las Brigadas Al-Qassam, unos 1.500 combatientes palestinos cruzaron la formidable barrera de separación entre Gaza e Israel.

Sin embargo, esta fuga no se limitó únicamente a las fuerzas de Hamás; numerosos combatientes armados pertenecientes a otras facciones como la Yihad Islámica Palestina (YIP) traspasaron posteriormente la línea de armisticio, junto con algunos palestinos no afiliados a ninguna milicia organizada.

Cuando se hizo evidente que no se trataba de una operación de resistencia ordinaria, cientos de vídeos inundaron rápidamente las redes sociales, la mayoría de los cuales han sido vistos por The Cradle, mostrando tropas y colonos israelíes muertos, feroces tiroteos entre varias partes e israelíes llevados cautivos a Gaza.

Estos vídeos se grabaron con teléfonos de israelíes o fueron difundidos por combatientes palestinos que filmaban su propia operación. No fue hasta horas más tarde cuando empezaron a salir a la luz acusaciones más truculentas y francamente dudosas.

Acusaciones infundadas de "atrocidades de Hamás"

Aviva Klompas, exredactora de discursos para la misión israelí ante la ONU, fue la primera israelí de renombre en difundir la afirmación de que había informes de "niñas israelíes violadas y sus cuerpos arrastrados por la calle".

Lo publicó en X a las 21:18 (hora de Palestina), el 7 de octubre, aunque en un artículo de opinión que Klompa publicó en Newsweek a las 12:28 (hora de Palestina), el 8 de octubre, no se mencionaba ningún tipo de violencia sexual.

Klompas es también cofundadora de Boundless Israel, un "think-action tank" que trabaja "para revitalizar la educación sobre Israel y emprender acciones colectivas audaces para combatir el odio a los judíos". Un grupo benéfico "sin disculpas sionista" que trabaja para promover la narrativa israelí en las redes sociales.

El único caso presentado como prueba de violación fue el de una joven germano-israelí llamada Shani Louk, que fue filmada boca abajo en la parte trasera de una camioneta y a la que se dio por muerta.

No estaba claro si los combatientes filmados con Louk en el vehículo que se dirigía a Gaza eran miembros de Hamás, ya que no lucían los uniformes ni las insignias de las tropas de Al-Qassam identificables en otros vídeos de Hamás; algunos incluso llevaban ropa civil informal y sandalias.

Más tarde, su madre afirmó tener pruebas de que su hija seguía viva, pero había sufrido una grave herida en la cabeza. Esto concuerda con la información difundida por Hamás, que indicaba que Louk estaba siendo tratada de sus heridas en un hospital de Gaza no especificado.

Para complicar aún más las cosas, el día en que surgieron estas acusaciones de violación, los israelíes no habrían tenido acceso a esta información. Sus fuerzas armadas aún no habían entrado en muchas, si no en la mayoría, de las zonas liberadas por la resistencia y seguían librando enfrentamientos armados con ellos en múltiples frentes.

Sin embargo, estas denuncias de violación cobraron vida propia, e incluso el presidente estadounidense Joe Biden afirmó, durante un discurso pronunciado días después, que las mujeres israelíes eran "violadas, agredidas, exhibidas como trofeos" por los combatientes de Hamás. Es importante señalar que el artículo de The Forward del 11 de octubre informaba de que el ejército israelí reconocía no tener pruebas de tales acusaciones en ese momento.

Cuando más tarde el ejército hizo sus propias acusaciones de decapitaciones, amputaciones de pies y violaciones, Reuters señaló que "el personal militar que supervisaba el proceso de identificación no presentó ninguna prueba forense en forma de fotografías o historiales médicos". Hasta la fecha, no se ha presentado ninguna prueba creíble de estas atrocidades.

Otras acusaciones escandalosas, como la historia de Hamás "decapitando a 40 bebés", ocuparon los titulares y las portadas de innumerables medios de comunicación occidentales. Incluso Biden afirmó haber visto "fotos confirmadas de terroristas decapitando bebés". Las afirmaciones se remontan al colono y soldado de reserva israelí David Ben Zion, que ya había incitado anteriormente a violentos disturbios contra los palestinos y había pedido la aniquilación de la localidad cisjordana de Huwara. Nunca se presentaron pruebas que respaldaran estas afirmaciones y la propia Casa Blanca confirmó posteriormente que Joe Biden nunca había visto tales fotos.

El plan de Hamás

Apenas hay pruebas creíbles de que los combatientes palestinos tuvieran un plan para matar o causar daños a civiles israelíes desarmados el 7 de octubre, o de que lo intentaran deliberadamente. De las imágenes disponibles se desprende que se enfrentaron principalmente a las fuerzas armadas israelíes, causando la muerte de cientos de soldados de ocupación. Como dejó claro el portavoz de las Brigadas Qassam, Abu Obeida, el 12 de octubre:
"La operación Inundación de Al-Aqsa tenía como objetivo destruir la División Gaza (una unidad del ejército israelí en las fronteras de Gaza), que fue atacada en 15 puntos, a lo que siguió el ataque a otros 10 puntos de intervención militar. Atacamos el emplazamiento de Zikim y varios asentamientos más fuera del cuartel general de la División de Gaza".
Abu Obeida y otros oficiales de la resistencia afirman que el otro objetivo clave de su operación era tomar prisioneros israelíes que pudieran canjear por los aproximadamente 5.300 prisioneros palestinos recluidos en centros de detención israelíes, muchos de los cuales son mujeres y niños.

El jefe adjunto del Buró Político de Hamás, Saleh Al-Arouri, subrayó en una entrevista posterior a la operación:
"Tenemos un número grande y cualitativo y oficiales de alto rango. Todo lo que podemos decir ahora es que la libertad de nuestros prisioneros está a las puertas".
Ambos bandos juegan a esto:
Desde el inicio de su asalto militar a Gaza, Israel ha detenido y encarcelado a más de 1.200 palestinos en Cisjordania ocupada. Hasta la fecha ha habido 38 acuerdos de intercambio de prisioneros entre las facciones de la resistencia y Tel Aviv, acuerdos a los que los israelíes suelen resistirse hasta el último minuto.
Mientras se suceden este tipo de testimonios, surgen informes de que las autoridades israelíes han intensificado los malos tratos, la tortura e incluso el asesinato de prisioneros palestinos bajo su custodia, una violación de las Convenciones de Ginebra que, irónicamente, un actor no estatal como Hamás parece haber seguido al pie de la letra.

En relación con los sucesos del 7 de octubre, existen ciertamente algunos vídeos que muestran a israelíes posiblemente desarmados, asesinados en sus vehículos o en las entradas de las instalaciones, para que las tropas palestinas pudieran acceder a ellas.

También hay vídeos que muestran a los combatientes enzarzados en tiroteos con fuerzas israelíes armadas, en los que había israelíes desarmados a cubierto, además de vídeos de combatientes disparando contra casas y lanzando granadas contra zonas fortificadas. El testimonio de testigos oculares también sugiere que se lanzaron granadas contra refugios antiaéreos, aunque no está claro quién lo hizo.

Incluso en la "fiesta de la paz" israelí, que se ha citado como el ataque más mortífero cometido por los combatientes palestinos durante su operación, aparecieron vídeos que parecían mostrar a las fuerzas israelíes abriendo fuego a través de una multitud de civiles desarmados, hacia objetivos que creían que eran miembros de Hamás. ABC News también informó de que un tanque israelí se había dirigido al lugar del festival.

¿Una masacre israelí en el kibutz Be'eri?

En su reportaje sobre los sucesos del kibutz Be'eri, ABC News fotografió piezas de artillería que parecían munición israelí frente a una casa bombardeada. El reportero, David Muir, mencionó que en las ruinas se encontraron combatientes de Hamás cubiertos con bolsas de plástico.

Además, los vídeos de la escena muestran viviendas que parecen haber sido alcanzadas por municiones que los combatientes de Hamás no poseían. Muir informó de que unas 14 personas fueron retenidas como rehenes en un edificio por combatientes palestinos.

Un artículo de Haaretz en hebreo publicado el 20 de octubre, que sólo aparece en inglés en un artículo imprescindible de Mondoweiss, describe una historia muy diferente de lo que ocurrió en Be'eri ese día. Un residente del kibutz que había estado fuera de su casa -cuya pareja resultó muerta en la refriega- revela nuevos y sorprendentes detalles:
"Le tiembla la voz cuando se le viene a la mente su compañera, que en ese momento estaba sitiada en su refugio. Según él, sólo el lunes por la noche (9 de octubre) y sólo después de que los comandantes sobre el terreno tomaran decisiones difíciles -incluido el bombardeo de casas con todos sus ocupantes dentro para eliminar a los terroristas junto con los rehenes-, las FDI completaron la toma del kibutz. El precio fue terrible: al menos 112 personas de Be'eri murieron. Otros fueron secuestrados. Ayer, 11 días después de la masacre, se descubrieron los cadáveres de una madre y su hijo en una de las casas destruidas. Se cree que aún hay más cadáveres entre los escombros".
Las pruebas fotográficas de la destrucción en Be'eri corroboran su relato. Sólo las municiones pesadas del ejército israelí podrían haber destruido viviendas residenciales de esta manera.
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© UnknownSecuelas del kibutz de Be'eri tras el cese del fuego de ambos bandos
Comportamientos de Hamás: Pruebas frente a acusaciones

Yasmin Porat, superviviente del kibutz Be'eri, declaró en una entrevista para un programa de radio israelí, presentado por la emisora estatal Kan, que las fuerzas israelíes "eliminaron a todo el mundo, incluidos los rehenes", y añadió que "hubo un fuego cruzado muy, muy intenso" e incluso señaló bombardeos de tanques.

Porat había asistido a la rave de Nova y dio testimonio del trato humano en diferentes entrevistas que concedió a medios de comunicación israelíes. Explicó que cuando estuvo prisionera, los combatientes de Hamás "nos vigilaban", diciéndole en hebreo: "Mírame bien, no vamos a matarte. Queremos llevarte a Gaza. No vamos a matarte. Así que tranquila, no vas a morir". También añadió lo siguiente:
"Nos dan algo de beber aquí y allá. Cuando ven que estamos nerviosos nos calman. Fue muy aterrador, pero nadie nos trató con violencia. Por suerte no me pasó nada de lo que oí en los medios".
Cada vez más, y para horror de algunos funcionarios y medios de comunicación israelíes, testigos presenciales israelíes y supervivientes del derramamiento de sangre declaran que fueron bien tratados por los combatientes palestinos. El 24 de octubre, la emisora estatal israelí Kan se lamentó de que a la prisionera Yocheved Lifshitz, liberada por Hamás el día anterior, se le permitiera hacer declaraciones en directo.

Al ser entregada a intermediarios de la Cruz Roja, la anciana cautiva israelí fue grabada por las cámaras volviéndose para apretar la mano de su captor de Hamás en su último adiós. La emisión en directo de Lifshitz, en la que habló de sus dos semanas de calvario, "humanizó" aún más a sus captores de Hamás al relatar su vida cotidiana con los combatientes:
"Fueron muy amables con nosotros. Se ocuparon de nosotros. Nos dieron medicinas y nos trataron. Uno de los hombres que nos acompañaba resultó gravemente herido en un accidente de moto. Sus paramédicos (de Hamás) se ocuparon de sus heridas, le dieron medicinas y antibióticos. La gente era amable. Mantenían el lugar muy limpio. Se preocuparon mucho por nosotros".
Más preguntas que respuestas

Es esencial reconocer que en muchos informes de periodistas occidentales sobre el terreno, la mayor parte de la información relativa a las acciones de los combatientes de Hamás procede del ejército israelí, participante activo en el conflicto.

Las pruebas que están apareciendo indican ahora que existe una alta probabilidad, especialmente debido a la magnitud de los daños en las infraestructuras, de que las fuerzas militares israelíes hayan podido matar deliberadamente a cautivos, disparar contra objetivos incorrectos o confundir a israelíes con palestinos en sus tiroteos. Si la única fuente de información para una reclamación seria es el ejército israelí, hay que tener en cuenta que tiene motivos para ocultar casos de fuego amigo.

El fuego amigo israelí fue rampante, incluso en los días siguientes, por parte de un ejército con muy poca experiencia real de combate. En la ciudad de Ashkelon (Askalan), el 8 de octubre, soldados israelíes mataron a tiros e insultaron a gritos el cadáver de un hombre que creían que era un combatiente de Hamás, aunque más tarde se dieron cuenta de que habían ejecutado a un compañero israelí. Este es sólo uno de los tres ejemplos de fuego amigo que se han producido en un solo día y que han acabado con la vida de israelíes a manos de sus propias tropas.

En medio de la niebla de la guerra, las partes en conflicto tienen diferentes perspectivas sobre lo que ocurrió durante la incursión inicial y sus consecuencias. No se discute que los grupos armados palestinos infligieron pérdidas significativas al ejército israelí, pero habrá mucho debate en curso sobre todo lo demás en las próximas semanas y meses.

Se necesita urgentemente una investigación internacional independiente e imparcial, que tenga acceso a la información de todas las partes implicadas en el conflicto. Ni los israelíes ni los estadounidenses aceptarán esto, lo que por sí mismo sugiere que Tel Aviv tiene mucho que ocultar.

Mientras tanto, los civiles palestinos de Gaza soportan continuos ataques indiscriminados con las armas pesadas más sofisticadas que existen, y viven bajo la persistente amenaza de un desplazamiento forzoso y potencialmente irreversible. Este bombardeo aéreo israelí sólo ha sido posible gracias a la avalancha de historias infundadas sobre "atrocidades de Hamás" que los medios de comunicación empezaron a difundir a partir del 7 de octubre.