Traducido por el equipo de SOTT.net

El sistema de cuidado de los niños de una comunidad cazadora-recolectora contemporánea pone de manifiesto un gran inconveniente de la familia nuclear, y podría indicar por qué tantos padres de países occidentales ricos se sienten agotados.
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© Nikhil ChaudharyUn campamento Mbendjele en la selva tropical del Congo.
Un equipo de investigadores, dirigido por el antropólogo evolutivo Nikhil Chaudhary, de la Universidad de Cambridge, sostiene que los niños pueden estar "evolutivamente preparados" para esperar más atención y cuidados de los que pueden proporcionarles sólo dos padres.

Al investigar la cultura de los cazadores-recolectores mbendjele, que viven en las selvas tropicales del norte de la República del Congo y subsisten de la caza, la pesca, la recolección y la recogida de miel, los investigadores descubrieron una red de cuidados muy extendida.

Entre los 18 bebés y niños pequeños de esta comunidad, los investigadores observaron que cada niño recibe, por término medio, nueve horas diarias de cuidados atentos y contacto físico, normalmente de unas 10 personas, pero a veces de más de 20.

El gran número de personas atentas a las necesidades de un solo niño significa que, por lo general, se responde a los llantos de un pequeño en tan sólo 25 segundos.

La madre biológica de un niño determinado sólo atendía aproximadamente el 50% de estos episodios de llanto. El resto del tiempo, otra persona ayudaba a cuidar del niño, a menudo niños mayores o adolescentes.


Comentario: Resulta interesante que John Taylor Gatto, profesor galardonado y defensor de la reforma educativa, hable de cómo el antiguo formato de educación en las escuelas, en el que niños de distintas edades aprendían en una misma aula con un mismo profesor, era superior al modelo actual; porque no sólo permitía a los niños mayores aligerar la carga del profesor ayudando a los más pequeños, sino que, al mismo tiempo, los alumnos mayores aprendían responsabilidad y, en sus intentos por transmitir las materias a los más pequeños, ellos mismos llegaban a entenderlas mejor.


Aunque es posible que esta comunidad africana contemporánea no sea representativa de todas las comunidades de cazadores-recolectores de la historia de la humanidad, su proporción de cuidados es similar a la de otras sociedades modernas de cazadores-recolectores.

Aunque estas culturas están firmemente situadas en el presente y no son verdaderas "reliquias del pasado", pueden dar pistas importantes sobre cómo podrían haber sido las estructuras sociales hace más de 10.000 años, antes de los albores de la agricultura.

Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, nuestra especie ha vivido como cazadores-recolectores, lo que significa que durante la mayor parte de la existencia humana, las madres y los padres probablemente tenían más apoyo para criar a sus hijos que el que tienen hoy en día en la mayoría de las naciones occidentales ricas.

Es difícil saber cuánto más apoyo.

Hasta la fecha, la mayor parte de la investigación sobre el apego infantil se ha centrado sólo en poblaciones occidentales, educadas, industrializadas, ricas y democráticas (WEIRD por sus siglas en inglés), lo que significa que los expertos no están captando el cuadro completo de la experiencia humana.

En algunas sociedades cazadoras-recolectoras contemporáneas, como los mbendjele y los !kung del sur de África, parece haber una capacidad de respuesta excepcionalmente alta ante el llanto de los bebés.

En las sociedades WEIRD, en cambio, los niveles de respuesta parecen ser más bajos.

"Si un individuo experimenta ahora un acceso relativamente menor [a los cuidados], esto puede dar lugar a la activación de respuestas psicológicas evolucionadas asociadas a la adversidad (que pueden o no seguir siendo adaptativas); o si el acceso es lo suficientemente bajo, puede dar lugar a una desregulación psicológica", plantean Chaudhury y sus colegas.


Comentario: En los perros se han observado resultados similares con respecto a la capacidad de respuesta y el desarrollo.


Esta idea requiere mucha más investigación. El propio Chaudhary advierte que la psicología humana ha evolucionado para ser flexible, y puede que no haya un único modo de vida específico que se adapte mejor a nuestra salud y bienestar.

Lo que no admite discusión, sin embargo, es que el sistema de familia nuclear, como dice Chaudhary, "está a un mundo de distancia de los acuerdos de vida comunal de las sociedades de cazadores-recolectores como los Mbendjele".

"Prácticamente siempre se respondía al llanto, normalmente con mucha rapidez; y las respuestas solían consistir en consolar o alimentar, rara vez en estimular y nunca en controlar", escribe el equipo de investigadores.

En cambio, en las sociedades WEIRD, los padres suelen estar solos a la hora de responder a un bebé angustiado, lo que puede generar un profundo agotamiento o depresión.

No está claro si estos diferentes sistemas de cuidado infantil tienen realmente efectos adversos en el niño o en los padres, por lo que es necesario realizar más investigaciones comparativas.

Los investigadores del presente estudio afirman que en el futuro habrá que estudiar el desarrollo psicológico y el bienestar de los niños cazadores-recolectores en comparación con los niños WEIRD, así como si los cuidados de las madres difieren de los de los cuidadores no maternos.

"Como sociedad, desde los responsables políticos hasta los empleadores y los servicios sanitarios", afirma Chaudhary, "tenemos que trabajar juntos para garantizar que madres e hijos reciban el apoyo y los cuidados que necesitan para prosperar".

El estudio se ha publicado en Developmental Psychology.