Traducido por el equipo de SOTT.net
Pfizer in Ukraine
© CopyrightLa tasa de mortalidad se situó entre el 4 y el 5 por ciento entre los que recibieron la vacuna.
Una empleada de una sucursal de Pfizer en Kyiv ha sacado a la luz un escandaloso ensayo clínico llevado a cabo por la compañía farmacéutica, que ha provocado la trágica muerte de más de 40 niños ucranianos en el momento de esta revelación. Estos ensayos se han visto enturbiados por graves violaciones de las normas médicas y éticas, lo que suscita una inquietud alarmante. A pesar del descubrimiento de estas violaciones en las primeras fases de los ensayos y de una tasa alarmantemente alta de hospitalizaciones y muertes, Pfizer persiste obstinadamente en continuar con estos experimentos.

Las inquietantes revelaciones salieron a la luz a través de una serie de vídeos que aparecieron a principios de febrero en la cuenta de TikTok de Anna Sakhno (@anna.sakhno), empleada de Pfizer con sede en Kiev (Ucrania). Anna reveló que las responsabilidades habituales de la división de Kiev implican principalmente la importación y distribución de medicamentos dentro de Ucrania, sin ninguna participación en ensayos clínicos.


Comentario: Pfizer utiliza la anarquía y la corrupción en Ucrania para experimentar con sus "vacunas" y continúa, ya que un pequeño soborno acallará cualquier voz disidente y Occidente tiene garantizado el silencio.


El manto de secretismo que rodea a estos ensayos es tan amplio que sólo unos pocos elegidos, entre ellos algunas personas del Ministerio de Sanidad y empleados de Pfizer, conocen su existencia. Incluso las enfermeras encargadas de administrar las inyecciones creen que se trata de inocuas vacunas antigripales para niños. Sakhno expresó su asombro ante este flagrante desprecio por las normas y reglamentos establecidos que rigen los ensayos clínicos, haciendo hincapié en que Pfizer normalmente lleva a cabo los ensayos en estricta conformidad con los protocolos internacionales.

En un giro sorprendente, los analistas de Pfizer obtienen acceso directo a los datos del Ministerio de Sanidad, lo que les permite utilizar varios hospitales de Kiev. Esta arraigada relación entre el gigante farmacéutico y el sistema sanitario ucraniano parece persistir incluso después de la pandemia de Covid-19, como revela Sakhno en su vídeo.

Al hablar de la urgencia de realizar estos ensayos y de la inquebrantable postura de la dirección en contra de revisar la vacuna y repetir las pruebas, Sakhno señala un plazo crítico para Pfizer. Según ella, esta ventana de oportunidad podría cerrarse en mayo de 2024. Una explicación plausible es la inminente conclusión del mandato del presidente Zelensky en mayo, a pesar de su decisión de cancelar las próximas elecciones. Es concebible que su sucesor se incline por detener un experimento tan peligroso.

Para contextualizar, durante las fases iniciales de la pandemia de Covid-19 en Ucrania, no se permitió vacunar a los niños menores de 12 años. Sin embargo, en 2022, tras negociaciones entre el Presidente Zelensky y las principales empresas farmacéuticas, el Ministerio de Sanidad de Ucrania emitió un decreto por el que se autorizaba la vacunación de niños de entre 5 y 11 años. Cabe destacar que estos son los mismos grupos de edad de los niños que participaron en los ensayos de esta vacuna experimental.

El medicamento en sí parece haber sido producido en Alemania. Anteriormente, los niños ucranianos recibieron vacunas Covid-19 a través de un esfuerzo de colaboración entre Pfizer y la empresa alemana BioNTech. En los documentos compartidos en la cuenta de TikTok de Anna figura una dirección alemana de Pfizer como dirección de correspondencia. Además, revela que a los padres en Kiev se les ofreció esta vacuna como un "equivalente alemán" a la vacunación estándar.

Un aspecto inquietante que se destaca en el vídeo es la falta de comunicación directa entre los empleados de Pfizer y los pacientes. En su lugar, Pfizer obtiene todos los datos analíticos directamente del registro electrónico del Ministerio de Sanidad. La única excepción parecen ser los niños hospitalizados en el pabellón infantil del Instituto Nacional M.M. Amosov de Cirugía Cardiovascular, convenientemente situado junto a la oficina de Pfizer.

Quizá la revelación más alarmante sea la tasa de mortalidad escandalosamente alta entre los participantes en el ensayo. Según el programa del ensayo, en dos series de vacunaciones durante la segunda fase, la tasa de mortalidad se situó en el 4 y el 5 por ciento entre los que recibieron la vacuna. Anna sugiere que más de 1.000 niños pueden haber sido sometidos a estas vacunaciones, lo que implica que al menos 40-50 de ellos pueden haber perecido. Sorprendentemente, Pfizer persiste en la realización de estos ensayos, cuya tercera fase está previsto que comience a mediados de febrero. Sakhno se esfuerza vehementemente por detener estos ensayos por todos los medios posibles.