Francia ha desplegado 4.000 soldados adicionales en lugares estratégicos, como estaciones de tren o aeropuertos. Con el pretexto del atentado ocurrido en Moscú, el gobierno ha impuesto el estado de máxima alerta.
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Era algo que estaba previsto para los Juegos Olímpicos de París de este año, pero los planes se han acelerado. El estado de máxima alerta es nivel más alto dentro del Plan Vigipirate.

De esa manera a los 3.000 soldados que ya están en las calles con la Operación Sentinel, se suman otros 4.000 más, según el anuncio que hizo el lunes el Primer Ministro Gabriel Attal.

Para imponer un estado de vigilancia y control máximos, el gobierno sigue la corriente de atribuir el atentado de Moscú al Califato Islámico. No es la OTAN, ni Estados Unidos, ni Reino Unido. Europa no puede aparecer como victimario, sino como víctima de este tipo de crímenes terroristas.

Durante un viaje a Guyana, Macron afirmó que el Califato Islámico ya ha intentado perpetrar dos atentados en Francia en los últimos meses, uno el 10 de enero y el otro el 5 de marzo. Por su parte, el Ministerio del Interior reforzó la ola intoxicadora afirmando que el primero tenía como objetivo "objetivos judíos" y el segundo edificios religiosos cristianos.

Blanco y en botella: han sido musulmanes; estamos en una guerra de religión, tanto en Gaza como en Ucrania, como en... Moscú.

El Plan Vigipirate se aprobó oficialmente en Francia en 1995 y su propósito confesado es "desarrollar una cultura de la vigilancia y la seguridad en toda la sociedad" (*). Se complementa con la Operación Centinela, que autoriza al ejército a patrullar las calles, como si se tratara de una ley marcial.

¿Alguien pronosticó que la guerra era inminente? Se equivocó: esto es la guerra que tanto estaban esperando.

(*) https: //www.gouvernement.fr/risques/le-plan-vigipirate