A nivel mundial hay
gran debate en torno a todo lo que sea transgénico. Y Argentina no se queda atrás, ya que a pesar de una serie de
cuestionamientos acerca de los efectos en la salud y la parcialidad de estudios previos llevados a cabo, el pasado mes de octubre
se aprobó el cultivo y la venta de los dos primeros transgénicos hechos en el país.
Se trata de una soja resistente a la sequía, la primera en el mundo; y una papa resistente al virus PVY, una enfermedad que afecta a los tubérculos, convirtiéndose en la
primera papa transgénica en el país para consumo humano directo.Sin embargo existe la controversia en torno a que los organismos en Argentina encargados de la aprobación de los transgénicos se basan en los estudios de las mismas empresas que los producen y comercializan, los cuales no son de conocimiento público.
En 2014, cuando aún se estaban realizando los experimentos, el CELMA (
Centro de Estudios Legales del Medio Ambiente)
solicitó un informe al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación sobre la papa transgénica, acerca de los permisos de liberación de las semillas en el país, con identificación de cada uno de los predios donde se llevaron a cabo lo ensayos detallando las instancias de aislamiento, tipo de monitoreo que se realizó y cuáles fueron las medidas de control adoptadas.
Asimismo requerían una "instancia de participación ciudadana a fin de que la población en general y la comunidad científica independiente puedan acceder a los
estudios ambientales y sobre inocuidad alimentaria, a fin de formular las observaciones pertinentes".
Comentario: Nuestro cuerpo es un sistema perfectamente equipado para poder lidiar con nuestra vida diaria de manera adecuada, pero, en la medida que vamos restringiendo cierto tipo de alimentos (grasas buenas y proteínas) y aumentamos el consumo de otras sustancias (carbohidratos, aditivos tóxicos, etc.), los químicos del cerebro y todo el cuerpo se ven afectados de inmediato, creando así toda esta serie de condiciones mencionadas dentro del artículo y otras.
Para quienes tienen muchas dificultades emocionales o relacionadas a adicciones, sin duda es necesario ayudar al cuerpo con aminoácidos como los mencionados en el artículo, para otros, quizás no sean tan necesarios y puedan trabajar los aspectos emocionales a través de otros métodos. Lo que sí es importante es que cada quien logre encontrar lo que funciona y le hace bien. No todos los problemas de ansiedad se deben a deficiencias de neurotransmisores y tampoco siempre se deben a problemas únicamente psicológicos. Normalmente, todos estos factores se entrelazan entre sí, por lo que es necesario un enfoque holístico que los tenga en cuenta a todos.
Desde SOTT recomendamos el programa de relajación y meditación Éiriú Eolas, que está diseñado especialmente para estimular el nervio vago con ejercicios de respiración, logrando equilibrar la producción de neurotransmisores y otras funciones fisiológicas que nos ayudan a estar más conscientes pero relajados y a liberar gradualmente las emociones y tensiones estancadas. Vea: Éiriú Eolas: Expansión del conocimiento
La combinación de una técnica como ésta, más una buena alimentación, el contacto sano con otros y un propósito solidario, podrían ser verdaderos caminos al bienestar general.
También le recomendamos leer sobre el yodo, el cual puede ser la clave para mejorar todos estos desequilibrios en el cerebro y el cuerpo en general. Puede ver nuestro programa de SOTT Radio Network en español especial sobre el Yodo aquí.
Lea también: