La historia sucedió así:

En 1870, el químico alemán Erich von Wolf estaba investigando la cantidad de hierro que contenían las espinacas y otras verduras de hoja verde. A pasar los resultados olvidó poner la coma decimal y los 3,5 miligramos de hierro que hay en 100g de espinacas se convirtieron en 35 miligramos gracias a ese error, esto es 10 veces más hierro.
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El error del Sr. von Wolf se descubrió y fue corregido 1937 pero ya se había dado forma a Popeye y su obsesión por comer espinacas para estar más fuerte debido a su contenido en hierro era una idea aceptada, imitada y divulgada por la sociedad, especialmente por las madres. Idea que no partía de Wolf ni de ningún químico o investigador sino de los creadores de los dibujos animados que asociaron que el alto contenido en hierro aumentaría la fuerza (fuerte como el hierro).

Ni que decir que los dibujos consiguieron que aumentasen las ventas de espinacas allá donde se emitían. En 1981, el British Medical Journal publicó un artículo para tratar de desacreditar el mito de las espinacas que aún sigue coleando entre quienes promueven los "batidos verdes" como los más nutritivos y con alto contenido en hierro, pero aún así en la memoria colectiva las espinacas siguen siendo un alimento que "te pone fuerte".

¿Por qué se sigue creyendo que las espinacas son altas en hierro hoy en día?

Simplemente porque los seres humanos tenemos una tendencia natural a ignorar los propios errores. Una vez damos por válida una idea o dato presentamos una resistencia feroz a cualquier cambio en los resultados contrarios a esa idea, aunque sean matemáticamente demoledores, nos cuesta asimilar y admitir que estamos equivocados.

Estas ideas y errores son las que crean los mitos ayudados por el hecho de que es más fácil difundir una idea o hecho que parece correcto a investigar la verdad detrás de esa idea o hecho.

¿Vale de algo el hierro de las espinacas?

Al profundizar en el tema descubrimos que las espinacas también contienen oxalatos, hasta 750 miligramos por cada 100 gramos, estas sales impiden la absorción del hierro en el intestino, además el tipo de hierro no hemo que contienen las espinacas es menos biodisponible ya que por si solo carece de las sustancias que ayudan a su absorción y del contenido total del hierro en las espinacas solo absorbemos del 2 al 7%, el calcio, el magnesio y la fibra presentes en las espinacas también complican que seamos capaces de aprovecharlo. Las mejores fuentes de hierro siguen siendo los productos animales que contienen hemoglobina como ternera, cordero, mejillones y no solo por su contenido sino por su biodisponibilidad.

El conocimiento no es algo establecido por canon sino más bien un consenso en constante alteración. Parte tiene que ver con la corrección de errores y parte con los nuevos descubrimientos, nuevos métodos de clasificación y/o análisis, a menudo gracias a la tecnología. El conocimiento cambia y los conocimientos científicos en que se basan pueden ser no tan sólidos como parecen, no te fíes y mantente dispuesto al cambio, porque como sucede en la historia, los datos de hoy pueden ser las anécdotas de mañana!!

Esta historia y otras que darán para unas buenas conversaciones durante las cenas estivales, están en el libro de Samuel Arbesman: The Half-Life of Facts: Why Everything We Know Has an Expiration Date.