El concepto de patocracia, literalmente, "el poder en manos de personas y grupos patológicos", es una aportación original de Lobaczewski y describe el proceso por el cual un grupo de personas con patologías diversas se hacen con el control social y el poder en todo tipo de organizaciones.
Los psicópatas gobiernan el mundo
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Lobaczewski dedica mucho espacio a describir en detalle el proceso de generación, evolución y declive de una patocracia. En el limitado espacio de este blog daremos un resumen casi telegráfico, para que el lector comprenda y maneje los conceptos esenciales.

Vamos a dedicar tres entradas a este concepto. En el primero, que es éste, veremos cómo surge una patocracia.

En palabras de Lobaczewski, la patocracia es un fenómeno, o un patrón de fenómenos interrelacionados, que se repite a lo largo de la historia, en sociedades adormecidas cuando son sometidas a graves crisis sociales, políticas y económicas:
"[...] fenómeno que puede surgir a raíz de la fase de máxima intensificación de la histeria. Dicha secuencia no parece ser producto de ninguna de las leyes relativamente constantes de la historia. Por el contrario, para que la razón y estructura social se deterioren al punto de permitir el brote espontáneo de esta enfermedad tan terrible para la sociedad (la peor que pueda sufrir), deben entrar en juego otras circunstancias y factores adicionales durante un periodo semejante de crisis social, espiritual y generalizada. Denominaremos "patocracia" a este fenómeno caracterizado por dicha enfermedad social; no es la primera vez que se desata en la historia de nuestro planeta."
La actitud ante el poder y la responsabilidad social diferencia claramente a las personas psicológicamente sanas de las que tienen algún tipo de patología:
"Cuando se ve asignada a un cargo importante, una persona psicológicamente normal y muy inteligente, suele dudar acerca de su capacidad para cumplir con las exigencias impuestas, por lo que busca recibir asistencia por parte de personas cuyas opiniones valora. Al mismo tiempo, siente nostalgia por la vida que llevaba antes, en la que gozaba de más libertad y de menos responsabilidades, a la cual desea retornar una vez que haya cumplido con sus obligaciones sociales".
Mientras:
"Toda sociedad,a lo largo y ancho del planeta, está compuesta por individuos cuyos sueños de poder surgen a muy temprana edad, como ya lo hemos mencionado. Generalmente, son discriminados de alguna manera por la sociedad que hace uso de una interpretación moralizante para juzgar sus defectos o debilidades, si bien desde el punto de vista estrictamente moral, rara vez son culpables. Por ende, desearían reemplazar este mundo hostil por otro mejor. Sus ansias de poder también les sirven para contrarrestar la sensación de ser humillados, el segundo ángulo del rombo de Adler. Este grupo incluye una gran proporción activa de individuos que manifiestan diversos tipos de trastornos con los que ya estamos familiarizados, y que imaginan un mundo mejor moldeado a su manera."
Con frecuencia, estos grupos y estos mecanismos de poder pasan desapercibidos para los historiadores, que encuentran similitudes con otros periodos históricos de degradación social y moral, pero sin saber explicar bien estos paralelismos.

La psicohistoria, de la cual la ponerología es una parte, es el intento de estudio de las motivaciones psicológicas de los hechos históricos.

Lobaczewski distingue tres actores fundamentales en la génesis de una patocracia: Según su descripción del fenómeno, el primer papel fundamental en la formación de la patocracia es desempeñado por los esquizoides.
"Durante los tiempos estables y aparentemente felices (si bien esta estabilidad ha sido alcanzada a costa de injusticias cometidas hacia otras personas y naciones), la gente doctrinaria cree haber encontrado una solución simple para restaurar el mundo. Dichos periodos históricos se caracterizan por una empobrecida visión psicológica del mundo, de modo que la percepción también mediocre de los esquizoides no resulta sorprendentemente atípica y se la acepta cual moneda de curso legal. Estos individuos suelen expresar cierto desprecio por los moralistas, que predican la necesidad de redescubrir los valores humanos extraviados y de desarrollar una visión del mundo mucho más completa y apropiada.

Los esquizoides se proponen imponer su propio mundo conceptual a otras personas o grupos sociales, utilizando para ello un egotismo patológico que no controlan completamente, y una tenacidad excepcional, producto de su naturaleza persistente. De este modo, logran finalmente dominar la personalidad de otros individuos, que adoptan su comportamiento extremadamente ilógico."
Los esquizoides son solitarios psicológicos, que consiguen encontrarse mejor dentro de organizaciones que aceptan a fanáticos de alguna ideología, extremistas religiosos, materialistas o partidarios fervientes de ideales con "características particulares" que huyen de la lógica natural humana.

En el trato directo, sus compañeros perciben su excentricidad, pero su influencia crece sobremanera a través de sus escritos, que tienen un "color" especial, capaz de envenenar muchas mentes durante largos periodos de tiempo. Lobaczewski identifica por sus escritos como probables esquizoides a varios ideólogos impulsores de movimientos obreros, religiosos y neoconservadores.
"La trama excesivamente simplificada de ideas, carente de profundidad psicológica, y basada en información fácilmente disponible, tiende a ejercer una influencia sumamente atrayente sobre individuos que no son lo suficientemente críticos y que, con frecuencia, se sienten frustrados ante su adaptación social en descenso, o que han sido rechazados culturalmente, o se caracterizan por alguna deficiencia psicológica propia".
Estas ideas suelen dividir a la sociedad.
  • La mayor parte de la gente "normal" genera aversión a ellas.
  • Otro grupo las acepta de forma críticamente correctiva, aceptando lo que tienen de aportación valiosa y rechazando o sustituyendo lo que "chirría".
  • Y un tercer grupo las acepta patológicamente, normalmente a raíz de sus propias deficiencias psíquicas, malformaciones de la personalidad, o una situación de exclusión y marginalización social.
En palabras de Lobaczewski:
"En resumen, la esquizoidía ha desempeñado un papel crucial en la génesis el mal queamenaza nuestro mundo contemporáneo, siendo uno de los factores que la componen. Por consiguiente, el tratamiento psicoterapéutico del mundo exigirá que eliminemos de la manera más habilidosa posible las consecuencias de este mal".
El siguiente paso del proceso incorpora a otro perfil patológico: los caracterópatas, que es un conjunto diverso de personalidades con alteraciones, entre las que destacan los paranoides, y que actúan como líderes fanáticos y fascinadores de diversas ideologías, y provocan deformaciones características en ellas.
"En el proceso ponerogénico del fenómeno patocrático, los individuos caracteropáticos adoptan ideologías creadas por individuos doctrinarios y, a menudo, esquizoides. Luego, las difunden a través de una campaña de propaganda, y con el egotismo patológico y la intolerancia paranoica que los caracteriza hacia cualquier filosofía que difiera de la suya. También fomentan otras transformaciones en esa ideología para lograr crear su contrapartida patológica."
Aunque deformada, la ideología en manos de los caracterópatas aún conserva su vínculo con la fuente original.

Tras los fascinadores, aparece un tercer grupo patológico: los psicópatas. Los psicópatas generalmente se mantienen alejados de las organizaciones sociales caracterizadas por la razón y la disciplina ética, que son más propias de las personas "normales" y que les resultan tan extrañas.

Sin embargo, los movimientos sociales que prometen romper el statu quo y destruir esa coherencia ética social vigente actúan como un imán para los psicópatas, que ven en ellos la oportunidad de alcanzar sus sueños de poder, tomar revancha de esa sociedad que no entienden y de transformarla "a su manera".

De este modo, se infiltran en los movimientos, aparentando ser miembros sinceros y convencidos (recordemos que, para ellos, llevar una máscara es algo "normal"). Al principio, se ocupan de tareas secundarias. Con el tiempo, sin embargo, y gracias a su capacidad para instrumentalizar a los demás y reconocerse entre ellos, van adquiriendo cotas de poder cada vez mayores, hasta el punto de conseguir desplazar, echar a un lado, o incluso expulsar de estos puestos a los militantes de la ideología original.

Comienza entonces un proceso característico de deformación o caricaturización de la ideología original, que sólo mantiene vínculos superficiales con lo que una vez fue. De hecho, los miembros originales del movimiento ven cómo pasan a ser perseguidos y estigmatizados por razones basadas en la paramoralidad (es decir, una moral disfuncional y patológica: locura moral).
"Comienza a dominar gradualmente una red cada vez más poderosa, compuesta por individuos psicopáticos y por quienes se asocian con ellos, opacando al resto. También se aplaca a los caracterópatas, que desempeñaron un papel esencial en la ponerización del movimiento, y en los preparativos de la revolución. A esto se suma que los seguidores de la ideología revolucionaria se ven "empujados hacia una postura contrarrevolucionaria". Ahora pasan a ser condenados por razones "morales", en nombre de nuevos criterios cuya esencia paramoralista no están en condiciones de comprender. Todo esto resulta en una violenta selección negativa del grupo original. Éste es el momento en que se consolida el papel inspirador de la psicopatía esencial, rasgo característico a lo largo de todo el futuro de este fenómeno psicológico macrosocial".
Es en este momento que empieza a manifestarse la enfermedad:
"Seguidamente, la vida entera de una sociedad que ha sido afectada de ese modo se ve subordinada a criterios de pensamiento distorsionados, e invadida por el modo específico en que los psicópatas experimentan al realidad, en especial aquél que ya mencionamos en la sección sobre la psicopatía esencial. Llegado este punto, no tiene sentido utilizar el nombre de la ideología original para designar este fenómeno, y hacerlo se convierte en un error que dificulta la tarea de comprenderlo."

Capítulos anteriores de la serie Ponerología: