Los microorganismos del suelo perdieron diversidad y funciones en el NOA, debido al desmonte y la siembra de cultivos. Productores e investigadores advierten que disminuyó la fertilidad. En la Región Pampeana estudian el efecto de los insumos tecnológicos.
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Durante muchos años la comunidad científica se refirió al suelo como "la caja negra", debido a que se sabía muy poco sobre la estructura y la función de los microorganismos que lo habitan. Aún hoy se logró aislar y caracterizar menos del 10% de estas poblaciones microscópicas, pese a su relevancia ambiental y a los servicios ecológicos que brindan, pero afortunadamente existen distintas investigaciones que apuntan a revelar sus secretos.

Desde la cátedra de Microbiología Agrícola de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA, Buenos Aires, Argentina), dos estudios recientes avanzan sobre el conocimiento de los microorganismos del suelo en el NOA, donde encontraron grandes modificaciones debido al desmonte y a la incorporación de nuevas tierras a la agricultura, y en la Región Pampeana, donde el uso de tecnologías orientadas a aumentar el rendimiento de los cultivos también genera un impacto sobre el ambiente.

"Los microorganismos cumplen un rol muy importante en todos los ecosistemas", advirtió Luciana Di Salvo, docente de Microbiología de la FAUBA. "Las nuevas tecnologías moleculares, en especial la metagenómica, permitieron hacer grandes avances. Sin embargo aún queda mucho por conocer, especialmente la relación que tienen estas poblaciones con el funcionamiento del suelo", agregó Micaela Tosi, ayudante de la misma cátedra.

Las Yungas, muy comprometidas

"En el NOA, donde en las últimas décadas se introdujeron grandes disturbios en las tierras prístinas de las Yungas por la incorporación de cultivos, encontramos alteraciones muy grandes en las comunidades microbianas de suelos que fueron desmontados y sembrados, principalmente durante los primeros años de agricultura. Hallamos una reducción drástica en la cantidad de microorganismos respecto de los suelos vírgenes, que no se restableció con los años que llevan bajo el manejo agrícola en la zona", explicó Tosi, quién estudió la problemática en el norte del país para su tesis de doctorado.

Además, en su investigación encontró una menor actividad de los microorganismos del suelo y una posible pérdida de eficiencia que, a su vez, podría relacionarse con una caída de la materia orgánica observada en lotes con muchos años de agricultura. "Estos cambios afectan el ciclado de la materia orgánica y la disponibilidad de nutrientes para los cultivos, influyendo directamente en la fertilidad de los suelos", afirmó.

Según la docente de la FAUBA, la acumulación de varios años con agricultura afectó a la estructura de los suelos de la región, sobre aspectos vinculados con la aireación y la retención hídrica, que también podrían estar relacionados con la menor presencia y actividad de los microorganismos. Al respecto, Tosi destacó que existe preocupación entre los productores de zonas agrícolas como Las Lajitas, Salta, por los procesos físicos que se están generando en el suelo, debido a que ya están perdiendo rendimientos en sus cultivos.

Menos abundancia, diversidad y actividad

Dentro del mismo grupo de investigación de la FAUBA, dirigido por Olga Correa, se realizaron otros estudios en el NOA, en las provincias de Jujuy y Salta, sobre ambientes muy contrastantes que van desde lotes sembrados con caña de azúcar de hasta 100 años y otros con monocultivo de soja, pasando por ambientes vírgenes de selva pedemontana y montana de Yungas, a 1000 metros sobre el nivel del mar.

En todos los casos se encontraron pérdidas en abundancia, diversidad y actividad microbiana en respuesta al desmonte para el cultivo. "La ecorregión de Yungas se destaca como reservorio de biodiversidad y aún es escasa la importancia que se le da a la diversidad microscópica", dijo Tosi.

"Después de 30 años de agricultura, las comunidades microbianas de distintos suelos llegan a ser muy similares entre sí y a comportarse muy parecido. Creemos que si el paisaje se volvió homogéneo (por la pérdida del bosque y la historia agrícola prácticamente invariable), los microorganismos respondieron del mismo modo, adaptándose a este nuevo escenario", concluyó.

El impacto de los agroinsumos

¿Qué sucede con los microorganismos en otros ambientes donde la agricultura tiene una larga data, como en la Pampa Húmeda? En su tesis de doctorado, Luciana Di Salvo estudió los efectos en la biodiversidad microbiana provocados por la aplicación de insumos tecnológicos, a partir de ensayos realizados en el centro-norte de la provincia de Buenos Aires, donde se ubica la zona núcleo de cultivos extensivos de verano, y en el oeste arenoso, donde en las últimas décadas el avance de la frontera agrícola desplazó a la ganadería.

"El objetivo fue analizar el impacto sobre los microorganismos del suelo generado por la fertilización química y la inoculación con bacterias promotoras de crecimiento de los cultivos (con cepas de Azospirillum brasilense) en lotes sembrados con trigo y maíz", detalló. Sucede que si bien están muy difundidos los beneficios de estas prácticas sobre el rendimiento de los cultivos, hasta ahora no se conocía el efecto de ambas tecnologías simultáneas sobre las comunidades microbianas.

"En líneas generales, tanto la inoculación con esta bacteria como la fertilización química, en las dosis evaluadas (acordes a las utilizadas a campo), provocarían cambios en las comunidades que duran muy poco tiempo, ya que se observan sólo en las primeras etapas de los cultivos. Incluso estos cambios son de menor magnitud que los generados por el mismo cultivo a medida que se desarrolla y modifica las comunidades microbianas asociadas", señaló.
Aún no sabemos si los cambios son positivos o negativos, pero podemos afirmar que todas las decisiones agronómicas tienen un impacto sobre los microorganismos y sus funciones. Y creemos que es fundamental mantener la diversidad, porque si la perdemos estamos perdiendo funciones importantes en el suelo que favorecen el ciclado de nutrientes, por ejemplo. La idea es que las practicas de manejo que implementamos mantengan esa diversidad para asegurar una producción de alimentos sustentable.
Si bien queda mucho por investigar antes de conocer el verdadero impacto de estos cambios, las investigadoras advierten que una menor diversidad de comunidades microbianas, así como una población más baja o que pierde funciones específicas como el ciclado de nutrientes, podría provocar un impacto negativo sobre la producción de alimentos y el ambiente.