Primero la vista. Luego el olfato. Finalmente el calor. Los mosquitos emplean esta secuencia para identificar a sus víctimas antes de picar, sugiere una nueva investigación publicada en la revista académica Current Biology.
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Ya se sabía que el olor corporal influye en elección de una víctima en lugar de otra y también que los mosquitos son especialmente buenos olfateando dióxido de carbono, que abunda en el aliento de los animales de cuya sangre se alimentan. Además se sabía que estos insectos emplean al buscar sus víctimas tanto la vista como su capacidad para detectar calor. Pero el nuevo estudio es el primero en identificar el papel específico de cada habilidad de los insectos.

"Hemos podido elaborar una primera teoría sobre cómo los mosquitos combinan todos sus sentidos para encontrar un humano", comenta la autora principal del reporte, Floris van Breugel, citada por la BBC.

Según la investigadora, la estrategia empleada por los mosquitos en sus 'cacerías' es "fastidiosamente efectiva" y consta de tres etapas. En primer lugar, a distancias de entre 10 y 50 metros los insectos usan el olfato, buscando rastros de dióxido de carbono. Después, excitados por el olor, se dirigen a lo más interesante visualmente (en un rango de entre 5 y 15 metros). Finalmente, cuando un mosquito ya está a un metro de distancia de una víctima potencial, lo que le termina por atraerlo es el calor corporal.

La única manera de reducir la probabilidad de un ataque es disminuir el número de pistas sensoriales que uno ofrece. "Por ejemplo, seleccionar la ropa de colores que no sean llamativos para que los mosquitos no se fijen en usted", sugiere Van Breugel.