¿Cómo se puede fomentar la compra de un coche eléctrico por parte de un organismo público? Por ahora conocemos dos opciones: incentivar económicamente a los usuarios que decidan adquirir un coche eléctrico descontando una cantidad de dinero bastante interesante, aunque escasa porque no cubre la diferencia entre uno eléctrico y otro convencional, o bien poblar de puntos de recarga gratuitos la ciudad para que no exista el miedo a quedarse sin energía.
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Bien, en España ninguna de estas dos opciones ha funcionado: la primera porque la cantidad, como decía, es demasiado pequeña y no consigue fomentar que el usuario quiera interesarse por un vehículo eléctrico, pero además, se agrava porque no existe una red de recarga para coches eléctricos decente.

Llegados a este punto, entra el Gobierno de Escocia, que ha anunciado el comienzo de una iniciativa que permitirá, tanto a particulares como a empresas, acceder a créditos sin intereses siempre y cuando adquieran un vehículo eléctrico.

La financiación máxima para particulares estará limitada a unos 70.000 euros y para empresas se duplica hasta los 140.000 euros. ¿Pero porqué es más interesante este tipo de ayudas contra el crédito que el sistema en España? Lo primero es que la ayuda media ronda los 6.000 euros, pero hay que declarar a Hacienda el ingreso y pagar al fisco los correspondientes impuestos. Eso significa que la ayuda no son 6.000 euros netos para el usuario, sino que es algo menos.

Este tipo de sistema, el empleado por el Gobierno de Escocia, ataca contra el interés del crédito, que en el caso de las financieras de los propios fabricantes se sitúa entre el 8% y el 10%. Es decir, ante la compra de un coche por unos 30.000 euros incluyendo ayudas, los intereses serían superiores a la propia ayuda. Eso sí, siempre que necesites financiación.

Lo más interesante del plan escocés es que es compatible con otras ayudas para la adquisición de vehículos, en el caso de los turismos la ayuda máxima es de 7.000 euros y en el caso de furgonetas asciende hasta algo más de 11.000 euros.

Estamos ante dos modelos similares pero con diferencias significativas, sobre todo en el importe de la ayuda y en la forma de entregarla al usuario, que en mi opinión, es más transparente y sencilla de comprender que la propuesta por el Gobierno de España.