Cuando se cumplen 50 años de la trágica muerte de Turing, un estudio demuestra que su propuesta matemática para explicar el desarrollo de los dedos de un embrión es correcta.© lunar caustic Un patrón de Turing controla el desarrollo de los dedos
Era agosto de 1952 y los aliados aún saboreaban su victoria en la II Guerra Mundial. Mientras,
Alan Turing, el hombre que había salvado miles de vidas al descifrar el código secreto de comunicación de los nazis, el padre de la informática actual y el pionero de la inteligencia artificial, estaba viviendo un infierno. Un tribunal le había condenado a la castración química por ser homosexual, un delito en Reino Unido en aquella época. Su cuerpo de corredor de maratones se había hinchado hasta la deformidad con aquel tratamiento forzoso para aniquilar su deseo sexual. Su cerebro, en cambio, seguía bullendo con ideas excepcionales que marcarían la tecnología y la ciencia muchas décadas después.
En aquellos días Turing
publicó un estudio en el que abordaba uno de los procesos más desconocidos y fundamentales de la vida: cómo un embrión forma las diferentes partes de un cuerpo nuevo. Ese proceso, llamado morfogénesis, también lo gobernaba un
lenguaje oculto, una programación que indicaba a células idénticas cuándo y dónde hacer un brazo, un riñón, un cerebro y así hasta dar lugar a un nuevo ser vivo. Turing publicó un estudio
asegurando que ese proceso está gobernado por un patrón, una red de interacciones que pasó a llamarse
patrón de Turing o sistema de Turing.
Comentario: La teoría de la panspermia aporta todo un nuevo significado a la incógnita del origen de la vida humana en la Tierra. Les recomendamos el Enfoque SOTT de Laura Knight "La Era Dorada, la Psicopatía y la Sexta Extinción" para profundizar sobre este trascendental asunto: